Capitulo 36

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Milagro Navideño de 1976
Capitulo 36

LA TARDE DEL 28 DE DICIEMBRE DE 1976, HABITACION 206 HOTEL GRAN VIA

LUISITA: Preparada?
AMELIA: Para ti siempre.
Luisita empezó a besar a Amelia mientras que con sus manos tomaba las de ella sosteniéndolas por encima de su cabeza manteniéndola inmóvil. Su deseosa boca abandonó la de su amada dejando dulces y húmedos besos en su camino a la oreja derecha.
LUISITA: No sabes las veces que me he imaginado lo que te haría en el momento que volviese a tenerte entre mis manos.
AMELIA: (suave gemido) Aaa (Amelia se mordió el labio para contener sus gemidos) Y que te imaginabas cariño?
LUISITA: A ti (besó su cuello) y a mi (otro beso más próximo a su oreja) a solas como ahora (pequeño mordisquito el en lóbulo) dando rienda suelta a nuestra (mordisquito) pasión (recorrió la oreja con la punta de la lengua) y deseo.
Amelia intentó liberarse de las manos de Luisita haciendo que la rubia abandonara su oreja.
LUISITA: Va usted a algún lado señorita Ledesma?
AMELIA: Luisita por fa…
Luisita le soltó una mano para taparle la boca con un dedo.
LUISITA: Shhh… Ahora yo estoy al mando..
Amelia levantó la ceja derecha y la volteó con un movimiento rápido cambiando sus posiciones.
AMELIA: A si? Pues me parece señorita Gómez que usted no está en una posición de mando.
Amelia entonces comenzó a besar el cuello de la rubia dejando pequeños mordisquitos en su recorrido hacia la boca dejando una pequeña marca en su cuello.
LUISITA: Ameliaaaa en el cuello no! Que voy a decir ahora?
Amelia pegó sus labios en la oreja de Luisita susurrando suavemente muy pero que muy pegada al  orifico.
AMELIA: Ups… Perdone comisaria no me pude contener
Ese pequeño gesto puso a Luisita como una moto, quiso volver a ponerse encima pero Amelia no estaba dispuesta a ceder el mando por lo que comenzaron a rodar por la habitación entre risa, besos y cosquillas.
BUMMM!!!
LUISITA: Aaaauuuuuuccchhhhh!!!
AMELIA: Cariño! Cariño mírame. Estas bien? Te has hecho mucho daño?
Rodando y rodando Luisita terminó dándose un buen trompazo contra la para de la mesita auxiliar. Amelia bajó la guardia pasa socorrerla momento que la rubia aprovechó para empujarla poniéndose encima.
LUISITA: Ajaaaaa Te gane! Vas a ver lo que tengo para ti…
Luisita bajo su cabeza para besar a Amelia cuando vio sangre en la clavícula de la morena. Amelia por su parte miraba a Luisita con cara de preocupación.
LUISITA: Amor mío estas sangrando!
AMELIA: No, no cariño eres tu, te has hecho una brecha en la ceja.
Luisita abrió ampliamente los ojos y empezó a hiperventilar.
LUISITA: Ay dio, ay dios, ay dios… Ahora que te recupero no me puedo morir… Amelia! El cerebro? Se me saldrá? No puedo respirar, no pue… ay…ay..
Luisita empezó a intentar llenar su boca de aire con las manos mientras Amelia intentaba no reírse de lo exagerada que era, la intento tranquilizar levantándola despacito para llevarla al baño.
AMELIA: Tranquila cariño que solo es un golpecito, ven conmigo al baño corazón, así poquito a poquito. Siéntate amor.
Amelia sentó a Luisita en el bidé, empapó una toalla en agua fría y limpio cuidadosamente la ceja sangrante mientras soplaba para calmar el dolor de la rubia, como se suele hacer a los niños pequeños.
AMELIA: Ya esta. Ya esta cariño. Ves como no era nada?
LUISITA: Nada, nada…. Igual he perdido un litro de sangre ahí eh!
AMELIA: Anda exagerada, vamos drama queen, vamos un poquito al sofá.
Amelia tomó la mano y la cintura de una quejica Luisita, la sentó en la mitad del sofá, ella se sentó en una esquina ganándose un pucherito de Luisita, pucherito que desapareció al ver que Amelia la tumbaba para tomar su cabeza en sus manos dejándola en su regazo. Miraba a Luisita mientras jugaba con sus pelos con una mano acariciando su cara y mantenía la toalla en la ceja de Luisita.
AMELIA: Guapa!
Se agachó besando el puente de la nariz y la boca de Luisita.
