Capitulo 57

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Nota: Pensaba saltarme su tiempo en Zaragoza pero me parecio interesante hacer participe de la historia a Devoción. Si a alguien le parece innecesario ya lo siento. Como siempre, espero que os guste leerlo tanto como a mi escribirlo. Muchas gracias!

Milagro Navideño de 1976
Capitulo 57

LA MAÑANA DEL 3 DE ENERO DE 1977, CASA DE LA FAMILIA LEDESMA

Devoción estaba ya preparada sentada en la mesa con el desayuno preparado esperando a las chicas cuando Luisita entró al comedor en bata estirándose seguida por Amelia que también iba en bata.
LUISITA: Buenos días!
Luisita se acercó a Devoción abrazándola por detrás a la altura del cuello y dándole un beso en la mejilla.
DEVOCIÓN: Buenos días hija, has descansado bien?
Amelia se acercó a su madre abrazándola, dándole tres besos en la frente e inhalando su esencia.
AMELIA: Buenos días mama!
LUISITA: He dormido maravillosamente bien Devoción. Su casa no es como me la había imaginado, se respira tranquilidad y amor….
AMELIA: Eso es porque mi padre no está aquí!
DEVOCIÓN: Amelia!
AMELIA: Es verdad mamá! Si el hubiera estado aquí no hubiéramos pasado por la puerta.
DEVOCIÓN: Ya lo se cariño y lo siento mucho pero di mi palabra ante dios y no puedo romper mi promesa.
AMELIA: Lo se mama.
Amelia alargó su brazo para darle la mano a su madre.
DEVOCIÓN: Bueno…. Desayunemos, es vuestra última mañana aquí y quiero aprovechar el tiempo que me queda con mi niña y mi nuera.
Luisita no podía evitar una sonrisa de oreja a oreja al oír la palabra “nuera”. Las tres mujeres se dieron la mano para rezar.
DEVOCIÓN: Gracias señor por permitirme pasar unos días con mi adorada hija y por darme tiempo de conocer más a mi nuera. Gracias también por los alimentos que has puesto en nuestra humilde mesa. Amén.
LUISITA y AMELIA: Amén.
Las tres empezaron a desayunar. Devoción les sirvió una taza de café mientras Luisita le preparaba una tostada con mantequilla y mermelada a Amelia y se le ofrecía un mordisco.
AMELIA: Gracias mi amor (beso). Toma.
Amelia mordió la tostada antes de hablar y terminó de preparar la tostada con jamón y queso que había preparado para su novia.
LUISITA: Gracias amor. Uhmmmm que rico…
Las chicas siguieron desayunando tranquilamente mientras Devoción las miraba sonriente.
DEVOCIÓN: Que contenta me pone veros así…. Viéndoos me doy cuenta de que quiere decir la gente cuando dice “sois como un viejo matrimonio”. Os queréis tanto que sabéis los gustos de la otra y os adelantáis a su pensamiento, debe ser bonito compartir tu vida con alguien que te quiere.
Devoción se puso triste porque ella nunca podría tener eso con su marido. Amelia vio la tristura de su madre y se levantó para agacharse a su lado tomándole la mano.
AMELIA: Mama no puedo verte así… Sabes que ya no estas sola… Porque te empeñas en seguir con el?
Luisita intuyó que era una charla privada y se levantó para marcharse pero Devoción la agarró de la mano para que no se fuera.
DEVOCIÓN: Amelia hija yo soy de otra generación y ya soy mayor para cambiar nada pero vosotras sois jóvenes y podéis  cambiar el mundo. Yo soy feliz viendo los felices que sois las dos juntas, nada me hace más feliz en el mundo. Prometedme que siempre os amareis y respetareis, prometédmelo!
LUISITA: Devoción yo le juro por mi vida que nunca he querido, quiero y querré tanto a nadie, su hija es mi vida y daría mi vida por ella si fuese necesario.
AMELIA: Yo también. Luisita y su familia me devolvieron el amor que en tantos años había perdido gracias a tu marido. No comparto tu opinión pero la respeto. Solo quiero que sepas que yo siempre estaré ahí, no estas sola mama.
LUISITA: Yo también suegra y mi familia también, ya somos todos una gran familia.
Las tres compartieron un abrazo hasta que Luisita vio la hora.
