¿A quién no le gusta un pequeño alfa dulce?

Capítulo 13: Segundo requisito.

Al escuchar el significado de las palabras de Su Qian, las mejillas de Su Yuzhou se enrojecieron y su corazón latió unos puntos más rápido.

Sin embargo, no entendió la conexión entre sus dos frases.

"¿Por qué?" Su Yuzhou se quedó perplejo: "¿Qué tiene que ver que vayas a una reunión con que... nos acostemos nosotros?"

"Ahora el estado es estable y el celo no ha aparecido, y... Y no fue justo esta mañana en el coche..."

Con estas últimas palabras, Su Yuzhou no pudo continuar.

Su Qian miró sus ojos parpadeantes, y su rostro y orejas estaban todos rojos. No pudo evitar levantar las comisuras de sus labios. Abrió la puerta del refrigerador de buen humor y metió la bolsa de "fracasos" en su mano.

Luego dijo: "Es cierto, no hemos tenido ningún episodio de celo desde esta mañana, lo que demuestra que el sexo ayuda".

"Así que, en caso de que tenga un accidente de camino a la reunión, tendremos que hacerlo de nuevo".

La expresión de Su Qian se volvió seria, no estaba bromeando con Su Yuzhou ni chantajeándolo con esto, pero tenía una necesidad.

"Por supuesto, como la reunión es mañana por la tarde, lo mejor sería que lo hiciéramos mañana por la mañana".

A juzgar por los resultados de hoy, esto le permitiría al menos durar hasta que volviera de la reunión.

De hecho, Su Qian había intentado evitar salir en la medida de lo posible, utilizando el vídeo para las reuniones básicas, mientras que la mayoría de los asuntos de la empresa se resolvían por correo electrónico, y dejando que su asistente clasificara los que necesitaban firmas y los enviara a su puerta.

Sin embargo, no todos los asuntos pueden completarse en casa, y algunas cooperaciones tienen que ser discutidas en persona para parecer sinceras, lo que no puede evitarse.

Su Yuzhou se mordió el labio.

Pero, había aceptado, ¿qué otra cosa podía hacer?

Su Yuzhou asintió al azar, y luego mirando la forma en que el hombre sonrió ligeramente y extendió la mano para frotar su cabello, pensó por un momento y preguntó: "¿Así que el filete para la cena fue realmente hecho por usted?"

Ante esas palabras, los movimientos de Su Qian se congelaron.

No esperaba que Su Yuzhou retomara el tema tan rápidamente.

Fingiendo no entender, retiró la mano, abrió la puerta de la nevera, sacó dos botellas de agua mineral del compartimento superior y se dio la vuelta y salió de la cocina.

La implicación de su evasión era demasiado obvia, y Su Yuzhou no tenía intención de dejarlo escapar tan fácilmente.

Siguió al hombre hasta la salida, preguntando tras él: "Sr. Su, usted hizo el bistec esta noche, ¿verdad?"

Su Qian lo ignoró y se sentó en el sofá, cogiendo el mando a distancia y encendiendo el televisor, que reflejaba el canal de noticias en la pantalla, con el presentador emitiendo la actualidad internacional.

El hombre parecía no estar escuchando lo que ocurría a su alrededor, sino que sólo miraba las noticias de actualidad, lo que hizo que Su Yuzhou se sintiera un poco raro.

No esperaba que ese Sr. Su de aspecto tranquilo y sereno tuviera un lado tan infantil.

Después de mirar fijamente al hombre durante un rato, viendo que realmente lo ignoraba por completo, Su Yuzhou apartó la boca, por lo que también dejó de hablar.