Capitulo 30

1K 41 0
                                    

Milagro Navideño de 1976
Capitulo 30

ESTUDIO FOTOGRAFICO DE LA REVISTA MARLENE

Amelia lo siguió hasta el set que habían preparado y siguió las ordenes del fotógrafo.
Luisita no quería molestar a nadie del equipo por lo que se mantuvo entre las sombras.
Amelia estaba muy nerviosa y trató de buscar la mirada cómplice de Luisita como hacía en sus actuaciones del Kings pero no había ni rastro de la rubia.
FOTÓGRAFO: Basta, basta Amelia! Estas nerviosa e inquieta. Necesito que te tranquilices y te dejes llevar. Que necesitas para eso? Necesitas hablar con alguien? Hacer una llamada?
AMELIA: Perdón. Solo necesito un momentito, ahora vengo.
Amelia fue al baño para intentar controlar su ansiedad, no sólo por la sesión o por Luisita sino también por los últimos días. Amelia tenía sus manos apoyadas en el lavabo con la cabeza gacha cuando entró Luisita.
LUISITA: Amelia estas..
Amelia reaccionó nada más oír su voz lanzándose a sus brazos.
AMELIA: Luisita! Pensé que te habías ido?
Luisita y Amelia se separaron y Luisita acarició la cara de Amelia antes de cogerle la mano.
LUISITA: Amelia tranquila. Esto no es nada para ti. Puedes con esto y con mucho más. Mirame.
Amelia inspiró y expiró varias veces para tranquilizarse sin apartar su mirada de los ojos de Luisita.
LUISITA: Estas mejor?
Amelia asintió con la cabeza.
LUISITA: Pues vamos.
Luisita cogió la mano de Amelia para sacarla del baño.
AMELIA: Espera Luisita. Podrías quedarte donde yo te pueda ver? Desde mi primera actuación en el Kings verte entre el público y tu mirada me han tranquilizado y animado.
Luisita asintió sonriente y salieron del baño.
Cuando Amelia volvió al set se paró, se giró y alargó el brazo extendiéndole el meñique a Luisita para que se lo cogiera.
Luisita no dudó ni un instante en estrecharle el meñique como tantas y tantas veces que habían hecho cuando querían darse un beso pero no podían porque estaban en público.
Este “beso” dio a Amelia la fuerza que necesitaba. Guiño un ojo a Luisita y fue hacia el set con una actitud de “aquí estoy yo y voy a comerme el mundo”.
10 CAMBIOS DE ROPA Y DOS HORAS DESPUÉS
Luisita no paró de mirar a Amelia llena de orgullo, ilusión, admiración, devoción,… y amor, como en todas las actuaciones del Kings vaya.
FOTÓGRAFO: Perfecto. Así. Así mira a tu derecha, ahora a tu izquierda. Bien. Bien. Ahora necesito que mires a lo lejos pensando en algo que desees fervientemente.
Amelia clavó sus ojos en la mirada de Luisita.
FOTÓGRAFO: Así!!!! Perfecto! Perfecto!
El fotógrafo dio un aplauso rompiendo la mirada de las chicas.
FOTÓGRAFO: (hablando a todos) Perfecto, hemos terminado! (hablando a Amelia) Amelia es un placer trabajar con profesionales tan seguros de sí mismos como tu. No te voy a negar que al principio he dudado un poco pero después has vuelto hecha una tigresa dispuesta a comerte la cámara. Lo dicho, un placer.
El fotógrafo le alargó la mano para estrecharle la mano y le dio dos besos después.
AMELIA: El placer ha sido mío. Muchas gracias.
El fotógrafo se fue y Luisita apareció dando saltos emocionadísima.
LUISITA: Amelia!!! Ha sido impresionante… Que poses! Que miradas! Que ropas! Que todo!
Las chicas se dieron las manos y empezaron a saltar como quinceañeras. Alguien del equipo se acercó y dijo: “Perdón por interrumpir. Amelia, tienes que cambiarte de ropa que la escritora del artículo te está esperando.
AMELIA: Si, si. Ahora mismo.
Luisita la reaseguró con una amplia sonrisa y un apretón de manos.
------------------------------------------------
Luisita daba vueltas por el estudio cotilleándolo todo mientras alguien del equipo guiaba a Amelia a la esquina donde se encontraba la escritora que había presenciado toda la sesión de fotos.
Amelia se acercó con la mano extendida a la mujer pelirroja que estaba de espaldas a ella.
AMELIA: Buenos días! Soy…
La escritora se giró.
AMELIA (hablando tan alto que la oyó todo el estudio): Sara?
SARA: Cuanto tiempo Meli!
------------------------------------------------
Luisita no pudo contener los celos desde que oyó el nombre de la pelirroja. Se acercó hacia donde ellas estaban y no podía parar de pasearse intentando calmar sus nervios.
SARA: Perfecto Meli con eso es suficiente. (la miró con ojos de añoranza) En cuanto te vi actuar en el Kings supe que llegarías a lo más alto y mírate, has triunfado!!!
Sara vio a Luisita por el rabillo del ojo.
SARA (levantando las cejas varias veces): Y ya veo que no solo has triunfado profesionalmente.
Sara se giró hacia Luisita haciéndole un gesto para que se acercara.
SARA: Luisita! Ven, que quiero deciros algo a las dos.
Luisita se acercó.
SARA: Hola Luisita. Sólo quería pediros perdón a las dos. El año pasado no estaba pasando por mi mejor momento y jugué con vosotras. Sentía celos de ti Luisita, me había obsesionado con Amelia y la quería para mí a costa de lo que fuese. Gracias a dios conocí a Paula y viví en mis propias carnes lo que había visto entre vosotras dos. Bueno había y hay claro, no hay más que veros para saber que seguís igual de enamoradas. (sonriendo)Como mi Paula y yo.
AMELIA (mirando de reojo a Luisita): Sara… Te equivocas. Luisita y yo ya no estamos juntas. Nos separamos cuando yo me fui a Paris.
SARA: Separaros? Por qué?
LUISITA (cabizbaja jugando con sus manos): Intentamos dejar de lado nuestros sueños por la otra pero no funciono. Yo me ahogaba en París y Amelia en Madrid. Preferimos salvar nuestra historia de amor cortando para perseguir nuestras respectivas carreras.
SARA: Menuda gilipollez!!!
Luisita y Amelia se indignaron y estaban a punto de contestarle cuando Sara las cortó.
SARA: Paula vive en Londres y yo a caballo entre Madrid y Milán pero eso no evita que nos amemos. No os voy a negar que es difícil mantener una relación a distancia pero no es imposible. Chicas puedo ver en vuestros ojos lo mucho que os amáis y lamento profundamente haberos puesto palos en las ruedas en el pasado pero si me admitís un consejo… El mundo no pone facilidades a relaciones como las nuestras, debemos luchar el doble por amar a quien amamos y no rendirnos a la primera de cambio.
Las chicas miraban al suelo. Sara puso una mano en una mejilla a cada una levantándoles la cabeza y después juntó sus manos.
SARA: Yo no soy quien para dar consejo pero pensadlo bien antes de renunciar a vuestro amor y perderlo.
Sara besó a las chicas en la mejilla y se marchó. Las chicas se miraron de reojo cuando Mateo abrió la puerta del estudio.

Las chicas se dirigieron hacia la salida sin intercambiar ni palabras, ni miradas.
El trío dejó el estudio para ir al hotel en taxi.

Fin del Capítulo 30

Milagro Navideño de 1976Where stories live. Discover now