Divergente - Veronica Roth

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▪ En mi casa hay un espejo, está detrás de un panel corredero, en el vestíbulo de arriba. Nuestra facción me permite mirarme en él el segundo día de cada tercer mes, el día que mi madre me corta el pelo.

-En algunas partes del mundo antiguo, el halcón era el símbolo del sol. Cuando me hice esto supuse que, si llevaba el sol siempre conmigo, nunca temería la oscuridad.

Mi conclusión es que demuestras tener igual aptitud para Abnegación, Osadía y Erudición. Las personas con este clase de resultados son... -empieza a decir, pero vuelve la vista atrás antes de hacerlo, como si esperara que apareciese alguien-. Se les llama... divergentes.

▪ Si tenemos poco, deseamos poco y todos somos iguales, no envidiaremos a nadie.

-Las pruebas no tienen por qué cambiar nuestras decisiones.

Un pálido anillo de luz solar quema las nubes, como la punta de un cigarrillo encendido.

▪ Antes de apartarse, gira la cabeza y me susurra al oído:
-Te quiero. Pase lo que pase.

▪ Bienvenidos al día en que honramos la filosofía democrática de nuestros ancestros, que nos dice que todos tenemos derecho a elegir lo que queremos ser en la vida.

Los humanos no somos capaces de tolerar el vacío durante mucho tiempo.

Me digo que debo contar hasta tres y que, cuando acabe, seguiré adelante.

Ser sincero en todo momento debe de requerir valor.

▪ -¡El abismo nos recuerda que la línea que separa la valentía de la idiotez es muy delgada!

▪ Mi madre decía que la educación es un engaño envuelto en bonito papel de regalo.

▪ Supongo que, en realidad, nunca he tenido un amigo, punto. Es imposible mantener una amistad real cuando nadie cree poder aceptar ayuda y ni siquiera habla de sus cosas.

-Los valientes saben reconocer la fuerza de los demás -contesta Cuatro.
-Los valientes nunca se rinden.

«La razón humana es capaz de disculpar cualquier maldad; por eso es tan importante que no confiemos en ella.»

La ayudaré. Si se resbala de nuevo, la ayudaré.

▪ Aprieto los dientes cuando noto llegar las lágrimas. Estoy harta, estoy harta de lágrimas y debilidad, aunque no hay mucho que pueda hacer para evitarlas.

▪ Me he dado cuenta de que una parte de ser osado consiste en estar dispuesto a ponerte las cosas más difíciles con tal de valerte por ti mismo.

▪ Es como si me hubieran grabado a fuego en la cabeza la palabra «DIVERGENTE», de modo que, si me mira demasiado, a lo mejor la lee.

▪ Mi padre decía que, a veces, la mejor forma de ayudar a otra persona es estar a su lado.

▪ No debería mentir a mis amigos, es algo que levanta barreras entre nosotros, y ya tenemos más de las que me gustaría:

«Creo en los actos cotidianos de valentía, en el coraje que impulsa a una persona a defender a otra».

▪ No sé dónde acaba, aunque hay algo que está claro: si continúo con esto, lo averiguaré.

▪ Para poder bajar tengo que confiar en que me sujetarán, tengo que aceptar que esta gente es mía y que yo soy suya. Requiere mucho más valentía que tirarse por el cable.

Pero el objetivo no es no tenerle miedo a nada, eso es imposible. El objetivo es aprender a controlar el miedo y a liberarse de él.

Christina me convenció para que fuera con ella a hacernos un tatuaje del sello de Osadía, que es un círculo con una llama dentro.

▪ Todo terminará pronto, así que aguanta, ¿vale?

▪ quiero apretarme contra el aire hasta hacer desaparecer el espacio que nos separa.

▪ En algún lugar de mi interior hay una persona compasiva y bondadosa. En algún lugar hay una chica que intenta comprender por lo que pasa la gente, que acepta que las personas hacen cosas malas y que la desesperación las conduce a lugares más oscuros de lo que jamás habrían imaginado. Juro que esa chica existe y que sufre por el chico arrepentido que tengo delante.

▪ Eso es la muerte, cambiar de «es» a «era».

¿Quién de nosotros es lo bastante audaz como para aventurarse en la oscuridad sin saber lo que se esconde detrás de ella?

▪ -A ti el miedo no te paraliza, sino que te despierta. Lo he visto. Es fascinante -responde, y me suelta, aunque no se aparta, y me roza con la mano la mandíbula, el cuello...-. A veces... solo quiero verlo, verte despertar.

▪ Quizá todos deberíamos haber hecho algo más, pero tenemos que permitir que la culpa nos recuerde hacerlo mejor la próxima vez.

▪ -A la mayoría de los chicos les gustaría quedarse atrapados en un sitio estrecho con una chica, ¿sabes? -comento, poniendo los ojos en blanco

▪ -¡No a los claustrofóbicos, Tris! -exclama; empieza a sonar desesperado.

Nota mis latidos, ¿los notas?
-Sí.
-¿Ves lo regulares que son?
-Van deprisa.
-Sí, bueno, pero eso no tiene que ver con la caja -digo, pero hago una mueca en cuanto termino; acabo de reconocer algo, aunque espero que no se dé cuenta-.

▪ Vuelvo a ser yo, y eso es lo único que necesito: recordar quién soy.

▪ El conocimiento conduce a la prosperidad

intento ser sincera, pero hay algunas cosas que no quieres que la gente sepa.

Solo me da miedo... lo que deseo.

Esa es mi chica, dura como una bola de algodón.

-Creemos en la valentía. Creemos en la acción. Creemos en liberarnos del miedo y en adquirir las habilidades necesarias para eliminar el mal de nuestro mundo, de modo que el bien pueda prosperar y florecer.

La sangre me grita que debo estar con ella y me urge a regresar, y oigo las palabras de mi madre mientras corro, las que me pedían que fuera valiente.

Soy valiente.

▪ Puede que esté enamorado de ti -dice, y sonríe un poco-. Pero estoy esperando a estar seguro para decírtelo.
-Qué sensato por tu parte -respondo, sonriendo-. Deberíamos buscar un papel para que hicieras una lista, una gráfica o algo.
Noto su risa contra el costado, su nariz deslizándose por mi mandíbula, sus labios detrás de mi oreja.
-Puede que ya esté seguro, pero no quiera asustarte -concluye.
-Entonces deberías conocerme mejor -respondo, riéndome.
-Vale, pues te quiero.

Abnegación y Osadía están rotas, sus miembros se han dispersado. Ahora somos igual que los abandonados. No sé cómo será la vida separada de una facción, es como si estuviera desconectada, como una hoja arrancada del árbol que le da sustento. Somos hijos de la pérdida; hemos dejado todo atrás. No tengo hogar, ni camino, ni certeza. Ya no soy Tris, la egoísta, ni tampoco Tris, la valiente.
Supongo que ahora no basta con ser una o la otra.

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