Capítulo 17

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Pov Milenka.

Horas antes.

Revisaba los papeles de contabilidad que debía firmar, revisaba los números y por alguna razón algo no cuadraba en el balance.

Suspiré y tomé el teléfono para llamar a mi secretaria.

— Dígame, licenciada Garzón. — Contestó con su característica amabilidad.

— Quetita, dígale al jefe de contaduría que se presente a mi oficina. — Ordené pasando uno de mis dedos por mi ceja.

— El señor Rivas no está en su oficina. — Replicó, suspiré.

— Llame a su número privado, es urgente. — Acote percibiendo un dolor de cabeza.

— A la orden.

Colgué el teléfono y tiré mi espalda en la silla llenando de aire mis pulmones, necesitaba un descanso.

Cerré los ojos unos momentos alejando todo estrés de mi cuerpo, quería vacaciones o algo parecido, estaba demasiado metida en las empresas y papá siempre esperaba lo mejor de mí.

A pesar de ser la menor –por un minuto– toda la carga del apellido Garzón había caído sobre mis hombros cuándo Poché se fue de la casa, todo por perseguir sus sueños.

Admito que la admiraba en ese sentido, ella tuvo la valentía de luchar y por lo escaso que he visto en redes está llegando muy lejos y me pone muy feliz.

Por suerte nunca nos han vinculado, ya que mi identidad ha estado en secreto por la razón de que no quería que por tener el apellido Garzón la perjudicará o algo parecido, por otro lado siempre me ha gustado la privacidad.

Una parte de mi se ponía contenta que mi hermana tuviera contacto conmigo otra vez, habían sido dos años en dónde nuestro lazo se había roto y era triste porque siempre fuimos muy unidas.

Pero Poché persiguió sus sueños y yo me quedé en las empresas para que ella los logrará y papá no fuera tan duro con ella.

Aún cuando implicaba dejar mi carrera de cine atrás para que mi hermana fuera feliz.

Salí de mis pensamientos al oír la puerta abrirse de golpe, abrí mis ojos e inmediatamente los rodé.

— ¿Qué haces aquí, Evan?— Expresé tomando los papeles regados en mi escritorio.

— ¿Te atreves a saludarme de esa forma?— Dramatizó llevando una mano a su pecho. — Ni me has llamado, ni mandado mensaje, soy tu amigo.

— A veces olvido lo dramático que eres. — Murmuré buscando mi bolígrafo favorito.

— ¿Y todavía me dices dramático? ¡Soy tu amigo!— Exclamó con total indignación, reí cerrando una cifra.

— Mi amigo, no mi esposa, idiota. — Le recordé con voz burlona.

— Que feos modos. — Se quejó.

Reí y Evan se sentó en una silla viendo sus uñas, alcé mi vista y él arregló su cabello pelirrojo, me vio con una sonrisita en la cara.

— ¿Adivina qué?— Arrojó tamborileando sus dedos en la mesa.

— Por favor no me digas que compraste más disfraces con forma de pene. — Mencioné frunciendo los labios.

— ¡Estaban al 2x1!— Se defendió negando con la cabeza.

— ¿Y eso qué? En vez de un cerdo feliz parecías un pene con erección. — Puntualice arrugando el gesto.

Así coincidimos || TerminadaNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