Capítulo 28.- Lluvia y lágrimas.

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-Mira nada más lo que trajo el viento, yo casi podía jurar que ibas a suicidarte o algo por el estilo, digo que te dejan las dos personas más importantes en la vida, aparte de tu mamá, Dios que huevotes.

Mis ojos se cristalizaron, mientras el pulso se hacía cada vez más rápido, me coloque el gorro de la sudadera sobre la cabeza, no se a quien quiero engañar, nadie puede hacer que sus sentimientos no salgan a la luz, así que no quiero que el me vea llorar.

Camine ignorando su presencia, hasta que sentí como jalo de mi codo, me pego a su pecho y me dio un abrazo, el abrazo que tanto me faltaba desde que él me dejo.

Mis lágrimas comenzaron a salir de mis ojos, mientras lo sujetaba fuertemente, ahora me doy cuenta de que esto es la verdadera vida, no la mierda que tengo con Avril, por ti mamá, por ti seguiré con tus negocios.

-Joder, no creí que estuvieras tan mal.- hablo separandome de él para limpiar mis lágrimas.

-Mi madre falleció Alejandro.

Él abrió sus ojos, mientras trataba de pensar en el algo, más lágrimas salieron de mis ojos, en el momento en que escuche las palabras que salieron de mi boca.

El volvió a darme un abrazo, me volvió a separar de él y tomó mi cabeza entre sus manos para que lo viera a los ojos.

-Mierda ______, lo siento mucho, de verdad.

Asenti con la cabeza, tome mi bolso con fuerza.

-Gracias Alejandro, tengo que irme, mañana es el funeral y tengo que ver dónde dormir.

-Joder, pues en mi casa, no digas estupideces, mañana quiero estar presente también, te apoyo, tienes tu hombro para llorar.

Lo miraba como cuando a una niña pequeña se le cae su helado y su padre esta tratando de hacerla sentir bien, mientras le dice que le comprará otro.

El tomo mi bolso, se lo colgó y me puso su brazo en los hombros, para acercarme a él.

-¿Por qué estabas aquí?

-Quería comprar un vuelo para un amigo, pero le diré que no pude hacerlo.

-Lamento arruinar tus planes de mierda.
Dije soltando una risilla.

-Genial, esa es la tía que yo quiero ver, la que todos queremos ver.

Todos.

Quite mi gorro de la cabeza y deje que Alejandro me guiará hasta su auto.

Un tío se encontraba montado en el asiento delantero, era un auto jodidamente sorprende, negro como la noche, y era último modelo, no era un deportivo pero estaba muy bien.

-¿Quién es?

-Es un amigo.

-Oh, espero no estorbar.

-Claro que no.

Llegamos hasta el auto y Alejandro abrió mi puerta, entre en el auto, al igual que él.

-Hola.- dije levantando la mirada para ver sus ojos por el espejo.

-Hola.

-______, este es Louis, Louis, está es ______, no la toques esta enamorada de alguien.

Mi corazón aumento el pulso, sus ojos eran como verde azulados, tenía una linda sonrisa y era guapo.

-Me supongo que el estar enamorada, te hace estar así de guapa.

-Es naturaleza.
Respondí vacilante, él soltó una risa y arrancó el auto.

Media hora más tarde de ir por las calles de New York, todos los recuerdos me hacían ganas de querer drogarme.

Perdóname |H.S| |Z.M|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora