Capitulo 38

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Milagro Navideño de 1976
Capitulo 38

LA MAÑANA-MEDIODIA DE 29 DE DICIEMBRE DE 1976

Las chicas estuvieron unos minutos en silencio con los ojos cerrados sin pensar en nada, centrándose solamente en vivir el momento. Amelia soltó su mano derecha de la de Luisita para recorrer su brazo con las yemas de sus dedos haciéndole cosquillitas mientras le daba delicados besitos en la sien, a lo que Luisita conteste llevándose sus entrelazadas manos a su boca para besar la mano del amor se su vida. Amelia tomo y soltó aire profundamente, abrazo fuertemente a Luisita con brazos y piernas.
AMELIA: Ayyyyyxxxx Como te he echado de menos mi vida!
Luisita se quedó pensativa con la vista perdida. Echó su brazo libre para atrás acariciando la mejilla de Amelia antes de recorrer para arriba y para abajo su cuerpo.
LUISITA: Amelia?
Amelia relajó su abrazo dándole otro besito en la sien posando despues su barbilla sobre el hombro izquierdo de la rubia, todo sin abrir los ojos
AMELIA: Uhum. (quiso decirle “dime” con un suave sonido)
LUISITA (con cara de preocupación): Cariño que va a pasar cuando vuelvas a París?
Amelia abrió los ojos y trago saliva conocedora de la seriedad del asunto a tratar.
AMELIA: Tu que quieres que pase?
Luisita se echó un poco a la derecha para poder girar un poco su cara y mirar a Amelia a la cara.
LUISITA (con ojos llorosos): Yo no puedo volver a decirte adiós.
Luisita empezó a llorar haciendo que Amelia llorara también.
AMELIA: Cariño….
LUISITA: En serio Amelia, estos dos últimos meses han sido los más duros de mi vida. Creí que te había perdido de por vida y era incapaz de imaginarme mi vida sin ti. Eres el amor de mi vida pero no sólo eso, eres mi mejor amiga, mi confidente, la persona en quien apoyarme… Lo eres todo para mi. Me mataba por dentro no saber nada de ti, allí, sola. Pero mi orgullo me impedía llamarte o escribirte aunque fuese lo que más me apetecía en la vida. No puedo volver a pasar por eso pero tampoco puedo separarme de mi familia y en la vida permitiría que renunciases al éxito que tanto te a costado conseguir y que tanto mereces.
AMELIA: Amor… A mi me pasa exactamente lo mismo. Me sentí una egoísta por abandonarte y hacerte sufrir tanto.
Amelia soltó la mano de Luisita y se sentó más erguida separándose el poco espacio que la bañera le permitía de la rubia con la cabeza gacha por lo culpable que se sentía. Luisita, preocupada, giro como pudo la parte superior de su cuerpo apoyando la mano izquierda en el fondo de la bañera para aguantar su cuerpo mientras acariciaba la mejilla de Amelia haciendo que la mirara a la cara.
LUISITA: Cariño no! Tu no me abandonaste, entiendes? En todo caso yo fui la egoísta por poner por delante a mi familia. Siento que no me esforcé lo suficiente para adaptarme a la vida parisina.
AMELIA: No digas eso nunca Luisita! Míranos? Intentando disculparnos por la decisión que tomamos precisamente para evitar culparnos la una a la otra.
LUISITA: Pues parece ser que nos equivocamos no? Amelia tu crees que nosotras…
AMELIA: Si podríamos mantener una relación a distancia?
Luisita hizo un gesto afirmativo para hacerle saber que era eso a lo que se refería.
AMELIA: Podríamos intentarlo.
LUISITA: Crees que seríamos capaces?
AMELIA: A ver… No te voy a negar que sería difícil pero me encantaría intentarlo si tu también quieres.
LUISITA: Quiero, claro que quiero pero…. Me da miedo.
AMELIA: A mi también cariño. Pero no tenemos más opción (terminó con un nudo en la garganta).
LUISITA: No llores por favor… (Luisita limpió las lágrimas de las mejillas de Amelia) Hemos sido unas ilusas pensando que al no vernos no pensaríamos la una en la otra. Deberíamos probarlo, al menos por un tiempo.
AMELIA: Serias capaz?
LUISITA: Por ti si Amelia. Mi vida estaba vacía sin ti y sin mi hermana. La marcha de María me afectó más de lo que pensaba, por eso se me hizo cuesta arriba mi estancia en París. Veía lo bien que te desenvolvías allí y sentía que era una carga para ti y volví a sentirme como una birria, todo el día encerrada en aquel apartamento esperando a que llegaras para poder salir y saber que pasaba en el mundo real.
AMELIA: Cariño porque no me lo dijiste? Habría hecho algo para hacerte sentir como lo que eres, tu eres mi fortaleza Luisita. Todas esas veces que tambaleaba mirarte a los ojos me hacia sentir que podía comerme al mundo contigo a mi lado, que nadie podría con nosotras si nos manteníamos unidas.
Las chicas se abrazaron llorando. Pasado unos segundos se separaron mirándose a los ojos hablando a la vez.
LUISITA y AMELIA: Lo intentamos? Volvemos a ser novias?
Se empezaron a reír entre besos y abrazos.
AMELIA: Aixxxxxx Cabecita locaaaa… Donde voy yo sin ti….
GRRRRRR (sonidos de estómago)
Luisita se avergonzó ante las carcajadas de Amelia quien acaricio el abdomen de su NOVIA dibujando circulos.
AMELIA: Lobita mía… Vas a agradecer mi próxima sorpresa.
LUISITA: El que?
TOK, TOK, TOK (tocaron la puerta de la habitación)
AMELIA: Ahora lo veras.
Amelia le dio un beso y se puso de pie para salir de la bañera. Tomó el albornoz de la balda dejando la toalla para que Luisita se secara.
LUISITA (con cara suplicante como haciendo pucheritos): Pero Amelia…. Dímelo…
AMELIA: (en voz alta) Ya vaaaa…. (Hablando a Luisita) Tu sécate y ven.
Amelia salió del baño.
AMELIA (con voz más alta para que Luisita la oyese): Y quita el tapón para vaciar la bañera!

Luisita obedeció a Amelia y abandonó el baño para encontrarse con una sonriente Amelia sosteniendo una rosa roja delante de una mesa repleta de comida.
AMELIA: Taraaaaaaa!!!! (con los brazos extendidos)
LUISITA: Amor mío!!! Que es todo esto?
Luisita se acercó para agradecérselo con un beso. Al separar sus labios Amelia le dio la rosa mientras le retiraba la silla para que se sentara. Amelia se sentó en la silla de enfrente viendo como los ojos de Luisita hacían chiribitas ante tanta y tan suculenta comida.
AMELIA: Tenemos que recuperar fuerzas Luisita, ayer gastamos mucha energía (levantó una sugerente ceja).
LUISITA: Y más que gastaremos!
Amelia se atraganto con la uva que estaba comiendo ante la respuesta que obtuvo y miró sonriente como comía felizmente Luisita quien al sentirse observada levanto la mirada sonriendo a su NOVIA. Las dos empezaron a comer contándose batallitas de sus dos meses separadas.

Fin del Capítulo 38

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