CAPÍTULO I - Marte.

30.9K 1.8K 514
                                    

Tres años después...                                                                                     Julio, 2036.

- Paix, tengo unos asuntos que tratar con Joshua, regresaré por la tarde.

Escuché la voz de mi padre, algo agitada debido a que bajaba las escaleras, desde la cocina de nuestra casa. Joshua era un amigo de la familia y, junto a mi padre, habían comenzado a criar animales como negocio y manera de generar ingresos. Aquello de "ingresos" era muy relativo porque rara vez las compras se realizaban con pago en monedas de oro, cobre o lo que fuere.

Generalmente, los únicos que manejaban esas monedas eran los Proguessers, ya que eran los dueños de los centros donde los Proguers eran comprados, y el medio de pago era ese. Para mí, no eran más que unos lujosos proxenetas. Aunque eso no significaba que los Proguers fueran <<prostitutos>>, es decir, la gran mayoría no lo eran pero, si sus dueños querían ser algo "amorosos" con ellos, no podían decir que no, dado que ellos eran propiedad de su respectivo aristócrata. Era lamentable,mas ellos solitos se habían metido en ese embrollo, nadie los había amenazado de muerte.

- ¡De acuerdo -exclamé desde la cocina al escuchar el anuncio-, suerte!

- ¡Gracias, cariño! -oí decir a mi padre, antes que el sonido de la puerta me indicase que se había marchado.

Últimamente, las cosas para el PG de la gran mayoría de las áreas a nivel mundial iban de mal en peor. Nuestros gobernantes no sabían cómo liderar un territorio y administrar sus recursos, sólo sabían cómo acumular riqueza y ser avaros. Eso no es cualidad suficiente como para regir una nación, de más está decirlo.

Nuestra área, número siete, había quedado privada de corriente eléctrica hacía un par de días, por lo que la sensación de haber retrocedido tres siglos estaba latente. Me sentía anonadada; muchos vendedores y distribuidores de alimento enloquecieron a causa de ello ya que tendrían que vender todo antes de que se echase a perder al no disponer de refrigeración.

Podía apostar que lo que mi padre discutiría con Joshua estaba relacionado a aquel mismo cambio en nuestra área.Ya prácticamente estábamos incomunicados con las "autoridades"y marginados de los sucesos importantes o "noticias". Tampoco podíamos llamar a mi madre y a mi hermana por culpa de ello.

Mientras tanto, en la cocina, me encontraba terminando de decorar unas galletas que le llevaría a Mirlos. Él era muy popular en nuestro vecindario. Creo que había sido el único beneficiado por el Punto de Colisión: antes del 2033, Mirlos era un"artista-bohemio-loco" de acuerdo con todos en la ciudad, dado que siempre defendía fervientemente sus teorías conspirativas y aseguraba que todo el sistema estaba a punto de derrumbarse. Bueno... también aseguraba que los aliens vendrían a invadirnos, pero... eso es un asunto aparte.

Todos se reían de él hasta que llegó 2033, y Mirlos pasó a ser visto como un vudú, genio, adivino... lo que fuese. El punto es que nadie se burló nunca más de él.

Por mi parte, si bien muchas veces me preguntaba cuán cuerdo estaba, nunca me había burlado de sus"teorías". Me despertaba curiosidad saber su punto de vista, aunque terminase creyendo que el tipo necesitaba una larga sesión con un psicólogo. No obstante, era una muy buena persona y mi amigo. Sé que no compartíamos el mismo rango de edad puesto que él ya se había retirado de su carrera incluso antes del Punto de Colisión, pero, amaba ir a su casa y que me comentase acerca de sus nuevas hipótesis con respecto a lo que los elitistas tramaban. Era la mejor distracción del mundo.

Además, después de lo que había ocurrido con la crisis global, él se había convertido en mi mejor cliente.Cuando el sistema educativo pasó a ser un derecho exclusivo de los aristócratas, tuve que encontrar una manera de ayudar a mi padre para que ambos pudiéramos mantener nuestro hogar. Tenía la grandísima suerte de saber un montón sobre repostería por lo que, opté por dedicarme a ello.

2033Where stories live. Discover now