LUISITA: Ay mi madre que tarde se ha hecho. Devoción que le parece si usted y yo recogemos todo mientras Amelia se ducha?
DEVOCIÓN: No hija. Déjame  recogerlo a mi mientras vosotras os preparáis.
AMELIA: Mama no la vas a convencer….
LUISITA: Exactamente! Además solo hay una ducha, no querrá que nos duchemos juntas?
Amelia y Luisita se rieron al recordar cuando su madre las sorprendió en la ducha juntas el día anterior. Devoción se ruborizó.
DEVOCIÓN: No! No! Ayúdame si quieres hija.
AMELIA: Ves como se iba a salir con la suya? Bueno yo me voy a la ducha, besito! (Amelia besó a Luisita antes de girarse para ir hacia el baño.
LUISITA: Por fin solas suegra! Ahora puede contarme usted aquella historia de cuando Amelia era pequeña que no dejó que me contara anoche (sonriente).
Devoción dejó salir una carcajada viendo la alegría de su nuera. Las dos empezaron a recoger la mesa mientras Devoción le contaba una de las anécdotas más graciosas y vergonzosas de su hija.
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Las tres aprovecharon las últimas horas de la mañana para pasear por la ciudad antes de ir a comer algo pronto a un bar cercano a la estación.
DEVOCIÓN: Entonces hija a que hora llega el tren de tu amigo?
LUISITA: Suegra Jacques llega en el tren que llega a las 13, el mismo que yo cogeré a las 13:30 para volver a Madrid.
AMELIA: Exacto. El ha cogido ese tren para que después vayamos juntos en el tren de las 13:45, así de majo es.
DEVOCIÓN: Bueno entonces yo os acompaño a la estación para coger tu boleto (mirando a Luisita) y luego os dejo. Ya sabéis que no me gustan las despedidas.
LUISITA: No Devoción! Como cree que voy a dejar que me pague el billete del tren?
DEVOCIÓN: Es en lo que quedé con mis consuegros por lo que Shhh (haciendo el gesto de silencio)
AMELIA: Jajajaja Luisita mi madre también es muy cabezota. (mirando a su madre) Mama? No te convenzo para que te quedes hasta que me vaya no?
DEVOCIÓN: Lo siento hija pero no me gustan las despedidas en público.
LUISITA: Jajajaja Tampoco a su hija suegra pero no le ha quedado más remedio que acostumbrarse…. Es lo que tiene pertenecer a mi familia, a nuestra familia perdón.
Las chicas empezaron a reírse agarrándose del brazo ante el desconcierto de Devoción.
AMELIA: Tranquila mama, nosotras no te haremos eso.
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Devoción estaba en la taquilla comprando el billete de Luisita mientras las chicas iban al baño. Una vez dentro Luisita arrastró a Amelia al mismo cubículo que ella. Una vez dentro, cerró la puerta y se abrazó a su novia por el cuello. Amelia la abrazó por la cintura de inmediato y estuvieron así casi un minuto. Amelia separó el abrazo para apoyar su frente en la de Luisita mientras la tomaba de sus manos y las ponía entre ellas dos jugando con ellas.
Las dos sabían que no podían demostrar su amor públicamente, precisamente por eso arrastró Luisita a Amelia al baño. Por muy sucio que pareciera el baño les daba un mínimo de intimidad entre un mar de disimulo.
AMELIA (en voz baja): Te voy a echar muchísimo de menos.
LUISITA (en voz baja): Yo igual… Amelia?
AMELIA (en voz baja): Uhum…
LUISITA (en voz baja con la voz rota): Me das un beso?
Amelia abrió los ojos viendo la necesidad en los ojos de su novia. Volvió a cerrar los ojos dándole un suave beso pero a Luisita no le pareció suficiente y agarrando la cabeza de Amelia la siguió besando introduciendo su lengua en la de la morena. Amelia correspondió el beso pero lo detuvo rápidamente.
AMELIA (en voz baja): Cariño no podemos… Y si alguien nos descubre?
LUISITA (en voz baja): Lo se… Odio no poder demostrarte mi amor en público!
AMELIA (en voz baja): Yo también mi amor, algún día podremos hacerlo.
LUISITA (en voz baja): No se yo…
AMELIA (en voz baja): Llegará cariño, aunque seamos una viejecitas podremos pasear agarradas de la mano por las calles de Madrid.
