Capitulo 37

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Milagro Navideño de 1976
Capitulo 37

MADRUGADA DEL 28 DE DICIEMBRE DE 1976, HABITACION 206 HOTEL GRAN VIA

El sofá había sacado a la superficie a la versión más salvaje, fogosa y generosa de Luisita. Las chicas se quedaron dormidas después de horas “estrenando el sofá” como lo llamaba Luisita. Amelia estaba boca arriba medio colgando del extremo con Luisita tumbada de lado a su lado contra el respaldo abrazando a Amelia.
Amelia abrió un poco los ojos en la oscuridad de la habitación, vio a Luisita, posó su mano en el antebrazo de la rubia moviéndolo para despertarla.
AMELIA: Amor! Vamos a la cama anda.
LUISITA: Uhmmm
Luisita estrecho más su abrazo alrededor de Amelia empezando a despertarse. Beso el cuello de la morena abriendo los ojos. Miró a su alrededor y luego a Amelia.
LUISITA (susurrando sensualmente en el oído): Aquí estamos bien (beso cerca de la oreja). No?
AMELIA: Luisita eres incansable. Me has hecho de todo en el sofá, aun te queda energía para más?
LUISITA: Verte me carga la batería. (Beso rápido en la boca) Pero si quieres podemos seguir en la cama.
Luisita se había medio tumbado encima de Amelia antes del rápido beso para levantarse después. Dio un paso antes de girarse de cintura para arriba levantado las cejas de modo sugestivo.
LUISITA: Si crees que puedes seguirme el ritmo…. Sígueme.
Luisita le guiñó un ojo caminando lenta y sensualmente hacia la cama. Amelia se sentó mordiéndose el labio y se levantó rápidamente alcanzo a Luisita y empotrándola por detrás contra el armario.
AMELIA(susurrando al oído): Eres muy traviesa cariño.
Amelia tenia sus manos en las caderas de Luisita mientras restregaba su cuerpo al de la rubia que dejaba caer su cabeza hacia atrás por la excitación del calor del susurro de su amada en la oreja y por las  suaves manos de Amelia que empezado a acariciar su cuerpo. Amelia mordisqueó ligeramente el lóbulo de la rubia mientras Luisita gemía mordiéndose el labio
AMELIA: No tienes ni la mayor idea de como me acabas de cargar la batería. Mañana no voy a ser la única que no pueda ni andar.
Amelia abandonó la oreja izquierda y levantó con una mano la melena rubia dando calientes y húmedos besos por la nuca. Luisita gemía incontroladamente. La otra mano de Amelia empezó un lento y torturador recorrido por el cuerpo de Luisita, empezó por la barbilla manteniéndole la cabeza en posición para poder seguir con su labor en la oreja y la nuca. Descendió hacia el pecho masajeando cada uno suavemente y jugueteando un poquito con cada pezón. Siguió haciendo zigzag por su abdomen con la punta de las uñas haciendo suaves cosquillitas que Luisita adoraba y a la que ese simple gesto la excitaba como nada. Poco a poco llegó al centro de la rubia que abrió ligeramente las piernas dando acceso a la deseosa mano de Amelia. Al notar el calor y la humedad que irradiaba la zona intima de Luisita, Amelia recorrió con la punta de la lengua el camino hasta la oreja derecha. La recorrió con la punta de su lengua antes de hablar.
AMELIA (susurrando en su oído): Madre mía Lusita… Me has hecho la boca agua.
Amelia introdujo su mano entre los muslos de Luisita, pasó ligeramente uno de sus dedos por el clítoris para centrarse más en separar los labios mayores e hidratar sus dedos antes de acariciar primero toda la zona y centrarse en el ya inflamado clítoris.
LUISITA: (gimiendo) Uhmmm…. Aaaaahhhh (se mordió el labio) Amelia por favor… Necesito tu boca.
Amelia abandonó la oreja para besar a Luisita y empezaron una batalla de lenguas que quedó en claro empate, Luisita empezó a deslizar una mano alcanzando el trasero de la morena para agarrarlo con firmeza. Amelia soltó la melena rubia para apartar la mano de su trasero apoyando la mano de Luisita en la pared a la altura de sus cabeza. Amelia hizo el ruidito ese para decir “nonono”.
AMELIA: Cariño no, ahora te toca a ti.
Amelia no quiso alargar más el sufrimiento de Luisita por lo que sin ningún tipo de aviso introdujo dos dedos en su amada.
LUISITA (gimiendo muy alto): Aaaahhhhh
AMELIA: Shhhhhh
Luisita echó la cabeza para atrás apoyándola en el hombro de Amelia quien aprovecho el acceso para besar, lamer, mordisquear y succionar la suave piel de la rubia.
Amelia penetraba cada vez con más facilidad la vagina de Luisita gracias a la humedad generada por esta. Comenzó con dos dedos en un ritmo pausado pero rápidamente aceleró el ritmo al notar que Luisita arqueaba su espalda contra ella, añadió un tercer dedo y siguió acelerando el ritmo notando como las paredes de la vagina de Luisita se contraían en señal de que no le quedaba mucho más por lo que empozó a frotarle el clítoris con el pulgar.
Luisita llegó a su climax e intento apoyar el peso de su cuerpo en la pared dado que no podía sostener las piernas. Amelia la sujetó mientras se recuperaba un poco. Rodeo su cintura, se agachó un poco para pasar su brazo por detrás de sus muslos y la alzo del suelo cogiéndola en sus brazos para llevarla a la cama.
Llevaban horas haciendo el amor y el cuerpo de Luisita no pudo más, era incapaz de mover un musculo. Amelia hizo un ultimo esfuerzo llevando a la rubia a la cama por lo que ambas cayeron en un profundo sueño nada más meterse a la cama abrazadas.
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LA MAÑANA-MEDIODIA DE 29 DE DICIEMBRE DE 1976

