Capitulo 56

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Milagro Navideño de 1976
Capitulo 56

LAS 11.45 DE LA MAÑANA DEL 1 DE ENERO DE 1977, ESTACIÓN DE TREN

Marce y las chicas fueron en taxi a la estación, Marce se sentó delante atrayendo la atención del taxista, que resultó ser colchonero, para que las chicas “disfrutaran” discretamente sus últimos instantes juntas.
En la estación, Pelayo y los dos pequeños los esperaban en la entrada mientras que Manolita esperaba con las dos maletas en el andén y Manolin… Manolin fue a hacer un recado que le encargó su madre.
El taxi llegó a la estación y los dos pequeños de la casa corrieron a abrazar a su hermana y su cuñada. Luisita y Amelia se agarraron del brazo como pudieron ya que Ciriaco y Catalina se habían puesto cada uno a un lado de la vedette.
PELAYO: Vamos al anden que Manolita esta allí esperando y como no nos vea llegar va a poner el grito en el cielo.
Marcelino cogió de una mano a Catalina y de la otra a Ciriaco y fueron hacia el andén, primero iba Pelayo marcando el camino, le seguían Luisita y Amelia semi-abrazadas para no llamar la atención de la gente y detrás Marcelino y los niños. Manolita los vio ir hacia ella y les señaló el reloj para que se dieran prisa.
Al verse en el andén con el tren allí una nube de tristeza se adueño de las chicas que intentaban trasmitirse su amor con pequeños gestitos porque estaban en público. Luisita miró a los ojos a Amelia que emocionada por tener a toda la familia allí no pudo contener las lágrimas. Luisita apartó la mirada para no ponerse a llorar y echó a alguien en falta.
LUISITA: Donde está Manolin? (enfadada) Mira que como no venga a despedirse de Amelia me va a oir.
AMELIA: Tranquila cariño (acariciándole el brazo). Falta tiempo para que salga el tren, igual llega a tiempo…
Amelia acarició la cara de Luisita y esta cerró los ojos inclinando su cabeza hacia la mano de Amelia.
AMELIA: (con ojos llorosos) Bueno empecemos con los abrazos que sino no nos va a dar tiempo. Venid aquí vosotros dos (hablando a Catalina y Ciriaco). Sed buenos y ayudad mucho en casa vale?
Amelia abrazó a los dos pequeños que empezaron a llorar en su abrazo. Amelia les susurro “Cuidad de vuestra hermana por mi” y los dos corrieron a abrazarse a su hermana haciéndole un gesto de “si” con la cabeza a Amelia. Amelia les sonrió guiñándoles un ojo.
AMELIA: Pelayoooo….. (los dos se abrazaron) Quien me va a contar historias a mi ahora?
Pelayo la abrazo fuertemente besándole en los rizos intentando contener las lágrimas. Se separaron un poco sin soltarse del todo mirándose a los ojos.
PELAYO: Tu vales mucho hija, muchísimo! Aprovecha estos días con tu madre para terminar de cargar las pilas y cuando llegues a Paris pisa fuerte hija…. No dejes que nadie te pase por encima me oyes? Comete el escenario, haz lo que más te gusta hacer y calla la boca a todos esos ignorantes que algún día se osaron a criticarte o a decir algo malo de ti. Tu dedícate a triunfar que aquí esta tu familia para acallar esas ignorantes bocas. Ven aquí charrita!
Pelayo la volvió a abrazar y Amelia ya era un mar de lágrimas. Lo besó en la mejilla y rio ligeramente mientras le limpiaba la marca de pintalabios que le había dejado. Pelayo la tomo de las manos y la besó ahí.
Mientras se abrazaban Manolín llegó corriendo y fue directo a darle algo a su madre sonriente. Manolin miró a su madre y después a su padre y los tres compartieron una sonrisa cómplice.
Al separarse de Pelayo Amelia vio a Manolin.
AMELIA: Manolin!!!! Ven aquí!!!
Amelia abrazó por encima de los hombro a Manolin poniendo una mano en sus ricitos. Manolin la abrazó por la cintura pero bajo ligeramente las manos hacia su trasero cuando Luisita le dio un manotazo y Manolin subió las manos.
LUISITA: Niño!!!
AMELIA: Jajaja tranquila cariño. (mirando a Manolin a los ojos) Trasto!!!! (le revolvió los pelos) Acuérdate de lo afortunado que eres de pertenecer a esta familia y no dejes que nadie juegue contigo me oyes? Eres un ser maravilloso, no dejes que nadie te diga otra cosa. Te quiero mucho cuñado!!
MANOLIN: Yo también cuñada! Deja a todos boquiabiertos y manda alguna foto tuya con el vestuario de la función (con una sonrisa pícara), y si es con el vestuario más ligerito mejor.
Marcelino le dio un manotazo en la nuca a su hijo mientras Amelia se reía a carcajada limpia limpiándose las lágrimas. Manolin se agarró la nuca echándose para atrás dejándole sitio a su padre.
MARCELINO: Ven aquí mi yerna favorita!
AMELIA: Suegro….
Marcelino dio uno de sus famosos abrazos de oso a su yerna favorita besándola en la frente.
MARCELINO: Sé como tu eres y que a nadie se le ocurra meterse contigo porque si me buscan me van a encontrar. (Sonriendo ligeramente) Y ahora con quien voy a comentar yo los partidos del Atleti?
AMELIA: (riendo) Ay Marce… (llorando) Quien necesita a un padre teniendo un suegro como tu!
