Hoja

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Día 13

Termine de comer escuchando el mayor hablar de que vio durante su entrevista a alguien el capitolio usando lo que el creía era un sombrero de piel de iguana, le puse atención atentamente mientras pensaba en cómo sacar el tema que necesitaba en la conversación hasta que mire el sol terminar de ocultarse.

- Marc - él me miro con algo de pena, antes de asentir.

- Lo se, se lo que dije - lo mire apagar la fogata y comenzar a guardar sus cosas - Supongo que te veré luego.

Guarde silencio mirándolo, este se giró a verme antes de colgarse la mochila. Rasco su mejilla mientras yo pensaba si debía decir algo o solo quedarme callada, es que no sabía que decir.

- Sara prométeme que lo intentaras - esta vez su voz salió más aguda y juraría que estaba reteniendo el aire, desvié la vista ante la petición - Prométeme que no veré tu cara en el cielo en cuanto suene el himno y que no escuchare el cañón antes del amanecer.

Lista de razones por las cuales no debería prometer algo que no voy a cumplir:
- Marc siempre fue sincero conmigo en muchos aspectos.
- Marc me creería y terminaría dándose cuenta de que soy una mentirosa.
- No sé cómo reaccionaría realmente Marc, eso puede ponerlo en riesgo.
- Aprecio lo suficiente a Marc y no quiero generarle tristeza.

- Por favor - lo mire unos segundos antes de soltar aire, pero unos segundos más de tranquilidad podían compensarlo. Debo dejar de prometer cosas, pero en lugar de decir no simplemente sonreí ligeramente antes de soltar.

- Lo prometo - sonríe con pesar antes de acercase a mi y darme un rápido abrazo, casi entre en pánico ante la cercanía.

Me quede quieta unos segundos, cuando estaba por abrazarlo el se separó un poco. Lo mire unos segundos intentando memorizar su expresión tranquila y casi cálida.

- Te veo en la final Chef - me soltó, antes de dejar mi mochila y la de Reus a mis pies. Mire mis zapatos chocar con la orilla de la correa de seguridad - Suerte.

Con eso se despidió y lo mire desaparecer entre los arboles dedicándome leves miradas en el proceso, me quede quieta unos segundos antes de tomar las cosas con velocidad. Estaba sola de nuevo, esa idea me hizo pensar en el río y cuando menos lo pensé ya me estaba moviendo. Rápidamente me encamine entre la zona verde intentando no llorar, entonces el piso en mis pies tembló abriéndose unos segundos causando que perdiera el equilibrio y terminara en el pecho contra el pasto, me gire mirando una caja de metal con un papel encima.

"Ahora no Syrus, no lo necesito más"

Solté algunas maldiciones internas mientras tomaba el estúpido regalo, golpe la caja un poco mientras descargaba enojo. Entonces la hoja se soltó, la tome para girarla aun teniendo la idea de aventar el patrocinio contra alguno de los árboles. No quería más regalos, no quería que me vieran más a través de sus malditos monitores y que disfrutaran viendo mi cansancio.

"No" - S.

¿No qué? No había manera de que se refiriera a lo mismo que pensaba, podía ser cualquier otra cosa, pero solo esa palabra sin contexto me hizo sentir pesadez. Releí la nota un par de veces intentando hallar cualquier cosa que pudiera relacionar o que pudiera encajar con esto, solté aire.

Lista de razones para no hundirme en el río:
- Syrus dice que no.
- Marc dice que no.
- Axel diría que no.
- La señora Harris diría que no.
- Reus diría que no.

Ese último punto me hizo enojar, me eche para atrás quitándome el pelo de la cara. Estuve dándole vueltas a lo que dijo Marc por horas, Reus no quería ganar, Reus no quería pelear, Reus peleo por mí, Reus lo intento por mí, Reus quería que saliera de aquí, Reus...

Reus se decepcionaría de mi si me dejaba morir, ese pensamiento me dejó viendo el suelo unos segundos. Estaba muy ocupada pensando en mi sentir hacia mi compañero que no pensé en su sentir hacia mí, estaba tomando algo que significó todo para dejarlo en la nada.
Mi Reus merecía que fuera y gritara en el distrito su nombre, merecía que su familia tuviera un soporte, merecía que alguien le recordara a los del capitolio a cada segundo que él estuvo aquí. Y no podía mantener viva su memoria si no salía viva de los juegos.

- Enloquecí - hablé en voz alta solo para asegurarme de que aun podía escucharme a mí misma.

Me deje caer mirando el cielo, espere con paciencia a que el himno sonara, pero unos minutos antes el cañón sonó. De un brinco me levante tomando la caja de metal y escondiéndome entre los arbustos, guarde silencio asimilando eso, quedamos cinco, estoy en el top cinco. Me abrace a la caja unos segundos intentando pensar en Marc, ¿si corría aún lo podía alcanzar?

Abrí la mochila de Reus mirando los restos de comida, abrí la mía colocando todo en el mismo lugar lo más rápido que pude. Me colgué la mochila de mi compañero y dejé la mía tirada después de asegurarme que había sacado lo que necesitaba.

Marc, Marc, Marc.

Corrí con velocidad entre los árboles, escuché el himno sonar mientras avanzaba todo lo que podía esquivando ramas y arbustos. Entonces los golpes se volvieron presentes, me escondí entre los matorrales mirando al los tributos del uno caminando tranquilamente, sonreían con intensidad mientras hablaban y traían lo que creo que es un saco de dormir en sus manos.
Sentí un golpe seco cuando note que era mío, era mi estúpido saco que debía tener Marc.

Con todo el maldito miedo de mi cuerpo miré el cielo cuando el himno comenzó apagarse, entonces la cara del moreno se vio en la estela de luz, entre la risa de los tributos, el himno y mi repentino enojo perdí la cabeza.

Con todo el maldito miedo de mi cuerpo miré el cielo cuando el himno comenzó apagarse, entonces la cara del moreno se vio en la estela de luz, entre la risa de los tributos, el himno y mi repentino enojo perdí la cabeza

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