El sol llenaba la habitación de luz mientras las chicas dormían plácidamente. Amelia rodeaba la cintura de Luisita. Amelia abrió los ojos, lo primero que hizo fue admirar la hermosura dormida de la mujer de su vida y la beso en el hombro. Pensó el preparar una sorpresa a la rubia pero no quería molestar su descanso ya que ayer gastaron mucha energía. Volvió a besar su hombro antes de dejar su abrazo y se dispuso a dejar la cama. Al apoyar sus pies en el suelo y ponerse de pie fue consciente del dolor causado por la larga jornada sexual de ayer. Llegó como pudo al baño poniendo a llenar la bañera antes de volver a la habitación. Descolgó el teléfono y marcó el cero para hablar con recepción.
AMELIA: Buenos días. Quería reservar una mesa para dos para esta noche en el restaurante del hotel. Perfecto. Ahora me gustaría pedir un desayuno continental para dos. Si a la habitación. (Amelia miro la hora en su reloj de muñeca) Sería para dentro de media hora o, bueno no mejor  que lo traigan en una hora gracias. Podrían incluir una rosa roja por favor? Muchísimas gracias. Adiós.
Amelia fue al lado de la cama de Luisita agachándose para ponerse a su altura. Recorrió con la yema de los dedos sus labio antes de darle un suave beso y luego acaricio suavemente los cabellos dorados.
AMELIA: Amor mío despierta.
Luisita abrió los ojos y ambas compartieron una sonriente mirada de amor.
LUISITA: Estoy soñando?
Amelia sonrió dándole un largo beso como hizo hace casi un año el la zona de empleados del hotel y repitieron las misma palabras de entonces.
AMELIA: Es un sueño hecho realidad.
LUISITA: Pues no quiero despertarme jamás de este sueño.
Volvieron a besarse antes de que Amelia se levantase ayudando a una dolorida Luisita a ponerse de pie.
LUISITA: Dios santo casi no puedo ni andar!
AMELIA: Tranquila cariño, apóyate en mi y vamos al baño que he preparado la bañera para relajarnos un poco y que nuestros músculos descansen un poquito.
LUISITA: Como te amo! Que sería de mí sin ti y rus cuidados.
AMELIA: Bueno… considerando que sin mí no estarías así….
LUISITA: Pues también es verdad..
Se echaron a reír. Una vez en el baño Amelia entró primero en la bañera con la ayuda de la mano de Luisita haciendo ella lo mismo después. Amelia se sentó apoyando la espalda en la bañera, la siguió Luisita apoyando su espalda en Amelia quien no dudo en rodearla con sus brazos. Lusita cogió sus manos por encima entrelazando sus dedos. Las dos respiraron hondo con los ojos cerrados sin pensar en nada más que en que volvían a estar abrazadas a la mujer que amaban.

Fin del Capítulo 37

Milagro Navideño de 1976Where stories live. Discover now