¿A quién no le gusta un pequeño alfa dulce?

Capítulo 65: Tomados de la mano.

Su Yuzhou y Su Qian se miraron en silencio.

Estaban parados en una isleta peatonal en medio de la carretera, a izquierda y derecha de la isla se oía el constante zumbido del tráfico, y los pilares protectores de rayas amarillas separaban un espacio de un metro de ancho, dejando una zona segura para los peatones.

Con luz roja en el semáforo, los peatones bulliciosos se paraban en los lados izquierdo y derecho de la carretera, esperando el momento en que la luz roja cambie a verde.

Y las dos personas de pie en la isla peatonal, por un breve instante, quedaron atrapados fuera del mundo.

Su Yuzhou miró a Su Qian, Quería captar todas sus expresiones, pero... Aquí estaba demasiado oscuro.

La luz de las estrellas no le permitía ver con claridad, sólo pudo ver los ojos negros del hombre inundados de una luz tenue, tan profunda que eran como las estrellas, como si pudieran succionarlo al siguiente instante.

"¿Sólo... venir a verme?"

Habló en voz baja, apenas audible por encima del zumbido de los coches que pasaban a toda velocidad.

Y sin embargo... Su Qian lo oyó.

No pudo evitar levantar la mano y volver a observar al joven con indecisión, al ver que no se resistía, por fin tuvo el valor de acariciar la parte superior de su cabello.

Como antes, la palma del hombre frotó su cabeza íntimamente, Su Yuzhou lo miró, mordiéndose ligeramente el labio inferior.

"Y te he traído algo".

Me dijo: "Esta en el coche, ¿puedes venir conmigo a buscarlo?".

Su Yuzhou lo miró y asintió levemente.

Entonces vio que el hombre curvaba los labios, e incluso sus ojos brillaban con una sonrisa suave como el cristal.

"Gracias.

Su Qian dijo: "Para que podamos estar juntos un poco más".

Aunque sólo fue un momento.

Su Yuzhou sintió como si algo pesado hubiera golpeado su corazón.

Miró a Su Qian, era difícil imaginar que con ese carácter de otro mundo que tenía, dijera esas palabras con esa mirada.

"Hm."

Su Yuzhou respondió, queriendo de repente acercarse y abrazarlo, pero... la luz verde estaba encendida y los peatones a ambos lados de la carretera se acercaban rápidamente a ellos.

El fuerte ruido los devolvió al mundo real y él perdió esa oportunidad.

"¿Así que... vamos a buscarlo ahora?" preguntó Su Yuzhou, señalando en la dirección de donde Su Qian acababa de salir.

Su Qian asintió con la cabeza.

Para entonces, los peatones ya habían llegado al punto medio, no entraban en la multitud y los olores agitados llegaban en tropel.

Con el ceño ligeramente fruncido, Su Qian cogió la muñeca del joven y le puso la otra mano en el hombro, protegiéndolo de la multitud mientras caminaba hacia el arcén.

Obviamente era Omega, pero frente a Su Yuzhou, estaba acostumbrado a ser un protector y estaba feliz de hacerlo.

Su Yuzhou tampoco era consciente de ser un Alfa.

Se reclinó en los brazos del hombre, sintiendo el calor de su cuerpo y el vago aroma a castañas que desprendía, sabiendo que habían hecho hasta las cosas más íntimas.