Capítulo 9

4.9K 438 97
                                    

Pov Calle.

No sabía que tan seguro era bañarme cuando mi falsa novia estaba en mi departamento.

Y si...

No, no, no. ¡Control Daniela Calle!

Alejando pensamientos de mi cabeza, salí de mis prendas para abrir la llave de la ducha.

— Siri, modo ducha.

Obviamente le dije a Siri que pusiera música de calidad.

Fue entonces cuando la bocina empezó a sonar con Ana Gabriel de fondo. ¡Ahora sí a cantar!

— ¡Ay amooor, no sé que tiene tu miraaar! ¡Que día a día me conquista más y más!— Canturreé.

¿Qué estaba usando el shampoo cómo micrófono cantando a todo pulmón?

Por supuesto que sí.

Hoy se hacía gira con el shampoo de micrófono.

— ¡Ay amoooor! ¡Cuánto daría por romper ese misterio que me atrapa sin quereeee- aaaah!

No se imaginan el susto hijueputa que me llevé cuando miré una silueta por detrás de la puerta de la ducha.

— ¡No veo nada, lo juro, lo juro, lo juro!— Gritaba Poché rápidamente.

— ¡María José!— Reproché.

Iba a decirle sus cuántas cosas por invasora, pero cuando saqué la cabeza y la miré con sus ojos tapados y apenada, todo insulto quedó atorado en mi garganta.

— Lo siento, lo siento, lo siento. — Se disculpaba dándome la espalda con los ojos cubiertos por su mano.

— ¡¿Qué haces aquí?!— Cuestioné alterada por el susto.

— Es que hay un hombre en la puerta y está tocando cómo loco. — Explicó.

— ¿Qué?— Arrojé confundida.

— Yo no fui. — Respondió con voz nerviosa y bochornosa.

Rodé los ojos y tomé una toalla para taparme, resoplé y tomé de la muñeca libre a Poché para arrastrarla conmigo fuera del baño.

Cambie mencionar que no quitaba la otra mano de sus ojos.

Tierna...

— Por cierto estoy en-

— ¡Dios mío!— Exclamé asustada por segunda vez.

Me escondí detrás de la pared más cercana con su cuerpo, asomé la cabeza y la iPad estaba en pleno live.

¡Casi me ven la concha!

— ¡¿Por qué no me dices que estás en live?!— Dije alterada, Poché hizo una mueca.

— Es que no veo nada. — Replicó con obviedad.

— Ya puedes ver. — Le dije al ajustar mi toalla.

Poché abrió sus dedos para ver en medio de ellos, al verme frente a ella los cerró de nuevo negando con su cabeza.

— Ay papito Dios, digo-

Ella tragó grueso y yo alcé mis cejas, Poché apretaba su mano contra sus ojos.

— Estás en toalla. — Puntualizó, alcé una ceja.

— ¿Algún problema?— Inquirí.

— Muc-chos. — Tartamudeó.

Suspiré pasando una mano por mi cabello húmedo.

Así coincidimos || TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora