Lightning

Escuchar

Me acomoda mirando la gran pantalla que nos enfoca, la pelirroja que no a soltado ni una sola palabra esta junto a mí. Ni siquiera se su nombre, ya no me aprendo los nombres. La miro de reojo, parece lista y sorpresivamente no se ve desnutrida, eso era bueno.

Camino junto ella hacia la zona de preparación, no sé si esta ignorándome, pero debo admitir que el silencio... es refrescante. La mayoría lloriquea o quiere fingir fuerza, por lo menos esta no estaba tan... fuera de la realidad.
Miro de reojo a Mantes, este año le tocó el distrito uno. Quienes llevan un extravagante traje rosa, no quiero decir nada. Era precioso, lleno de lujos... tal como suele ser.

Mi atención capta llamas, me giró mirando a las del 12 con un fuego en sus manos. Los miró casi con... interés, las llamas... la luz. Casi me recuerdan a mi propia electricidad claramente un trajo inspirado en las antiguas creaciones de Mantes, sin querer mi mirada conecta con la de la tributo. Ella mira casi con reto y yo evito reírme, castaña, mediana de mejillas rojas por el maquillaje. La loca que hizo un escándalo al ofrecerse como tributo por su hermana, esa cara pecosa estaba en todos lados. Alzo la ceja mirándola con el mismo reto y ella parece... ceder u poco.

Me giró cuando las trompetas suenan y sé que él desfile está por comenzar. Bienvenidos sean los nuevos tributos a a su dolorosa y humillante muerte.

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Intento no enloquecer cuando mi tributo me ignora olímpicamente. Ya ni siquiera lo intento, solo dejo libros de supervivencia e identificación de plantas comestibles sobre la mesa. Sé que los tomará y sé que ella, al igual que yo en algún momento. Cree que se puede ganar con pura inteligencia y no es que no sea así... pero a veces la inteligencia acompañada de fuerza sobre pasa lo demás.

Camino hacia el ascensor, había quedado con Finnick de vernos en la fiesta central de esta noche. Tendría que verlo ahora, porque más noche Hastor y yo debemos ir a la cena para hablar de nuestro compromiso. La excusa es... que estábamos esperando a que él termine sus estudios y yo pueda venir más al capitolio para poder casarnos, así que quizás en dos o tres años seré la mujer de ese chico que en realidad dudo tenga la necesidad o capacidad de querer a alguien románticamente.

El ascensor se abre y veo a los del doce, miro de reojo a quien tengo identificado como Haymitch un viejo amigo de Syrus con quien solo e llegado a cruzar palabras un par de veces. Entro ignorando la mirada de los tres sobre mí, me acomodo junto a la chica y precioso el botón.

- Haymitch - saludo casi por obligación, él finge sonreírme. Es igual de amargado que Syrus.

- Sara - saluda de regreso antes de que él ascensor se ponga en marcha.

Escucho al hombre mayor hablar entre susurros sobre la fuerza y como deberían empezar con los ejercicios obligatorios. Cuando nombra cuerdas me río, ese nunca estaba vacío. Tardarían mucho en hacer filas y perderían tiempo vital del primer día, alzo la vista mirando el ascensor descender.

- ¿qué es tan divertido? - suelta la castaña a mi lado, me giró a mirarlos. La chica parece tan... alzada.

- Nada - admito, pero cuando el mayor me mira casi con reto decido hablar - cuerdas va a estar saturado todo el primer día, serán por lo menos una hora de espera. No terminara el recorrido y perderán tiempo.

Admito sin más él me mira casi con desaprobación, pero sabe que tengo razón. Yo a diferencia de él, e vivido los últimos 5 años intentando genuinamente ayudar, estoy presente en los entrenamientos. En los circuitos, aunque sea de lejos.

Todos se quedan callados, salgo cuando se para en mi piso y me voy dejando las curiosas miradas atrás. Luego me enteré... que efectivamente no empezaron con cuerdas.

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Mi humor esta por lo suelos, Finnick no llego a la cita. No era que me importara mucho... pero si aviso no hubiera estado de más. Muevo mis manos por debajo de la mesa con malestar, entonces la veo. La castaña hablando con Syrus, por inercia me levanto casi lista pata pelear. Pero antes de que llegue Syrus se a ido, la del 12 me mira unos segundos.

Intentando procesar su debo pelear con ella o no. Creo que ambas pensamos lo mismo, entonces alguien toca mi hombro. Me giró mirando a un alto rubio que sonríe y esconde a la castaña detrás de él.

- Señorita Sara, ¿verdad? - habla y lo mira de arriba a abajo, si... este era el tributo masculino - uh, ¿viene a dar otro consejo?

Habla y noto lo carismático que es al instante, me enderezó, pero claramente es más alto que yo. Niego con la cabeza, el comienza a decir algo. Hablando de lo útil que fue mi consejo anterior, pero estoy muy ocupada casi teniendo una pelea mental con la castaña que no deja de mirarme.

- Katniss y yo creemos que es muy notable que sepa los horarios - sigue hablando, pero yo no me concentro en algo que no sea esta chica que parece tener una cara de enojo casi natural.

- Hablas demasiado - admito por fin, alzando la vista hacia él rubio. Quien se calla al instante, traga saliva y la chica por fin habla.

- intenta ser amable, no como usted - alzo la ceja, mirándola con diversión. Había algo en ese espíritu fuerte que me... recordaba a alguien.

- ¿Crees que no soy amable? - habla casi con burla contenida, ella frunce el caño y está por irse cuando hablo de nuevo - así que sabes de recolección.

Suelto, la vi. La vi el segundo día sabe de supervivencia. Cualquiera que preste algo de atención lo nota y él... era fuerte, casi tanto como Reus. Casi puedo ver una lanza o espada en las manos del rubio.

- Pero claramente necesitas saber más - hablo sin esfuerzo. Quizás esta chica podría catalogarse como buena, pero cuando entre. Lo bueno no basta, miro el libro en mis manos que mi tributo dejo tirado en la sala. Dudo un poco antes de extendérselo - Revisar hojas, raíces y moras nunca esta demás.

Hablo ella alza la vista, lo toma con cautela y yo sonrió. Si... quizás solo necesitaba ayuda, por lo menos ella parecía dispuesta a escucharme. O por lo menos fingía estar dispuesta escucharme.