Capítulo 11

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Pov Poché.

Miré a Daniela a mi lado en un estado de trance, algo preocupada dejando de lado la plática extraña que tenían en la mesa, toqué su hombro para hacerla reaccionar.

Ella dió un pequeño salto en su asiento tirando su teléfono al suelo, toda la mesa nos puso atención.

— ¿Pasa algo?— Cuestionó Verónica.

Daniela tiraba un tenedor al suelo, mi mano se apoyó en el respaldar de la silla para recoger yo el tenedor por ella.

— No, todo bien, sigan en lo suyo. — Le aseguré a Verónica con media sonrisa.

Verónica me vió desconfiada pero hizo que todos perdieran la atención en la castaña, ella ya había recogido el teléfono y ahora jugaba con sus dedos con ansiedad.

— ¿Te encuentras bien?— Le susurré preocupada a la castaña ante su actitud.

— Yo-

— ¿Quieres salir de aquí?— Pregunté, ella asintió rápidamente con su cabeza.— Vamos.

Tomé su mano levantándome de mi asiento para que ella imitara mi acción, inmediatamente llamamos la atención de todos en la mesa.

— ¿A dónde van?— Inquirió Verónica con una ceja alzada.

— Tengo que ponerme de acuerdo en unas cosas con Daniela. — Mentí buscando la aprobación de la castaña.

— ¿Es cierto, Cal?— Preguntaba Lila a la castaña.

Daniela estaba ida, tuve que apretar su mano para que le pusiera atención a Verónica y a Lila.

— Si, tenemos una idea y eso. — Secundó mi mentira con una sonrisa pequeña en el rostro.

— De acuerdo, cualquier cosa llamen. — Replicó Verónica no muy convencida, asentí con mi cabeza.

— O comanse. — Tosió alguien en la mesa.

— Idiota. — Murmuré rodando los ojos. — Nos vemos luego.

Salí con la castaña tomada de la mano llegando al ascensor, nos subimos a este y las puertas se cerraron, Daniela jugueteaba con mis dedos inquieta.

— ¿Dani?— Murmuré viendo su perfil.

— No me digas así, por favor. — Pidió con severidad.

— Lo siento. — Me disculpé apenada, tal vez había tomado mucha confianza. — No quería incomodarte.

Ella sacudió la cabeza y soltó mi mano pasando las manos por su cara, llenó de aire sus pulmones y recargó su espalda en la pared del ascensor.

— Perdón, no me siento bien. — Expresó con tono de voz abatido.

— ¿Necesitas algo?— Pregunté sin saber que hacer para verla mejor.

Ella me vió y caminó hasta mí, me quedé sin aire al verla tan cerca haciéndome tragar grueso.

Virgen de todos los agarraderos existentes dame uno porque me desmayo.

— ¿Me das un abrazo?— Susurró con tono de voz frágil.

Mí corazón latió con fuerza dentro de mi pecho al ver sus ojos con la viva necesidad de un abrazo reflejado en ellos. Abrí mis brazos y ella no tardó en rodear mi cintura con los suyos, escondiendo su cara en mi cuello.

Estaba sintiendo pena ajena, mi corazón estaba cómo un estúpido y no se podía controlar al abrazar a Daniela.

Nos quedamos así, inmóviles, envueltas en el abrazo. El calor del cuerpo de Daniela acobijándome, el olor de su cabello penetrando mis fosas nasales tomando el atrevimiento de acariciar su espalda.

Así coincidimos || TerminadaWhere stories live. Discover now