Capítulo 3

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Pov Calle.

Por Dios.

No volveré a tomar en mi vida, la cabeza se me iba a partir en dos. Creo que me pase un poquito con el whisky, sentía que me iba a partir en dos.

Si quería que me partieran en dos pero no así.

Cerré mis ojos con fuerza, la luz del sol se colababa por la ventana de la habitación del hotel, me senté en la cama y me di cuenta que aún tenía la ropa de ayer.

¿Por qué olía a pescado y whisky?

Salí de mis pensamientos cuando vi a Verónica entrar a mi habitación. Estábamos en cuartos compartidos, por lo cual ella estaba en la otra. Vero venía con su característica ropa ejecutiva, su cabello en ondas, labial rojo y aire imponente.

Mi prima siempre fue atractiva, no por algo éramos las más guapas de nuestro colegio en Miami, todos babeaban por nosotras, debo admitir que he utilizado mi belleza para conseguir lo que quiero.

¿Orgullosa? Por supuesto.

— Ah, ya despertaste. — Soltó mi mánager.

— Holi, Vero. — Saludé con una sonrisa tierna, hice una mueca porque mi cabeza dolía.

— Nada de "holi, Vero". — Replicó Verónica, hice un puchero. — Mira lo que ocasionaste.

Verónica me tiró una revista en las piernas, suspiré sabiendo que muy probablemente estaría en primera plana cómo la alcohólica que era.

Esperen, ¿qué?

— ¡¿Pero qué mierda hice anoche?!— Exclamé arrugando mis cejas.

En la revista salía una foto mía, pero no estaba sola. Había una chica, sosteniéndome de la cintura, su rostro muy peligrosamente cerca del mío. Enchiné mis ojos tratando de ver su rostro, pero no se le distinguía el rostro por su cabello peliazul.

— ¿Contexto?— Pedí confusa.

— No te mereces cometerla sin pretexto. — Dijo Verónica. Me dieron ganas de llorar. — Ayer te envié miles de mensajes, te llamé miles de veces al igual que los chicos. Ayer debías estar aquí para arreglar el problema de Armando.

Tapé mi rostro con la revista tirándome en la cama, Verónica estaba molesta y yo no recordaba nada. Solo sé que me fui a un bar en el mediodía, luego de ello no sé más.

— Ahora ya no eres la cornuda sino la infiel, y todo mundo pregunta quién es la chica y tu madre no ha dejado de llamarme. — Añadió Vero, cruzándose de brazos.

— Emmm.

— Y para terminar, vienes ebria, con olor a pescado y con una desconocida. — Reclamó. — Oh vaya sorpresa, la reconocible modelo Daniela Calle estaba durmiendo en bolsas de basura.

Abrí mis ojos grandes y me senté en la cama de golpe. ¿Basura? ¿Dormir? ¿Cómo me atreví a hacer tal atrocidad? Las diosas cómo yo no duermen en basura, al contrario debo dormir en las nubes del cielo.

— Nadie se enteró, ¿cierto?— Pregunté.

Sentía mi dignidad en el suelo, aunque en estos momentos ni tenía.

— No, por suerte. — Respiré aliviada. — ¿Pero te das cuenta de lo qué grave qué es?

Verónica alzó una ceja esperando una respuesta, resoplé y llevé un mechón detrás de mi oreja.

— Lo siento. — Murmuré, reconociendo mi error. — Reconozco que me pasé, solo quería despejarme un poco, no pensé que terminaría así.

Era la verdad, solo tomaría un poco. ¿Pero no les pasa qué toman alcohol y quieren olvidar todo?

Así coincidimos || TerminadaWhere stories live. Discover now