LUISITA (en voz baja): Si…. Y casarnos no te digo!
La dos rieron a carcajada limpia hasta que se quedaron serias mirándose a los ojos.
AMELIA y LUISITA (en voz baja): Te amo!
Las dos se dieron un último beso antes de que Amelia abriera la puerta y asomara la cabeza para ver que no hubiera nadie. Al no ver a nadie hizo un gesto de “vamos” a Luisita quien aprovechó para darle una nalgada haciendo que Amelia diera un bote girándose sonriendo para apartar la mano de Luisita.
Las chicas se agarraron del brazo para ir a juntarse con Devoción.
DEVOCIÓN: Ay… No se si quiero saber lo que estabais haciendo…
AMELIA: Tranquila mama, solo hemos ido al baño.
DEVOCIÓN: Ya, ya, ya…. Bueno niñas yo me voy a ir yendo. Luisita dame un abrazo hija (se abrazaron). Muchas gracias por hacer tan feliz a mi hija.
LUISITA: Muchas gracias a usted por dar vida a ser más maravilloso de este planeta.
Suegra y nuera se separaron y se dieron dos sonoros besos. Devoción miró a su hija abriendo sus brazos.
AMELIA: Mamiiiii!!! (se abrazaron) Te quiero muchísimo mama!
DEVOCIÓN: Mi niña… (agarrando la cabeza de su hija) Me hace muy feliz verte tan feliz hija. Estoy muy orgullosa de que estés cumpliendo tus sueños.
Amelia rompió el abrazo para mirar a su madre a los ojos.
AMELIA: Nuestros sueños mama! Mi éxito es tu éxito!
DEVOCIÓN: Ay hija! (la volvió a abrazar) Prométeme que vas a ser feliz. Que vas a conseguir el éxito que tanto ansias y que no dejarás escapar a esta bola de energía rubia.
Se separaron y Devoción agarró una mano a cada chica.
DEVOCIÓN: Me ha encantado pasar estos días con vosotras. Seguid queriéndoos tanto. Escribidme!
Devoción las abrazó una última vez antes de marcharse de la estación. Amelia lloraba al ver alejarse a su madre y Luisita la abrazó para consolarla.
ALTAVOZ: El tren proveniente de Madrid ha llegado al andén número 2.
LUISITA: Vamos cariño. Vamos a recibir a Jacques.
Amelia rodeó a Luisita por la cintura y apoyó su cabeza en el hombro de la rubia mientras las dos iban con sus maletas hacia el andén. Las chicas llegaron al andén justo cuando Jacques salía del tren.
JACQUES: Amelia!!! Luisita!!!
Las chicas dejaron las maletas en el suelo para saludar a su amigo que las abrazó levantándolas un poco del suelo.
JACQUES: Gracias a las dos por darme la oportunidad de conocer a Mateo.
LUISITA: Míralo que ojitos tiene cuando habla de el….
AMELIA: Pues como tu y yo cuando hablamos de nosotras tontorrona.
LUISITA: Pues también es verdad!
Jacques les contó muy emocionado como aprovecharon estos últimos días para conocerse y lo mucho que le gustaba Mateo. Las chicas le contaron lo bien que lo habían pasado con Devoción y Jacques se lamentó por no haber podido conocerla.
ALTAVOZ: El tren con destino Madrid va a salir en 5 minutos del andén número 2.
Jacques miró a las chicas que se miraban a los ojos diciéndoselo todo con esa mirada. Amelia abrazó a Luisita por la cintra dándole un beso en la clavícula mientras que Luisita la rodeaba por los hombros dándole un besito en el hombro. Al separarse del abrazo Luisita abrazo a Jacques susurrándole “cuida de ella” al oído, Jacques le guiñó un ojo al separarse. Jacques se quedó con la maleta de Amelia mientras Amelia cogía la maleta marrón de Luisita y la acompañaba hasta la puerta del tren. Las dos se volvieron a abrazar y se dijeron en voz baja:
AMELIA: Prometo escribirte cada semana e intentare llamarte tanto como pueda.
LUISITA: Yo también te escribiré amor, pero no te gastes el sueldo llamándome tanto. Me encantaría hablar contigo todos los días pero cuesta mucho dinero y prefiero que ahorres ese dinero en venir a verme de vez en cuando. Yo prometo estudiar mucho francés y ahorrar mucho para poder irte a visitar pronto. Acuérdate de mirar las estrellas y la luna cada noche.
AMELIA: Si cariño, lo haré todos los días.

