Capitulo 26

999 34 0
                                    

Milagro Navideño de 1976
Capitulo 26

CASA DE LA FAMILIA GOMEZ-SANABRIA HACIA LAS 8 DE LA TARDE

La casa estaba vacía cuando Manolita abrió la puerta ayudando a un maltrecho Manolin a entrar en casa.
MANOLITA: Holaaa! Familiaaa! Ya estamos aquí! Hay alguien?
MANOLIN: Parece que no hay nadie mama. Lo ves… Teníamos que haberles avisado de que me habían dado el alta.
Manolita ayudo a Manolin a quitarse el abrigo y a llegar al sofá para que se sentara.
MANOLITA: Puede que si hijo… Que raro… Donde estarán?
Mientras Manolita se quitaba el abrigo y lo dejaba en la entrada junto al de su hijo, Manolin vio un papel al lado del teléfono.
MANOLIN: Mira mama los datos del hotel de Amelia, puede que estén allí. Voy a llamar, vale?
------------------------------------------------
HABITACION 206 DEL HOTEL GRAN VIA

Amelia no entendía porque Luisita llevaba 10 maletas rojas idénticas a la suya.
LUISITA: Me vas a dejar pasar o que?
Amelia se apartó y la dejó pasar. Empezó a cerrar la puerta…
LUISITA: No, no… Espera que hay más maletas!
AMELIA: Más… para que?
Justo en ese instante Mateo abrió la puerta del ascensor como pudo rodeado de otras 15 maletas.
MATEO (en voz alta): Eeeehhhh!!!! Una manita por favor?
LUISITA: Amelia! No te quedes ahí como un pasmarote! Ayúdalo tu! Que yo no puedo…
Amelia no entendía nada y no le gustaba ni un pelo ese tal Mateo pero fue a ayudarle salir del ascensor.
Una vez descargado el ascensor Mateo cogió 4 maletas yendo hacía  la habitación. Se giró y le dijo a Amelia guiñando un ojo.
MATEO: Necesitas ayuda preciosa?
Amelia no daba crédito. Como podía estar Luisita con semejante estúpido.
Luisita salió de la habitación pegando a Mateo en la cabeza.
LUISITA: Mateo déjate de bromas… Trae Amelia, deja que te ayude.
Amelia y Luisita metieron el resto de maletas a la habitación al mismo tiempo que Marcelino y Pelayo salían del baño y sonaba el teléfono.
RING, RING
Mateo respondió sin pedir permiso a nadie.
MATEO (por teléfono): Habitación del amor eterno, dígame?
Amelia ni siquiera trató de disimular su enfado mientras miraba a Luisita.
AMELIA: De donde lo has sacado? Controla a tú “amiguito”.
Amelia quitó bruscamente el teléfono de la mano de Mateo.
AMELIA (por teléfono): Diga?
Luisita agarró del brazo a Mateo y lo alejó del teléfono y volvió a pegarle en la nuca con la mano.
LUISITA (enfadada): Puedes dejar de hacer el bobo aunque sea por un segundo?
Mateo se puso firme y le hizo el saludo militar.
MATEO: Si señorita comisaria!
Luisita se rio y le dio un toquecito en la cabeza sonriendo.
LUISITA: Que tonto eres a veces…
MATEO: Bueno… Si solo es a veces…
Amelia siguió con detalle toda la escena mientras hablaba por teléfono con Manolin.
AMELIA (por teléfono): Como me alegro de que ya estés en casa! Tranquilo no te preocupes y deja de pedirme perdón. Pues parece ser que a tu hermana se le a ocurrido una de sus geniales ideas ( Luisita levanto la cabeza al oír eso e hizo un gesto de indignación entrecerrando los ojos) pero todavía no nos la ha contado. Vale… Ahora se lo digo. Igualmente! Mañana nos vemos. Adios. Adios.
Todos miraban expectantes a que Amelia les contara, bueno menos Mateo que estaba detrás de Luisita dándole un repaso con la mirada al trasero de esta.
Amelia lo vio y llena de celos llamó la atención del chico.
AMELIA: Ejem…
Mateo reaccionó, se puso a la altura de Luisita y la rodeó con el brazo.
AMELIA: Era Manolin. Acaban de llegar a casa y necesitan que alguien vaya porque Manolita quiere acercarse al despacho de abogados para consultar a ver que podemos hacer legalmente contra Valverde.
LUISITA (emocionada): Yo voy!!! Que ganas tengo de ver a mi hermanito… (su cara cambió de emoción a enfado) Me va a oír a mí…. Vamos que si me va a oír!!! Vamos?
Luisita ya estaba en la puerta de la habitación mientras Pelayo y Marcelino se ponían los abrigos.
MARCELINO: Espera hija! Nos vas a contar a que vienen tantas maletas iguales?
LUISITA: No os lo puedo conntar de camino a casa? Me muero de ganas de ver a mi hermano.
Luisita parecía una niña dando saltitos emocionada por salir de casa con un juguete nuevo. Marce le señaló a Amelia con la mirada y recordó la situación, se acerco a Mateo y con una cara suplicante le dijo
LUISITA: Mateo… se lo cuentas tu a Amelia?
Luisita jugaba con las solapas del abrigo del chico y este tomó una actitud chulesca.
MATEO: Por supuesto.
Luisita se lo agradeció con un beso en la mejilla.
Pelayo y Marcelino despidieron con un abrazo a Amelia y con una mirada amenazante a Mateo.
Luisita se acercó a despedir a Amelia. La cogió de las manos y guiñándole un ojo le dijo:
LUISITA: Confía en mi! Cuando a salido mal una de mis ideas?
Amelia la miró con una ceja levantada.
LUISITA: Bueno vale… Pero esta funcionará! Estoy segura. Confía en mí!
Luisita besó a Amelia en la mejilla muy cerquita de la comisura del labio. De camino a la salida arrastró a Mateo con ella, se acercó a su oído tapándose con la mano.
LUISITA (susurrando): Cuida de ella! Y como le toques ni un solo pelo te las verás conmigo.
Luisita se separó de Mateo, le recoloco las solapas del abrigo con una sonrisita en los labios y lo beso sonoramente en la mejilla.
LUISITA: Uy… Te he manchado… deja que te limpie.
Sonriente, Luisita limpió la marca del pinta labios de a mejilla de un embobado Mateo y salió de la habitación.
Mateo se quedó mirando la puerta como embrujado.
Detrás de él una increíblemente celosa y devastada Amelia.
AMELIA [Pensamiento Interno]: Como he podido ser tan tonta!!! He perdido al amor de mi vida y para que? Podré haber alcanzado el éxito en París pero al margen del éxito y reconocimiento profesional no tengo nada… no tengo a nadie con quien compartirlo…..
SÓNIDO DE APLAUSO O UNA PALMADA
Mateo levanto insinuante sus cejas varias veces mientras cogía el menú entre sus manos, se sentaba en el sofá y ponía los pies sobre la mesita de café.
AMELIA: Eeeeeee NO! Vas a contarme el plan de Luisita y después te vas a marchar para que yo pueda descansar.
Amelia le quitó el menú de las manos. Le hizo un gesto para que retirara los pies de la mesita y se sentó en el sillón de enfrente de él con una mirada amenazante.
Mateo tragó saliva intimidado por la mirada y la presencia de Amelia y empezó a contarle el plan de Luisita.

Fin del Capítulo 26

Milagro Navideño de 1976Where stories live. Discover now