AMELIA: Añoraba tenerte así, juguetear con tu melena fina y rubia mientras duermes plácidamente en mi regazo porque nunca terminas una película sin dormirte (risas), como me despiertas con tu bonita naricita recorriendo mi cuello para susurrarme al oído “despierta mi amor, no podemos desperdiciar este hermoso día”, como me cuida y te preocupas de que me cuide para no volver al hospital, las noches en las que experimentamos con la comida (risas),…. Te he echado mucho de menos Luisita, muchísimo. Sabes que no he sido capaz de dormir una sola noche en nuestro antiguo apartamento?
Luisita la miró extrañada.
AMELIA: Uhum… Cuando volví Jacques me había recuperado el piso pero no podía quedarme allí (Amelia empezó a llorar suavemente). Te veía en cada esquina, te olía por todos lados, incluso te hablaba al llegar a casa contándote que tal me había ido en el teatro. Pero tu no estabas… Era incapaz de tumbarme en tu lado de la cama y cuando me tumbaba en ella creaba una montaña de cojines para simular que estabas conmigo.  Patético verdad?
Amelia rio mientras se limpiaba las lagrimas. Luisita la agarró del cuello atrayéndola para besarla.
LUISITA: Perdóname amor! Me he pasado estos dos meses lamentándome por tu marcha, porque tu te ibas a vivir tu vida mientras yo me quedaba aquí estancada, rodeada de… de… Todo me recordaba a ti, a nuestra historia, primero amigas, luego… (un largo suspiro) Me convencí a mí misma que para ti sería más fácil, tu no estabas rodeada de recuerdos como yo. Tu estabas cumpliendo tus sueños mientras yo no sabía ni que hacer con mi vida. Nunca me paré a pensar que estaba allí sola (empezó a llorar ella también)… Perdóname por haber sido tan egoísta!
Lusita se incorporó abrazando a Amelia. Después de un ratito abrazadas se separaron y empezaron a reír viendo sus caras y la escena, ellas tapadas solo por sus sostenes llorando como madalenas abriéndose en canal de una vez por todas. Se limpiaron las lágrimas la una a la otra mirándose profundamente a los ojos.
AMELIA: Guapa!!!
LUISITA: Tu!!!
AMELIA: Estas mejor? Te duele?
Amelia acarició suavemente la minúscula rajita de la ceja de Luisita besándola después. Luisita asintió sonriente.
LUISITA: Apenas me duele.
Luisita apartó la mirada viendo donde estaban y su cara cambió rápidamente. Amelia reconoció esa cara.
AMELIA: Esa carita… por dios…. La Luisita sofadicta ha hecho aparición…. (levantando la ceja)
Luisita se sentó a horcajadas encima de Amelia.
LUISITA: Es superior a mis fuerza…. Pero nunca te ha molestado verdad (levantando las cejas sugestivamente)
Luisita atacó la bosa de Amelia con besos llenos de necesidad, amor, pasión, desesperación. Amelia la correspondió introduciendo su juguetona lengua en la caliente y húmeda boca de Luisita. Se separaron intentando recuperar la respiración. Luisita mudó su ya experta boca al cuello de Amelia mientras alcanzada y soltaba el sostén. Una mano jugueteaba con el pecho y el pezón mientras su boca succionaba y  mordisqueaba el otro. Amelia dejo caer su cabeza para atrás gimiendo.
AMELIA: aaaa… ummm… Luisita…. Adoro tu fetichismo con los sofás..
Amelia agarro la cara de Luisita forzando un beso mientras soltaba su sostén y lo tiraba lejos.. Levantó la cabeza de la rubia besando su cuello hasta llegar a su pecho. Tomándose todo el tiempo del mundo acariciando, estrujando, besando, lamiendo, mordisqueando… cada pecho
LUISITA: Tu tienes la culpa cariño…. Sabes lo que me cuesta sentarme en el sofá de casa sin acordarme de nuestra primera vez?
Amelia buscó la mirada de Luisita.
AMELIA: Así que yo soy la creadora de esta fiera sexual??? Uhmmmm…. Y que fue de aquella “panfila”?
LUISITA: Descubrió lo que era hacer el amor con la única e inigualable Amelia Ledesma.
Luisita guio a Amelia tumbándola para recorrer todo su cuerpo a besos. Amelia hundió sus largos dedos entre los cabellos dorados de la mujer que estaba trabajando  en sus pechos.
AMELIA: He creado un monstruo sin saberlo…. Sigue lobita mía…
LUISITA: Auuuuu…
Luisita dejo un momento los pechos de Amelia para aullar mirando hacia arriba pero con los ojos cerrados.

Fin del Capítulo 36

Milagro Navideño de 1976Where stories live. Discover now