Los dos se volvieron a abrazar. Marcelino intentaba no llorar pero le estaba costando mucho. Luisita era un mar de lágrimas viendo cuando quería su familia a Amelia.
AMELIA: Manolita…
Manolita se acercó y le acarició la mejilla antes de abrazarla.
MANOLITA: Te vamos a echar mucho de menos hija, cuídate! Y come, que te vas a quedar en los huesos hija!
Amelia le acarició ambas mejillas al romper el abrazo.
AMELIA: Guapa!!!! Sique siendo la brújula de esta familia.
Amelia se giró mirándolos a todos a la cara hasta dar con la cara de su amada, Luisita estaba llorando a moco tendido pero para ella nunca había estado más hermosa. Amelia se acercó a Luisita mientras el resto de miembros de la familia las rodeaba para darles un poquito de intimidad no dejando que nadie ajeno a la familia viera su despedida.
AMELIA: Amor!!! (acariciándole la cara desde la altura de los ojos hasta la barbilla) No llores cariño! (intentando no llorar) Veras como en nada nos volvemos a ver…. Ven aquí!
Luisita la abrazó por la cintura apoyando la barbilla sobre su hombro dándole un besito. Amelia la abrazó a la altura de los hombros poniendo sus manos en la melena rubia y mirando hacia arriba para intentar mantener las lágrimas en sus ojos. Amelia bajó la cabeza para besar el cuello de Luisita. Estuvieron un ratito abrazadas hasta que Luisita apretó ligeramente la cadera de Amelia para que soltaran el abrazó. Se miraron a los ojos limpiándose las lágrimas la una a la otra, se agarraron por las mejillas y se besaron entre mocos colgando. La familia que las rodeaba bajó la mirada para darles un poco de intimidad. Las chicas se separaron riendo viendo el percal. Amelia le dio un rápido beso el los labios a Luisita antes de separarse de ella yendo a coger su maleta.
AMELIA: Venga va…. Que estamos montando un espectáculo…
Amelia fue hasta su maleta roja y la levantó viendo detrás de esta una pequeña maleta marrón. No entendía nada.
AMELIA: Y esta maleta? Es vuestra?
Luisita, Pelayo, Catalina y Ciriaco negaron con la cabeza. Manolin, Manolita y Marce compartieron una sonrisita pícara atrayendo la mirada de toda la familia.
MARCELINO: Si! Bueno no! Es tuya! (señalando a Luisita)
Luisita se limpió las lágrimas con la mano mirando incrédula a sus padres y hermano.
MANOLITA: Hija tu sabes que las cosas no están muy bien económicamente en casa, nos encantaría poder regalarte un pasaje para ir unos días a París con Amelia.
LUISITA: Ya lo se mama.
MANOLITA: Déjame terminar hija. Hemos hablado con Devoción y hemos decidido que pases los siguientes días en Zaragoza con ella y con Amelia.
Luisita y Amelia se miraron felices con la noticia y saltando de alegría abrazaron a Manolita y a Marcelino.
AMELIA y LUISITA: Gracias, gracias, gracias….
MARCELINO: Es lo mínimo que podíamos hacer después de lo mucho que habéis sufrido y sabed que ha sido idea de tu madre (mirando a Amelia).
AMELIA: De mi madre?
MANOLITA: Si. Ella se sentía muy mal por como se dieron las cosas después de que tu padre…. Ya sabes… Y en cuanto le dijimos que ibas a ir a verla y que os habías reconciliado no tardó ni un segundo en sugerirnos que Luisita te acompañara.
AMELIA: Pero si ella no sabia que nosotras (señalándose a Luisita y a ella).
MARCELINO: Ya lo sabemos hija y se puso muy triste al saber de vuestra ruptura pero bueno agua pasada no mueve molino así es que ahora toca mirar hacia delante.
MANOLIN: Yo creo que esto merece un abrazo grupal no?
Todos rieron y se dieron un abrazo grupal.
OFICIAL DE TREN: Piiiii Piiiii (el sonido de un silbato) Viajeros al tren!!!! El tren con destino Zaragoza dará salida en un minuto!!!! Viajeros al tren!!!!!
La familia se separó y Amelia y Luisita se miraron a los ojos esperanzadas. Cada una cogió su maleta en una mano para darse la mano con la otra.
MARCELINO: Portaos bien.
MANOLITA: Y haced caso a Devoción! Y dadle un abrazo de nuestra parte.
LUISITA: Si mamaaaa
Luisita soltó un momento la mano de Amelia para ir a abrazar a sus padres
LUISITA: Sois los mejores padres que jamás pude tener. Os quiero!
Luisita dio un beso a sus padres y corrió a subirse al tren con Amelia, buscaron sus asientos y se asomaron por la ventana para decir adiós a su familia. Los tres pequeños corrieron por el andén diciéndoles adiós con el brazo y ellas siguieron saludando hasta que perdieron de vista la estación. En aquel momento cerraron la ventana y se abrazaron al darse cuenta de que seguirían juntas un par de días más.
UN PASAJERO: Ejem…
Las chicas separaron el abrazo para dejar pasar al pasajero que viajaba un par de filas por delante de ellas, se quitaron los abrigos y se sentaron agarradas del brazo hablando de todo lo que iban a hacer en Zaragoza con Devoción. Amelia se moría de ganas de enseñar a Luisita todos sus sitios favoritos y de compartir el amor que se tenían con su madre.

Fin del Capítulo 56

Milagro Navideño de 1976Where stories live. Discover now