Capítulo 30.- Ser felices cada día.

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_____.

-En verdad espero que esto sea una buena idea, sabes que aquí estoy contigo.

-Avril, es mi madre, me dejo apenas hace unos años, ella no se preocupó por mi desde que tenía 13, pero me quería y esta bien, porque yo a ella también.

-Lo se ____, pero sabes que estas en las drogas, si llegamos a New York y empiezas con tus recuerdos, no quiero problemas fuertes.

Rodé los ojos, para después darle un pequeño golpe en el estómago con mi codo, ella sonrió y negó con la cabeza, ya habíamos estado viajando durante unas cuatro horas, nos queda tiempo aún.

-Oye _____, ¿Estas lista?.

Frunci el ceño, mientras me giraba a verle algo extrañada por su pregunta.

-¿Lista para qué?.

-Seguro que estarán ahí.

-Independientemente de eso, que la mierda se lleve tu comentario, ellos salieron de mi vida, nadie sabe sobre mi puta vida, Joder .

-Relájate, sólo pensé que tal vez tu madre, tu sabes que ella y Harry pues...

-Más vale que no pisen la tumba de mi madre, no quiero que me vean así, como toda una drogadicta, con dinero, buena y poderosa.

Avril me miro extrañada, la comisura de nuestros labios se levantaron y así explotar en una puta carcajada.

Una de las aeromosas llegó hasta nuestros asientos.

-Señoritas, guarden silencio, es un viaje, muchas personas duermen, apenas son las ocho de la mañana.

-Jodete preciosa.
Dije sintiéndome controladora de la situación.

Ella ignoro mi comentario y camino por el mismo lugar de donde vino.

-Duerme, esos ojos indican mucha cocaína.

-Me dejaste sola cuando mi madre muere, eres la única persona que tengo y te largas, tenía que aprovechar mi depresión.

-Joder, no así _____, espero que con tanto puto dinero que te dejó tu madre, lo uses en algo para bien, tu madre no se partió la espalda para que lo tires en drogas, piensa en ella.

-Me voy a dormir.
Dije cortante mientras inclinaba mi asiento, solté una bocanada de aire y cerre mis ojos.

Al cerrar mis ojos el tiempo paso, quedando en mi profundo sueño, Avril me despertó en cuanto íbamos a aterrizar.

Al bajar del avión nos encaminamos por la sala de llegada, antes de entrar pude ver a un tipo con traje elegante, sosteniendo una pancarta con mi nombre y mi apellido.

-Avril.

-Si ya lo vi.

-Bueno pues vamos, no quiera se llama _____ Black.

-Tu y tu puta soberbia.
Dijo Avril soltando una risilla.

Caminamos directamente hacia él, al llegar, se dispuso a abrir la puerta del precioso auto elegante negro que se encontraba detrás de el, sin preguntar nada, bien me reconocía.

Entre en el auto, justo en el asiento de atrás, me moví para que ella entrará, el chofer cerró la puerta subió.

-Señorita Black, soy Chase, su nuevo chofer de autos.

-¿Autos?¿Cuantos tengo?.

-Pues básicamente unos diez.

-Muy bien.

Perdóname |H.S| |Z.M|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora