Pena

63 6 3
                                    

Me sostuve con fuerza del brazo de Reus y de la orilla del carro, entonces note lo nerviosa que estaba y lo abrumada que me sentía.
Cerré los ojos y me obligue a agarra aire, los abrí cuándo sentí el aire frio del exterior atraparme. Estábamos frente a una gran multitud que gritaba, agarre fuerza y me gire sonriéndole a Reus, él imito mi acción.

Unos segundos después la batería soltó un sonido y las estelas de luz se volvieron presentes, la gente nos estaba gritando más fuerte, mirando más fijamente y lanzándonos rosas.

No hagas corto, no hagas corto y nos electrocutes, por favor.

Saludamos y agradecimos la manera más cordial posible, incluso Reus atrapo una rosa morada que estoy segura que era de mi estilista y me la paso, para cuándo llegamos al final seguíamos con las estelas de luz y la gente gritaba nuestros nombres, me sentí extraña y algo incómoda. Pero no deje se sonreír, sobre todo porque Reus sostuvo su papel en todo momento y no quería quedar mal con él o Mantes.

- Bienvenidos - la voz del presidente logró callar a toda la multitud, su pelo estaba igual de blanco que siempre y llevaba un lindo traje color tinto, que se veía jodidamente caro - Bienvenidos sean tributos, estamos celebrando su coraje y su sacrificio.

El público aplaudido y grito con aun más intensidad, sentí la mirada de mi compañero en mi perfil.
Esto se sentía como una humillación, una exposición. Pero me límite a mirar atenta al presiente Snow, con más seriedad y respeto.

- Felices juegos del hambre - hizo una pausa dejando escuchar a la multitud de nuevo - y que la suerte esté siempre de su lado.

Suerte, suerte, ¿no se nota que ya tuvimos mala suerte?

Mire mis zapatos unos segundos y luego me obligue a tomar mi compostura, lo caballos avanzan llevándonos de regreso al interior del edificio y me baje con cuidado, seguida por mi compañero. En cuando sentí el piso en mis pies me puse de cuclillas, intente agarrar aire y me talle la cara.

- Sara, ¿Qué pasa? - Reus se agacho junto a mí y paso su mano por mi brazo, supongo que intentando consolarme un poco.

- Se están burlando de nosotros - dije lo más bajo que pude, no llores, no llores- están festejando algo que nos matará.

- Lo sé, pero pronto acabará - sobo un poco mi brazo y lo escuche suspirar. Guardamos silencio unos segundos, yo intentando no llorar y Reus intentando saber que decir - ¿Escuchas eso?

- ¿La multitud? -pregunto qué cubriendo mi cabeza con mis manos, escondiéndome de los demás.

- La música - quite mis manos de mi cara y lo mire, mis pensamientos de apagan un poco. Buscando lo que dijo el castaño, me quedo callada de nuevo.
Si se escuchaba la multitud, pero detrás de ella había música, una melodía animada, casi reconfortante.

- Si - se levantó y luego me ayudo a levantarme, la mitad de los tributos ya se habían ido. El castaño sonrió y me miró con malicia, ay no.

- Señorita Sara - se alejó un poco e hizo una ridícula reverencia, hago una mueca - ¿Bailaría conmigo un minuto?

Lo mire creyendo por un segundo que era una broma mala, pero cuando me miro expectante supe que estaba hablando enserio.

- Que ridículo - él me miro y susurra jn ligero "dijiste que me seguirías, Sara". Mire por encima de mi hombro asegurándome de que nadie nos viera o por lo menos no nos prestaran atención.

Mi estilista estaba luchando con la batería quemada que estaba en nuestro carrito, el hombrecillo verde hablaba con alguien en la puerta y mi mentor estaba sentado en el carruaje molestando a la estilista.

- Un minuto - sentenció aun ligeramente dudosa por aceptar, sonríe y se acerque un poco.

Toma mi mano, jalándome un poco hacia a él para acomodarse y con movimientos torpes marco el ritmo, estoy segura que nos veíamos ridículos. El pasa su mano por mi espalda con cuidado cuando el ritmo se alentar. Recargo mi cabeza en su hombro después de unos segundos, me abraza y nos movemos con la melodía de manera más fluida. Me pecho se calienta cuando la quita el pelo de mi hombro y siento que se acerca más, tomando más confianza para guiarme.

Ridículo, pero tranquilo. Ridículo, pero lindo.

La canción acabo y nos separamos con cuidado, él parecía realmente feliz por mi participación en su idea. Me obligo a dar una última vuelta y por fin nos dignamos a separarnos, eso me hace sentir ligeramente triste.

- ¿Ves? No estuvo tan mal - hablo mirando en dirección a nuestro carro, intento no mirar para apagar el calor en mi pecho por nuestro acercamiento.

Me giré notando que algunos tributos se habían quedado a vernos, sentí mi cara arder por tan estúpida exposición. Mi mentor nos miraba con algo de pena y mi estilista no aplaudió porqué tenía en las manos la batería.

- Ya vamos a cenar, niños - el tono de mi mentor me sorprendió, asentimos y caminamos hasta él.

Nos guío hasta el elevador, mire la gran cantidad de botones, presionaron el número cinco y unos minutos después estábamos entrando a una especie de casa. Era el triple de grande que la mía, quizá incluso más grande que eso.

Todo estaba perfectamente decorado con tonalidades azules, entre casi temiendo llegar a romper o manchar algo. Reus a diferencia de mi entro con más confianza, cómo si el lugar fuera suyo. Ruedo los ojos por la actitud del chico, aunque en realidad quisiera tener tan poco interés como él.

- ¿Por qué no van a asearse y luego vamos a cenar? - asentí mirando por encima de mi hombro a mi estilista, algunas personas que tengo identificados como avox se acercaron rápidamente. Quitando la chaqueta del hombrecillo verde, una de ellas intenta hacer lo mismo con mi mentor. El a diferencia de Reus no se deja tocar por las mujeres.

- Claro - Una chica se acercó rápidamente a mí, cuando miré al hombrecillo verde darle órdenes, casi me acomodo a su lado. Mirándolo un poco mal para que baje su tono brusco con ella.

Me llevo hasta mi habitación, donde ya había un conjunto de ropa sobre la cama y la puerta de lo que creo que es él baño abierta.

Me asomé con cuidado, entre mirando la cantidad de productos que había en todos los lugares. Había un montón de jabones de todos tipos y los que creo que son jabones, pero para el pelo.
No voy a decir que no estuve un par de minutos oliendo todos los tipos, porque sería una mentira. Había tantas cosas que casi me sentía brumada por la cantidad de opciones.

Salí después de pelearme con la gran cantidad de botones que tenía la ducha, literalmente me pare en la alfombra frente a esta y como si todo fuera automático una especie de secador me ayuda a secarme completamente.

Cuando el ruido y el aire paro, me acerqué corriendo a la cama para vestirme, entonces percibí el olor a "lavanda" que desprendía mi pelo. Olía delicioso, lo ignore terminando de cambiarme. Cuándo estaba a punto de salir la chica que me acompaño me detuvo y mostró unos zapatos cerrados en su mano, la mire y esta se inclinó para colocarlos frente a mis pies.

- No tienes que hacer eso, solo señala donde están la próxima vez, ¿sí? - ella asintió, me coloque los zapatos rápidamente y corrí fuera del cuarto - Ya estoy lista.

Frente a mi había una mesa casi rebosando de comida, me gire mirando a mi mentor, el hombrecillo verde y Reus que estaba cómodamente sentados listos para cenar. Mire por todos lados en busca de mi estilista, pero no estaba.

- Sara, pensamos que no saldrías. Ven siéntate un momento, queremos discutir algunas cosas.

 Ven siéntate un momento, queremos discutir algunas cosas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
LightningWhere stories live. Discover now