Capítulo 2

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Pov Poché.

Me iba a desmayar, literalmente, Caleb tuvo que sostenerme porque mis piernas se pusieron débiles y no podía estar de pie.

No me lo podía creer.

Daniela, mi futura esposa, estaba cómo vagabunda en la basura del bar que trabajo, yo sabía que mis manifestaciones iban a servir algún día.

¡Gracias universo, te debo una!

— Había visto cosas en mi vida, pero está si es inesperada. — Comentó Caleb.

— Hasta vagabunda es linda. — Musité en un suspiro enamorado.

Daniela dormía muy plácidamente entre las bolsas de basura, su cabello estaba regado por las bolsas negras, una mano estaba en su estómago y la otra arriba de su cabeza. Portaba un vestido que se le pegaba al cuerpo con un blazer, sus pies tenían unos tacones, su cuello tenía collares y sus dedos anillos.

Ayuda, me está seduciendo.

— Huele a alcohol y pescado. — Caleb arrugaba el gesto, le di un golpe.

— Es olor de gloria. — Repliqué, apuntándolo con mi dedo índice.

— Cada día más rara. — Murmuró Caleb negando con su cabeza.

Me acerqué a la castaña ignorando a mi mejor amigo, me puse de cuclillas viéndola dormir.

Que linda era.

Ni con el hilo de saliva que salía de su comisura se veía fea, ella era linda de todas las formas.

— ¿Cómo habrá llegado aquí?— Hablé en voz alta.

— No lo sé, pero no la podemos dejar aquí. — Contestó mi acompañante viendo el callejón.

— ¿La llevamos a casa?— Pregunté insegura, Caleb alzó sus cejas.

— ¿Y si piensan que la secuestramos y vamos presos?— Contestó con sus escenarios catastróficos.

— No exageres, culón. — Dije rodando los ojos.

— Yo no quiero que la chota me lleve preso, ¿ok?— Amenazó mi mejor amigo con su dedo índice.

— ¿Entonces?

Nuestra conversación fue interrumpida por un sonido muy peculiar, fruncí el ceño tratando de descifrar de dónde venía el sonido.

¿Esa no era la canción de los teléfonos de plástico chinos?

Caleb de la nada se puso a bailar por el sonido que salía del cuerpo entre la basura, lo vi raro negando con mi cabeza. Acerqué mi rostro un poco al cuerpo de Daniela, descubrí que el sonido venía de ella.

— Es su teléfono. — Informé.

— Pues contesta. — Respondió Caleb obvio.

— No seas idiota, no quiero tocarla e invadir su privacidad. — Expresé negando con mi cabeza.

No podía hacer eso, sería invasivo y ella está inconsciente.

— ¿Hay opciones?— Habló Caleb alzando sus hombros.

Solté un bufido sin saber qué hacer, me fui por la opción más viable. Despertar a Daniela.

— Hey, futura esposa digo, — Carraspeé mi garganta. — Daniela. — La llamé.

— No seas rara, por favor. — Pidió mi amigo, bufé.

— Es mi crush, déjame procesarlo. — Puntualice con voz evidente.

Así coincidimos || TerminadaWhere stories live. Discover now