Capitulo 40

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Milagro Navideño de 1976
Capitulo 40

MEDIODIA DEL 29 DE DICIEMBRE DE 1976, HALL DEL HOTEL GRAN VIA

HOMBRE CON ACENTO FRANCES: Bonjour mademoiselle. Quería saber en que habitación se hospeda la señorita Amelia Ledesma.
RECEPCIONISTA: Bonjour monsieur. Déjeme ver nuestro registro.
La recepcionista bajó la mirada para buscar ese nombre en el libro de reservas.
RECEPCIONISTA: Aquí esta. Señor me complace informarle de que efectivamente la señorita Ledesma está aquí hospedada pero lamentablemente nuestra política de empresa nos impide facilitarle el número de su habitación.
HOMBRE CON ACENTO FRANCES: Entiendo. Y podría usted avisarle de que un amigo ha venido a verla?
RECEPCIONISTA: Eso si lo puedo hacer, aguarde un instante.
HOMBRE CON ACENTO FRANCES: Eso sería mignifique!
La recepcionista descolgó el teléfono marcando el número de la habitación de Amelia y espero pacientemente.
PERSONA QUE CONTESTO: Ocupado. No molesten.
La recepcionista quedó estupefacta mirando el teléfono, lo colgó y miro al caballero francés.
RECEPCIONITA: Disculpe caballero, parece ser que la señorita Ledesma estaba ocupada. Si gusta puede usted tomar un refrigerio en nuestro bar y volvemos a probar contactar con la señorita Ledesma más tarde.
HOMBRE CON ACENTO FRANCES: Merci beaucoup. Eso haré.
El hombre de acento francés se alejo con su pequeña maleta hasta la barra del bar. Pidió algo de tomar mientras ojeaba el periódico con tranquilidad.
Pasados unos minutos volvió a la recepción para que la recepcionista repitiera su acción anterior. RING, RING, RING. La recepcionista oyó un sonoro ruido seguido de un “no, no, no, no” y colgó el teléfono.
RECEPCIONISTA: Discúlpeme de nuevo pero la señorita Ledesma no está disponible. Lo único que puedo ofrecerle es que me deje sus datos y nosotros se los haremos llegar después a la señorita Ledesma.
HOMBRE CON ACENTO FRANCES: Gracias pero no. Ella no se imagina verme aquí, he venido para darle una sorpresa. No se preocupe, conoceré un poco la ciudad y la buscaré más tarde. Merci.
RECEPCIONISTA: Lamento no poder ayudarle. Necesita algo más?
HOMBRE CON ACENTO FRANCES: Pues la verdad es que si. Me podría indicar como llegar a un bar llamado El Asturiano? Creo que esta en una plaza de las frutas o algo así.
RECEPCIONISTA: Por supuesto, el bar El Asturiano situado en la plaza de Los Frutos y regentado por la familia Gómez, verdad?
El hombre asintió y la recepcionista le explico como llegar hasta el Asturiano.
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HABITACION 206 HOTEL GRAN VIA, 14h

