Capítulo 24

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Pov Calle.

Era de mañana y en la casa de Juan Carlos se escuchaban voces por todos lados, más que todo de la familia Garzón ya que hoy era su cumpleaños, el resto de los habitantes de la casa y yo estábamos de expectadores –no de chismosos– detrás de una pared viendo la escena.

Juan Carlos, Valentina, Poché y Milenka estaban en la cocina, todos muy contentos con música de los 80s mientras volaban panqueques de un sartén que tenía Juan Carlos, pan tostado que vigilaba Milenka, fruta que picaba Valentina y Poché haciendo zumo de naranja.

Era tan cómico ver cómo padre e hijas hacían pasos rockeros con cada canción, mientras sonreían.

— Mamá, mami Potché está feliz. — Me decía Damon con una sonrisa en un susurro.

— ¿Verdad qué si?— Alenté viéndola sonreír radiante.

— Si, está igual de feliz cómo la vez que llegó a casa y se quedó viendo tu nuca. — Confesó mi hijo asintiendo con orgullo.

— ¿Mi nuca?— Vacilé frunciendo el ceño.

— Si, no sé por qué la puso feliz, pero ella me lo dijo. — Replicó Damon encogiendose de hombros.

¿Mi nuca? Pero qué ha pasa'o dijo Auronplay, anoté mentalmente que debía preguntarle a Poché sobre mi nuca luego.

Seguimos viendo la escena y más de alguno de mis cómplices grababan el momento, nos contuvimos la risa cuando Milenka intentó girar un panqueque en el aire cómo su padre, pero lo único que consiguió fue que la mitad de este cayera al suelo.

— ¡El medio panqueque es de Ilenka!— Exclamaba Valentina burlona.

— ¡Tiranía!— Expresó Milenka con voz ofendida.

— Justicia, hija. — Dijo Juan Carlos quitándole el sartén. — Ahora limpia la otra mitad del panqueque o se lo comerá Byron.

— Mi hijo quedó estítico la última vez que hizo eso. — Comentó Milenka.

Todos miramos a Carol y ella asintió con su cabeza afirmando lo que decía su esposa.

— Igualita a su madre. — Decía Poché burlona.

Miramos a Carol de nuevo y ella asintió con su cabeza lentamente de nuevo, contuvimos la risa.

— Calla. — Dijo Milenka, dándole un golpe a Poché.

— El desayuno está listo, deberían llamar a todos. — Sugirió Juan Carlos.

Cuando Damon saltó de mis brazos todos comenzamos a hacer muecas viéndolo, pidiendo silencio y que no nos delatara, pero mi hijo no perdonaba nada.

A veces me arrepentía de ponerle Damon, era un pequeño demonio traidor.

— Abuelo Juanca, todos están ahí. — Declaró llevando sus manos hacia atrás.

Todos corrimos hasta las escaleras y con nuestra actuación del año, comenzamos a silbar aparentando bajar las escaleras recientemente. Miramos a la familia al final de las escaleras con una ceja alzada y de brazos cruzados.

— No puedo silbar. — Habló Rose sin poder silbar.

— Calla, brujita. — Reproché. — Buenos días, Milenka, Valentina.

Me acerqué a Juan Carlos y le di un abrazo corto, pero él me retuvo en el abrazo más cariñoso moviendome de un lado a otro, reí.

— Feliz cumpleaños a la cabecilla de está linda familia. — Felicité con una sonrisa, Juan Carlos me sonrió.

Así coincidimos || TerminadaWhere stories live. Discover now