Capítulo 33

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Pov Calle.

4 meses después.

Me moví nerviosa mientras me pasaba una mano por la cara frustrada, zapatee el suelo de mal humor y estresada, mientras al otro lado de la línea no se escuchaba más que un silencio, miré mi reloj y era el tiempo justo.

Alcé la cabeza entre la multitud de personas que iban y venían del aeropuerto, finalmente escuché una voz del otro lado de la línea del teléfono.

— Habla con el gerente, señorita Calle. — Escuché una voz masculina.

— Llevo más de una hora esperando y quejándome. — Reproché. — Pedí un estúpido dinousario inflable gigante con su empresa y lo que me dieron fue un perro más pequeño que su... — Apreté los labios y me callé. — ¿Lo van a arreglar o no?

— Lo que podemos hacer es darle un reembolso si no está satisfecha con el trabajo. — Me dijo el hombre de una forma no muy educada, fruncí el ceño. — O podemos mandarle lo que tenemos en el área de inflables de dinosaurios.

¿El maldito viejo me estaba diciendo eso? ¿Me lo estaba diciendo a mi?

— ¿Usted cómo se llama?— Inquirí.

— Soy Julio Perales, señorita. — Respondió con simpleza.

— Bueno, Julio, en mi léxico no existe un no. — Recalque. — A mí me cumplen las cosas más cuando se trata del cumpleaños número siete de mi hijo. — Advertí. — Estoy más que enfadada y no quieres meterte con una mujer molesta, ¿tienes esposa?

— S-si, señorita. — Tartamudeo, sonreí.

— Pues tu esposa no es nada comparado a cómo yo me molesto. — Amenacé con voz fría. — Si no quieres que sea tu pesadilla espero me consigas un maldito inflable de dinousario de 2 metros,¿entendido, Julio?

— Inflable de dinosaurio, así será, señorita. — Contestó, sonreí satisfecha.

— Nos vamos entendiendo. — Dije cambiando mi voz a una amable. — Tienen la dirección de dónde será el evento, no quiero fallas, ¿ok?

— O-ok, s-señorita.

Colgué la llamada y guardé mi teléfono, volví a ver la hora en mi reloj y resoplé otra vez sin ver a los llegados, era tarde y tenía cosas que hacer.

Mi teléfono vibró en mi bolsillo, lo saqué y tenía muchos mensajes en WhatsApp, pero uno me hizo sonreír ligeramente.

“No te estreses tanto con el cumpleaños, espero verte más tarde”

“Besos”

“Deberías pagarme el psiquiatra después de esto”

Escribí un respuesta rápida y me reí por dentro con lo que le envié. Volví a guardar mi teléfono y me crucé de brazos esperando.

Estaba tan atareada con el cumpleaños de Damon que el venir por mis padres al aeropuerto no me convenía para nada, pero eran mis padres ni modo que les mandara un burro.

Por suerte esperaba mi mamá no estuviera tan cascarrabias, mi padre, bueno, mi papá solo existía.

No negaba que estaba algo nerviosa, hace mucho no los veía en persona, aunque mi madre se había puesto en contacto conmigo y esa escena fue demasiada rara, no sabía cómo tomar su comportamiento.

Según tenía entendido estaba cambiando su pensamiento, esperaba no fuera algo pasajero y siguiera así.

Han pasado cuatro meses, era noviembre y no sé cómo en poco tiempo Damon estaba cumpliendo siete años, y luego de eso vinieran las fiestas y mi cumpleaños, iba a volverme loca porque estoy yendo rumbo a los 30.

Así coincidimos || TerminadaWhere stories live. Discover now