CAPITULO IV - La verdad.

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Cuando hizo la pregunta, mi corazón se detuvo. 

¿Era él quién me había ocultado algo? ¿Mi padre? Porque no conocía muy bien a Wynn, pero, el sujeto parecía estar hablando bastante en serio, sin mencionar esa especie de decepción que surcaba las facciones de su rostro.

Algo no parecía encajar con la situación.

Dejé caer mis hombros junto con un suspiro y empecé a contarle lo que papá me había dicho con sumo detalle. No entendía por qué tenía que hacer algo como eso cuando Wynn era tan personaje de la historia como mi padre. Relaté lo que habían hecho con Joshua, lo que harían con él, el motivo por el cual nos matarían, mis opciones si no quería morir... todo. Me sentí como una tonta.

Wynn me miraba y de vez en cuando asentía o hacía alguna mueca en desaprobación. Su expresión era la misma que la de un profesor cuando oye una respuesta errónea y aquello me turbaba de a rato. ¿Por qué parecía disgustarle cada una de mis oraciones?

Cuando terminé de contarle la historia que él, se suponía, tenía que saber, Wynn se quedó observándome con una ceja arqueada.

- Dime que es broma.

Le miré y negué suavemente con mi cabeza.

- No. Es decir, tú ya lo sabes -le señalé.

- No, no, no, no. Yo nada. Permite que YO te cuente mi historia... La cual es muy distinta, por cierto -masculló ensimismado.

Al mencionar que su versión de los hechos era otra, algo se removió en mi interior, como si mi estómago se hubiera revuelto. ¿En qué me había metido? ¿Qué tan diferente podía ser su versión a lo dicho por mi padre? Y, si la historia que me estaba por explicar Wynn era en verdad diferente, ¿a quién le creería? Estábamos hablando de dos polos: un familiar versus un desconocido. Mi decisión era muy predecible: no desconfiaría de mi padre. 

No obstante, me limité a ser todo oídos.

Wynn juntó sus manos y miró el suelo antes de verme a mí.

- Las cosas son así: tu querido y "muy heroico" padre tenía una deuda pendiente conmigo. Deuda que nunca pagó -aclaró, y mi ceño comenzó a fruncirse. No lo sabía-. Ayer por la mañana le dejé muy en claro que, si no pensar pagar esa deuda, enviaría a alguien para que se encargase de él. De ahí a matar a alguien hay un largo trecho, niña -aseguró-. No sé cómo inventó tanta basura en tan poco tiempo... Lo que sí sé, es que ningún Proguer murió por carne en mal estado. ¡Ja! –soltó una carcajada y rodó sus ojos–. Como si fuera a dañar a mi propia fuente de ingresos... Por favor.

Detesté oír su historia.

Lo detesté porque, lamentablemente, empezaba a ver que la explicación del señor Wynn, tenía sentido. Al sujeto aparentemente sólo le preocupaba su riqueza, por lo que, ¿cómo correr semejante riesgo?

Los centros Proguers eran mega infraestructuras diseñadas por los propios profesionales dentro delas A-Cities. Tenía que existir algún sitio para controlar la sanidad y calidad de los productos que un Proguer consumiría mientras se alojaba allí dentro.

Por otra parte, sí que aborrecí el hecho de que hablase de sus "ingresos" (personas, vidas humanas) de esa manera tan despreocupada, mas no dije nada y continué escuchándolo. Necesitaba saber cuán racional era su relato.

- Yo le di dos opciones. Él tendría que elegir de acuerdo a su preferencia. Sin embargo -alzó su dedo índice–, tu padre propuso algo a modo de pago. O, mejor dicho: alguien -insinuó al depositar sus ojos en los míos.

2033Where stories live. Discover now