Mentor

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El resto del día me dediqué a leer y ver la programación del capitolio revivió los momentos "icónicos" de los juegos del año pasado. Tuve que parar cuando mire a una chica siendo decapitada por una especie de oso, apague la televisión antes de tirarme sobre el colchón y abrazarme un poco a mí misma, lleva años sin ver los juegos.

Un par de golpes en la pared me obligaron a moverme un poco. Me levanté con cuidado y abrí la puerta, saqué la cabeza mirando a Reus mover un carro lleno de comida que supongo saco de la cocina o comedor.

Que chico más raro, ¿Qué se supone que hace?

Lo mire unos segundos, el castaño intentó jalarlo, pero se notaba que nunca había usado uno.

- Aplasta la barra - se sobresalta y soltó un quejido, me miro como si lo hubiera atrapo haciendo una travesura, eso me hace querer reír un poco.

- ¿Qué cosa?

- La barra - me acercó lo suficiente y coloque mi mano en la parte sobre saliendo de la barra. Hago una seña y la presiono bajo la atenta mirada del chico. Se escuchó cómo algo se encaja, sacudo un poco el carro para que vea que ahora se mueve sin problemas.

- Claro, no sabía. Gracias - Ahora si lo adentro a su cuarto con facilidad y antes de que regresara a mi puerta me toma la mano con delicadeza, llamando mi atención de nuevo - ¿Quieres pasar?

Lo mire con los ojos entre cerrados, señaló la comida cuando nota que dudo. Sonríe tímidamente antes de decidir insistir un poco más.

- Tengo comida, podemos ver lo que están pasando en el monitor un rato - sonrió, suspiré - no me la acabaré solo de todos modos...

- Bueno - doy un par de pasos al frente asomándome y mirando que había volteado la habitación casi por completo, había almohadas que creo que sacó de otras habitaciones en el piso y algunas sábanas también, los cajones entre abiertos y su chaqueta en encima de la cama - ¿Qué estuviste haciendo? ¿Remodelando?

- Algo así, hice lo que se me ocurrió - tomo un plato que no sé de dónde saco y comenzó a tomar comida del carrito, me sirvió y se sentó en el piso después de darme mi plato. Quitando el pelo de su cara y mirando de nuevo su desastre.

Él parecía tan relajado, ¿Está enterado de que vamos a morir? Y probablemente de una manera lenta o doloroso o ambas. No pude evitar preguntarle.

- ¿Por qué? - me miro dejando el pedazo de tarta que estaba a punto de comer.

- ¿Por qué? - alzo la ceja ante su contestación tan corta.

- ¿Por qué parece que no te importa lo que está pasando? - su cara cambió de tranquilidad a fastidio, como si estuviera preguntando algo obvio. Eso me hace querer lanzarle el plato, pero espero a que se explique.

- ¿Servirá de algo si me da pánico? - me extendió de nuevo mi plato y me ofreció asiento junto a él, acepte extremadamente interesada en lo que sea que pase por su cabeza - La última vez que ganó alguien de nuestro distrito, yo tenía como siete años y tu como cuatro.

- ¿Y eso que tiene que ver? - Pregunto ignorando que en realidad si él tendría siete, yo tendría seis.

- Si el capitolio quisiera un vencedor que no sea del uno o el dos, ya lo hubiéramos visto - eso no era verdad, lo juegos era "justos" en cuanto a eso. Ellos no controlan del todo a los patrocinadores, ni la arena en sí, ¿no? - Voy a disfrutar mi semana, luego podré irme con tranquilidad.

¿Estaba resignado a morir? ¿Era eso?

- ¿No vas a intentarlo? - negó con la cabeza comiendo un pedazo de fruta y algunos panes que se estiro para tomar- ¿No crees poder hacerlo?

LightningWhere stories live. Discover now