Capítulo 8

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Pov Poché.

Tenía un monstruo frente a mí y no sabía cómo cuadrar mi ataque. Lo intenté, miré todas las probabilidades para anotar un headshot bestial, pero ahora no encontraba nada ante esto tan desconocido.

— ¿Qué es eso?

Caleb llegaba dónde estaba con voz confusa, bufé y lo vi desde arriba.

— Un ser desconocido se impuso ante mí. — Respondí, Caleb frunció el ceño.

Mis mejores amigos y yo estábamos en el bar de Edgardo para tocar, así que estábamos en la tarima del restaurante preparando los instrumentos.

Yo había tomado un descanso sentándome en la tarima, mis pies colgaban mientras veía aquella cosa rara.

— Pero solo es una lista. — Comentó el tatuado sin entender.

— No es cualquier lista. — Repliqué. — Es la lista de los clichés, querido.

Caleb llevó una mano a su boca jadeando con sorpresa, apreté mis labios asintiendo con mi cabeza.

— No me digas que...

— Tengo que cumplirla para salir con una mujer. — Lo interrumpí, Caleb llevó las manos a su cabeza.

— Garzón, tira eso. — Ordenó escandalizado.

— No puedo, debo cumplir. — Contesté en un suspiro.

— Soldado, es una orden. — Pidió otra vez, apreté los labios.

— El deber es más grande, capitán...— Murmuré.

— Razones ya mismo, soldado. — Exigió.

Llené de aire mis pulmones y aparté la vista con timidez.

Caleb y yo una vez juramos huir de lo cliché y el amor, sea visible o no debíamos huir de él, a toda costa. Era una manera de proteger nuestros corazones ante el amor y personas.

El día que eso cambiará por alguien, debíamos revocar nuestro código con las palabras que decidimos ese día.

Iba a romper nuestro código con las palabras más serias para ambos.

— No puedo porque ella es ella, capitán. — Arrojé con determinación.

— Oh no...— Murmuró.

Caleb bajó la cabeza rascando su cabello, mientras yo me veía en el limbo de aquella lista que alguna vez juré destruir si se ponía frente a mí, pero ahora...

Yo cumpliría esa lista por ella.

— Juramos nunca caer en los clichés, soldado. — Recordó mi amigo.

— Requiero de su compañía para retirar mi juramento, capitán. — Respondí con seguridad.

— ¿Está segura, soldado?— Caleb hizo una mueca de esperanza.

— Si. — Afirmé.

Caleb apretó los labios, se puso totalmente erguido sacando el pecho y alzando el mentón.

— Firme, soldado.

Me puse de pie con la lista en mano, Caleb negó con su cabeza y me tomó de los hombros una vez estuve erguida, sus ojos estaban llorosos.

— Sea libre de caer en manos del cliché y el amor, soldado. — Despidió con valentía, asentí con mi cabeza sintiendo ganas de llorar.

Caleb se alejó un poco y entonces su palma impactó en mi cabeza, lo hizo dos veces más revocando todo juramento de la pendejada que iba a cometer con dolor en mi cabeza.

Así coincidimos || TerminadaWhere stories live. Discover now