ALTAVOZ: El tren con destino Madrid va a salir en 2 minutos del andén número 2.

LUISITA (llorando): Tengo que subir Amelia.
AMELIA (intentando no llorar): Lo se mi amor.
Amelia le dio un besito en el hombro antes de separarse. Luisita le acarició la cara y le estiró el meñique.
LUISITA: Tu y yo siempre! Te quiero!
Amelia agarró el meñique de Luisita con el suyo.
AMELIA: Tu y yo siempre! Te quiero!
Amelia le dio la mano a Luisita para ayudar a subir los escalones y cuando ya estaba arriba le dio la maleta, Luisita aprovecho para acariciarle la mano antes de coger la maleta.
El oficial de tren pitó su silbato anunciando la salida del tren mientras Luisita corría a su asiento para asomarse por la ventana a decir adiós. El tren empezó a andar, Amelia quería correr por el andén diciendo adiós a su amada pero había demasiada gente y de resigno a saludarla con el brazo mientras se alejaba. Luisita seguía diciendo adiós con su brazo y siguiendo un impulso gritó “TE QUIERO!”. Sintió un repentino miedo de que su impulso pudiera tener alguna represalia pero enseguida se dio cuenta de que al haber tanta gente nadie sabría a quien se lo decía.
El tren se alejaba, Luisita siguió saludando incluso cuando no podía distinguir la silueta de Amelia y esta siguió mirando incluso cuando el tren ya no era visible.
AMELIA (susurrando): Yo también te quiero cariño mío.
Jacques se acercó a una llorosa Amelia que se abrazó a su cintura llorando en su pecho.
JACQUES: Mon ami, ella estará bien. Mateo me dijo que cuidaría de ella.
AMELIA (llorando): Eso no me preocupa Jacques, Luisita es fuerte. La voy a echar tanto de menos!

ALTAVOZ: El tren con destino Parí efectuará su salida desde el andén número 4.

Jacques rodeó a Amelia por los hombros y los dos amigos fueron hacia el tren que los llevaría de vuelta a París.
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LA TARDE-NOCHE DEL 3 DE ENERO, ESTACIÓN DE TREN DE MADRID

Luisita estaba triste por tener a Amelia tan lejos pero el camino en tren le sirvió para animarse con los planes que tenía para su futuro próximo. El tren llegó a la estación y Luisita salió del tren. Empezó a andar hacia la salida cuando oyó que alguien gritaba su nombre, se giró y vio a su madre corriendo hacia ella entre la multitud y corrió hacia ella. Cuando madre e hija se juntaron se abrazaron. Luisita empezó a llorar mientras su madre le hacia Shhhh y le acariciaba el pelo.
MANOLITA: Shhhhh tranquila mi niña, ella estará bien. Le hice prometer a Jacques que la cuidaría.
LUISITA (llorando): Eso no me preocupa mama, Amelia es fuerte. La voy a echar tanto de menos!
Luisita abrazó a su madre por la cintura mientras caminaban hacia la salida de la estación. En el autobús de camino a casa Luisita se serenó un poco y empezó a contarle a su madre todos los planes que había pensado. Manolita miraba fascinada como brillaban de emoción los ojos de su hija contándole todos sus nuevos proyectos.

Fin del Capítulo 57

Milagro Navideño de 1976Where stories live. Discover now