Final/Epílogo

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Pov Calle.

8 años después.

Revisé lo documentos enfrente de mi y resoplé cerrando la carpeta de golpe, todo estaba mal redactado.

— ¡Quetita!— Exclamé.

Mi secretaria apareció cómo a la velocidad de la luz.

— Dígame, jefa. — Respondió mi secretaria con su característico buen humor.

— Manda estos documentos al departamento de finanzas, está mal redactado y de esa forma no puedo firmar. — Le expliqué, ella asintió anotando en su agenda.

— De acuerdo, jefa. — Replicó. — ¿Algo más?

— ¿Llamaste a mi esposa?— Inquirí viéndola.

— Si, me dijo que estaba en el estudio y que no podía pasar por usted ya que hoy es reunión de padres en el colegio de sus hijos. — Informó, abrí mis ojos.

— Ay por Dios es cierto. — Murmuré.

Miré mi reloj en mi muñeca eran las 11:45 am y la reunión era a las 12:00 pm. Quité mis lentes de lectura y miré a mi secretaria enfrente de mi.

— Cancela mis reuniones de hoy. — Pedí a mi secretaria.

— Le recuerdo que hoy debían hablar con el diseñador por el nuevo desfile. — Me recordó, resoplé guardando mis cosas en mi bolso.

— Dile que no puedo, mis hijos son más importantes. — Contesté tomando mi abrigo y mi bolso.

— De acuerdo. — Mencionó caminando conmigo fuera de mi oficina.

— Muy bien, cualquier problema me marcas al celular pero-

— Apartir de las 6:00 pm a 7:00 pm porque el resto de la noche está con su familia. — Me interrumpió, sonreí satisfecha.

— Por eso te subo el sueldo. — Comenté guiñándole un ojo. — Nos vemos, quetita.

Salí de mi oficina para subir al elevador, me adentré a la caja metalica y apreté el botón que me llevaba al lobby.

Busqué mi teléfono y llamé a mi esposa, los tonos sonaron y después de unos segundos escuché su voz.

— ¿Cómo está la mujer más hermosa?— Mencionó formando una sonrisa en mi cara.

— Siendo tu esposa por suerte. — Bromeé con tono de voz divertido.

— Yo la más suertuda. — Replicó con voz alegre.

Sonreí cómo la primera vez a pesar de los años.

Era increíble cómo habían pasado 8 años y mi esposa siguiera igual de atenta, amorosa, detallista y un sin fin de cualidades las cuales no terminaría de nombrar.

Podía asegurar que el amor que nos teníamos crecía día con día.

He pasado los mejores 8 años de mi vida junto a Poché, era sencillamente maravilloso compartir mi vida con la suya.

— ¿Cómo se ha comportado nuestra pequeña Anto?— Inquirí arreglando mi cabello en el espejo del ascensor.

— Está dormida, cómo siempre. — Contestó mi esposa resoplando.

Me reí y salí del ascensor al ver las puertas abrirse, saludando a todos los empleados amable.

Antonella Calle Garzón, nuestra segunda hija la cual solo tiene 11 meses, Poché yo decidimos concebirla hace poco, ya que Damon al ser casi un hombre adolescente era algo distinto, por eso queríamos la alegría de un bebé en casa.

Así coincidimos || TerminadaWhere stories live. Discover now