Sistema de recuperación de agua

Capítulo 38: Extra 2

Mu-gongzi, hoy es el aniversario de tu muerte. Cada año, en este día, preparaba una olla de vino y me sentaba inmóvil frente a tu tumba por un rato.

Esto ya es una costumbre.

Del mismo modo, conocer al hombre que amaste profundamente es también una costumbre.

Pero ambos nunca nos comunicamos tácitamente.

Me odia por haberte matado. Poco sabe que yo también lo odio—— lo odio por dejarte protegerlo, y lo odio por no dejarme envolver por el dolor que estoy sufriendo, y que seguiré sufriendo por el resto de mi vida.

Inevitablemente, habrá gente que sea así. A los ojos de los demás, era obviamente la persona más afortunada, pero sólo él pensaba que era la persona más desafortunada del mundo.

Pensaba que había perdido a su persona más amada, pero no sabía que alguien lo tenía peor que él. Alguien que ni siquiera puede obtenerla, así que, ¿Qué más podía perder?

Sin embargo, quiero hablar con él hoy.

"Este vino es conocido como "XiaoYao". Se dice que después de beberlo, puedes sentirte feliz y todos tus problemas desaparecerán. ¿Quieres tomar un trago?" Levanté la olla de vino y le pregunté.

"¿Lo has bebido?" Me preguntó retóricamente.

"Por supuesto." Me eché un trago por la garganta, la bebida me bajó por el cuello y por la ropa.

"Entonces no es necesaria". Dijo de esta manera: "Te lo has bebido todo, se ve que este vino es inútil."

Estaba aturdido, pero me reí a carcajadas cuando volví a mis cabales. Al principio pensé que escondía muy bien mis pensamientos, pero ni siquiera podía ocultárselos a un extraño.

¿Qué hay de ti, Mu-gongzi, estabas al tanto?

¿Sabes que hay un hombre llamado Lu Yingfan, que te ama inconmensurablemente?

Cuando tenía siete años, salí de una cueva de diez mil personas. Era el único que quedaba de todos los que entraban.

El líder me dijo que como asesino, no necesariamente tienes una magnífica habilidad con la espada, y tampoco necesariamente tienes mil enemigos. Sólo hay que recordar una cosa: debes ser despiadado y no amar.

Dijo que cada asesino es su propia espada. Donde la luz de la espada apunta, debe haber sangre salpicando a un metro de distancia.

Y si un día dudas, te quedarás estancado. Esta espada ya no será afilada y no es necesario que exista más.

He visto a las bailarinas más encantadoras del burdel, también he visto a la mujer más agraciada de Serbia, y todas ellas nunca me hicieron vacilar un poco. Sin embargo, nunca pensé que caería de buena gana por una flor que me entregara una persona.

Se me ocurrieron varias razones por las que me enamoraré de ti. Finalmente, descubrí que simplemente no había ninguna razón.

Porque algunas personas, una vez que las conoces, estás inmediatamente condenado a la condenación eterna.

Por ejemplo, tú lo estás para mí; otro ejemplo, Luo Shaoxuan lo está para ti. En este mundo, la palabra "amor", es algo sobre lo que la gente nunca podrá hacer nada.

Bebí el vino de la olla y temerariamente me reí, "Luo Shaoxuan, puedes ganarme en cualquier cosa, pero hay un punto en el que siempre serás superado por mí."

"¿Qué?" Me preguntó, sus ojos estaban tranquilos y sin rizos.

"Finalmente puedo ir a buscarlo. Y tú, sin embargo, todavía tienes que mantener tu promesa con él y seguir viviendo bien———" Mientras hablo, mis ojos expresan mi engreimiento.

"¿Este vino es venenoso?" Su expresión cambió levemente, y entonces en seguida comprendió todo el proceso de este desarrollo.

"¿Dónde buscar la felicidad (Xiao Yao), dónde hay verdadera felicidad (Xiao Yao)? Excepto en los Manantiales Amarillos." Me reí con lágrimas en la cara, "Luo Shaoxuan, esta espada Yinhen, no la quería. En ese caso, después de que muera, quiero que la rompas por mí, ¿de acuerdo? No hay necesidad de que exista de todos modos."

La sangre envenenada fluía por la comisura de mis labios. En medio de la nebulosa de la conciencia, finalmente te vi de nuevo.

En tu palma está esa flor de jazmín blanco puro, y una sonrisa florida en tu cara, "Lu Yingfan, ¿puedes enseñarme a practicar la espada?"

"Está bien." Respondí con una sonrisa.

De entre innumerables personas, te conocí. Para ti, sólo soy un transeúnte, pero te convertiste completamente en mi vida.