Capítulo 28

6.8K 415 296
                                    

Pov Calle.

Estaba cagada del miedo.

Mi estómago estaba revuelto y no sé si es pedo o diarrea lo que me viene, Díos mío señor sálvame.

Había un silencio tenso en el aire y no era para menos, tenía a madre enfrente de mi, y efectivamente no teníamos una relación de ensueño, todo esto me estaba dando dolor de cabeza, y para añadir aún más al rancio pastel, es más que obvio que no le había dicho nada sobre mi orientación sexual.

No sabía que mal había hecho en otra vida, es decir, ¿cómo pase de tener una maravillosa noche llena de sexo a presentar a mi novia con mi madre la cual la mataba con la mirada?

Seguro la yo de mi otra vida había hecho muchas cosas y yo pago el karma ahora, no era justo.

— ¿Novia?— Vaciló mi mamá sin creerselo.

— Si, mamá, María José es mi novia. — Le afirmé con seguridad, apretando la mano de Poché.

— No puedes estar hablando en serio. — Dijo mi mamá con una sonrisa burlona.

— Es muy en serio, mamá. — Declaré, haciendo que su sonrisa se borre.

El silencio que se creó después de mi respuesta, fue uno tenso que podía poner a correr a cualquiera. Mi mamá no me quitaba la mirada y yo no iba a bajar la mía.

— ¿Por qué no pasamos adentro y hacemos café?— La voz de Poché terminó la batalla de miradas entre mi mamá y yo. — Debe estar muy cansada del viaje.

Mi madre me dio un vistazo antes de entrar al departamento, carraspeé mi garganta y pude ver cómo Poché muy amable tomaba su maleta para dejarla a un costado de la puerta.

Tal vez había leído mis pensamientos de que mi mamá se iría pronto, así que la maleta quedaba cerca.

Observé a mi novia y ella estaba cómo un perrito regañado solo viendo la interacción que tenía con mi mamá, creo que también estaba un poco impresionada de que mi mamá y yo tuviéramos un gran parecido de hecho.

Mi madre se quitó su abrigo y lo dejó en el sofá, giró su cuerpo y nos observó a Poché y a mí, rápidamente tomé la mano de Poché alzando mis cejas a la expectativa.

— ¿Y cuánto tiempo llevan de conocerse?— Cuestionó.

Mi madre se dirigió a la cocina cómo perro por su casa, miré a mi novia y solo rodé los ojos siguiendo a mi madre.

Poché me siguió y yo tomaba asiento en las bancas de la mesada para ver a mi mamá en su intento de no colapsar, pude ver cómo fruncía el ceño al ver a mi mamá preparando café. Recargué mi mejilla en mi puño solo esperando, mientras intentaba no reír al ver a María José tan sigilosa.

— ¿Qué hace?— Inquirió mi novia, suspiré.

— Intenta tener las manos ocupadas para no entrar en colapso. — Expliqué con simpleza.

Mi madre siempre hacía eso, hacía todo por tener las manos ocupadas para evadir la realidad o qué sé yo.

— ¿Debo preocuparme y correr?— Murmuró mi novia, sonreí a medias.

— No lo sé. — Respondí divertida, ella soltó una risita.

— ¿Y si nos vamos? Podemos vivir en Honduras, Caleb nos puede llevar y hacer otra vida allá. — Arrojó, apreté los labios para nor reír.

— Creo que no es buena idea. — Repliqué, Poché hizo un puchero. — Además ya me cansé de huir.

Había huido antes por mi embarazo, y no sé cuántas veces más lo había repetido, pero sencillamente me había cansado de intentar complacer a mi madre y al no lograrlo correr lejos.

Así coincidimos || TerminadaWhere stories live. Discover now