Las chicas seguían en la cama, dormidas. Amelia empezó a dibujar líneas con la punta de su dedo índice en el brazo de Luisita esperando a que esta se recuperara del último orgasmo, pero esta cayo en un profundo sueño gracias a este gesto y Amelia la siguió poco después.
Habían pasado varias horas de aquello cuando Luisita abrió los ojos. Miro a su alrededor antes de plantar sus ojos en Amelia, quien dormía plácidamente abrazada al brazo de la rubia, quedándose embobada viéndola dormir. Luisita levantó su mano para acariciar amorosamente las facciones de la cara de Amelia. Le vinieron flashes de lo vivido hace prácticamente nada; Amelia acechándola a cuatro patas sobre la cama… como la ató al cabecero… el estriptis… el orgasmo…. Diosssssss que fue eso? Luisita no recordaba haber vivido nada parecido, y mira que Amelia la había hecho gozar muchas y muy intensas veces… Lusita se avergonzó por haber sido incapaz de reaccionar y se tapó la cara para ocultar su vergüenza.
Lusita estaba tan embelesada en sus recuerdos que no se dio cuenta de que Amelia se había despertado y estaba siguiendo todos sus movimientos con una mirada repleta de amor. Le vino a la cabeza el último orgasmo de la rubia y sonrió ligeramente. Luisita no tardó en olvidar sus miedos después de aquella primera vez en el sofá de casa de sus suegros, de echo seguía resultándole un misterio la transformación de la rubia, o no tenía tan poca experiencia como decía o lo de la rubia era un talento natural. Ambas adoraban hacer el amor juntas: les gustaba hacerlo despaciiito despacito gozando de cada caricia, cada roce, viviendo el momento y tomándose su tiempo; les gustaba hacerlo salvaje y bruscamente luchando por ver quien lleva el control; les gustaba sorprenderse entre ellas incorporando novedades para especiar un poco sus relaciones íntimas… En definitiva era imposible aburrirse en la cama con su dulce pero a la vez salvaje rubia. Pero y lo de ayer? Diooossssss… Lo de ayer fue maravilloso, Amelia no necesito que le hiciera nada, le bastó el simple echo de ver el estado de la rubia para alcanzar su clímax que aunque no llegó a ser del mismo nivel no paso inadvertido. Amelia vio como Luisita se tapaba la cara y se preocupo al pensar que la rubia se arrepentía de algo, soltó su brazo sentándose en la cama para coger la cara de Luisita con las dos manos.
AMELIA: Amor! Que pasa? Te arrepientes?
LUISITA: Arrepentirme? Estas loca Amelia! Lo que estoy es avergonzada mi amor. Hiciste que mi mente abandonara mi cuerpo… No se ni como explicar lo que me hiciste sentir… Cariño nunca había gozado tanto.
AMELIA: Entonces? Porque te avergüenzas? Eso es muy bonito amor mío. Ojala pudiese hacerlo más seguido…
Amelia levanto una ceja mientras Luisita sonreía nerviosas.
LUISITA: Ya Amelia pero yo quisiera hacer lo mismo.
AMELIA: Y quien te dice que no lo haces?
LUISITA: Amelia? Yo… Es verdad que he aprendido mucho contigo pero yo… sigo sin tener tanta experiencia como tu y a veces…. A veces… me siento como el alcoyano. (mirándola a los ojos avergonzada)
AMELIA: Lusita no vuelvas a decir eso, por lo que más quieras. Eres la única persona en el mundo que me hace gritar como una posesa, eres una experta en mi cuerpo, acaso no te das cuenta de como haces que reaccione mi cuerpo con solo tocarlo? El alcoyano ha ganado por goleada al atleti infinidad de veces, me oyes?
Luisita se rio al oír eso y calmo un poco aquella inseguridad que seguía arrastrando. Amelia besó a Luisita quien le devolvió el beso. Separaron sus labios apoyando sus frentes. Unos segundos más tarde Amelia tomo una bocanada de aire separándose de la rubia.
AMELIA: Cariño me he tomado la libertad de reservar una mesa para cenar esta noche en el restaurante del hotel.
Luisita puso morritos en señal de desaprobación.
AMELIA: Cariño deberíamos salir un poco de estas cuatro paredes, aunque sea para dar tiempo al servicio de limpieza a que limpie un poco.
LUISITA: Ya Amelia pero mi madre dijo que
AMELIA: Amor… Llevamos más de un día aquí metidas y no me quejo, pero debemos volver al mundo real para no perder contacto y aunque resulte doloroso debemos saber compórtanos en público y de seguir aquí en nuestra burbuja vamos a ser incapaces de andar por la calle sin que nos detengan por escándalo publico por no poder quitarnos las manos de encima.
LUISITA: (sonriendo) Que exagerada eres!!! Pero entiendo por donde vas y tienes razón. Aquí dentro huele a sexo que te cagas. JAJAJAJA
AMELIA: JAJAJAJA Que loca estas cariño…. Que me dices de una última vez en la ducha antes de prepararnos para ir a cenar?
Amelia terminó con una sugerente ceja levantada. A lo que Luisita contestó levantándose de la cama extendiendo sus brazos para que Amelia los tomara.
LUISITA: Amor de mi vida, gustaría usted acompañarme a la ducha para hacerle ver la estrella?
Amelia se puso de pie encima de la cama y le apartó las manos de un manotazo. Se acercó al borde de la cama rodeando el cuello de Luisita con sus brazos haciendo que esta la sujetara del trasero mientras la rodeaba con sus piernas por la cintura.
AMELIA: Con usted, gran amor de mi vida, las estrellas, los universos y las galaxias enteras.
Luisita la calló con su mejor arma, su boca y siguieron besándose mientras iban a la ducha.
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BAR EL ASTURIANO, 14h

El hombre con acento francés que buscaba a Amelia en el hotel entró al bar con su maletita acercándose a la barra.
PELAYO: Dígame, que le pongo?
HOMBRE CON ACENTO FRANCES: Pelayo?
PELAYO: Nos conocemos?
HOMBRE CON ACENTO FRANCES: No personalmente pero con todo lo que Amelia me ha contado siento que conozco a toda su familia. C’est magnifique. El bar es casi como me lo imaginé.
PELAYO: Es usted amigo de Amelia? De París supongo, ese acento no es de por aquí.
HOMBRE CON ACENTO FRANCES: O oui oui y también conozco a su nieta Luisita.
PELAYO: Entiendo…Siendo usted conocido de las chicas, le apetecen a usted una croquetas
HOMBRE CON ACENTO FRANCES: John Wayne! Me muero por probarlas.
PELAYO (alzando la voz): Marchando. Marcelino hijo una de John Wayne para un amigo de las chicas!
HOMBRE CON ACENTO FRANCES: Marcelino esta aquí? Me encantaría conocerlo, y a Manolita, Manolin, Ciriaco, Catalina, Benigna,…. A todos.
PELAYO: Veo señor que nos conoce a todos y me parece un poco injusto no saber con quien tengo el placer de hablar.
HOMBRE CON ACENTO FRANCES: Pardonne moi. Je suis Jacques. Enchanté. (Ofreciéndole la mano a Pelayo)

Fin del Capítulo 40

Milagro Navideño de 1976Where stories live. Discover now