Capítulo 30

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Pov Poché.

Seguía sin poder creer lo que terminaba de leer en mis manos, era algo imposible de creer y me sentía totalmente ingenua, había confiado demasiado en el momento que decidí firmar el maldito contrato que me une a Daniela.

— Cómo puede ver, en la cláusula 210 inciso B, se dice que si la otra parte o sea usted, mi clienta tenía derecho a recibir una cuantiosa parte de dinero con su trabajo. — Soltó el abogado.

— Esto es ridículo. — Expresé molesta alzando el folder para mostrárselo.

— Y para finalizar en la cláusula 230 inciso A, se especifica que si la identidad del niño Damon Calle se era revelada ante el mundo, mi clienta Daniela Calle iba a tener todo el derecho de llevarla a los tribunales, colocar la demanda de cinco millones de dólares y quedarse con el nombre de la banda Black Roses.

Aquel hombre soltó un montón de palabrería que me aturdió, algo que me costó procesar con solo oír el nombre de mi hijo.

— Esto es ilegal, no pueden quitar el nombre de la banda así cómo así. — Amenacé con rabia, el abogado se encogió de hombros.

— Su firma está en el papel, señorita Garzón. — Señaló con obviedad.

— Si, pero-

— Nos vemos en el tribunal. — Me interrumpió, apreté la mandíbula.

— ¿En el tribunal? Si claro, el tribunal. — Espeté.

Le di un empujón al abogado y le cerré la puerta en la cara de un golpe, con el folder en mano busqué mis zapatos y tomé mis llaves.

— ¿Poché, adónde vas?— Soltó Caleb preocupado.

— A arreglar este asunto. — Murmuré entredientes.

— Estás alterada, no deberías ir así. — Aconsejó Rose intentando detenerme.

— ¡Debo arreglar el asunto dije!— Grité soltandome del agarre de Rose bruscamente.

Salí del departamento disparada sin importarme lo que pensaban los chicos.

Estaba molesta, corrección, estaba que me llevaba el maldito infierno. ¡¿Cómo es posible que me hicieran esta burla sin importarles una puta mierda?!

Cuando el ascensor llegó al piso de Calle mi enojo se elevó más, caminé en grandes zancadas hasta llegar a la puerta, comencé a tocar el timbre con impaciencia, pero no recibía respuesta.

Frustrada comencé a golpear la puerta con el puño, después de tanta insistencia la puerta se abrió y pude ver a Cameron, él suspiró.

— Poché, vete. — Demandó.

— Quítate, Cameron. — Repliqué severa.

Le di un empujón con mi hombro y caminé por el departamento, finalmente miré a esa cabellera castaña sentada en una silla de la isla de la cocina, Lila me vio con el ceño fruncido, Daniela se giró y al verme su cara fue de confusión.

— ¿Qué estás haciendo aquí?— Cuestionó.

— Es increíble que me humilles de esta forma. — Arrojé con decepción.

— ¿Qué?

Tiré el folder en la mesada y Daniela me observó, lo tomó haciéndose la desentendida.

— ¿Qué es esto?— Preguntó con mirada confusa.

— Míralo por ti misma. — Ordené apuntando los papeles.

Ella hizo caso y comenzó a leer el documento, cuando terminó alzó su vista y arrugó las cejas.

— ¿Es tú manera de vengarte?— Solté con furia. — Dime, Daniela.

Así coincidimos || TerminadaWhere stories live. Discover now