Hijo

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Lo miro con sorpresa y antes de que pueda preguntar a qué se refiere aparece una mujer de edad algo avanzada detrás de él. Le dice que vaya adentro que ella se encargara, me mira unos segundos antes de soltar un quejido.

- ¿Qué haces aquí? - la miro unos segundos antes de extender la canasta en su dirección - ¿Qué pretendes niña?

- Tómela, por favor - la toma mirándome con frialdad, no me agradece y mis temores se confirman, me odian - Soy Sara...

- Se quién eres, no estuve una semana pegada al monitor para no saberlo - su tono molesto me hace querer llorar, muerdo mi labio - ¿Qué quieres?

- Quería disculparme, quisiera ofrecerle parte de las ganancias de premio por lo que su hijo hizo por mí - suelto sin más rodeos, ella se ríe agriamente antes de mirarme con molestia.

- ¿Por qué? - tiene el mismo color de ojos que Reus, también la misma nariz y eso me desconcentraba ligeramente.

- Porque creo que es lo correcto y justo - me mira casi con asco ante eso y esta vez si siento que algo en mi pecho se aplasta.

Trago saliva e intento sostener mi semblante firme, ella mira mi ropa cara y mi aspecto menos desgastado, puedo percibir el recelo en su mirada.

- ¿Tu que sabes lo que es correcto y justo? - trago saliva ante su tono y casi por inercia paso la mano por mi cinturón buscando una daga que ya no está - Lo justo era que mi Reus ganará, tenía fuerza, inteligencia y carisma. Cuando miré como lo recibieron en las entrevistas creí que volvería a casa, pero mira quien volvió.

Iba a hablar, pero ella me mandó callar con una seña, agacho la cabeza recibiendo el regaño que yo se que merezco.

- No quiero nada de ti, nada de lo que me des regresara a mi niño y si yo vivo con este dolor tu vivirás con ese remordimiento vacío. No vengas a fingir que te importaba - estoy segura que está por cerrarme la puerta en la cara y entonces lo suelto con el tono más firme que me puede salir mientras me obligo a no soltarme a llorar.

- Amo a su hijo - ella se queda casi helada ante eso, alzo la vista y contengo el aire unos segundos - No es un remordimiento vacío, quería morir en los juegos y que él regresara con usted, no sabe cuánto lo quería. También sé que él no quería salir vivo de los juegos.

- ¿Cómo te atreves a decir eso? Él nunca...

- Él me lo dijo - ella me mira más enojada que antes, pero ya no me puedo callar. Mis ojos se ponen ligeramente llorosos, pero me contengo - El primer día de tren él dijo que solo quería disfrutar lo que quedaba y que no pelearía.

Sus rostros se ablando ante eso, casi parecía creerme. Ella conoce a su hijo, mucho mejor que yo. Quizás entiende que es algo que él... claramente hizo.

- Yo lo obligue a entrenar, yo le enseñe lo básico de plantas y yo adore a Reus en esas escasas semanas - Entonces me quebró, en medio de la calle aún con las manos en las bolsas y con la madre de mi quien creo que fue mi alma gemela frente a mí - Reus me trató de la manera en la que nadie me había tratado, era amable, generoso, bondadoso y protector. Demasiado protector... lo siento tanto, no sabe cómo lo siento.

Mis piernas tiemblan e intenta no dejar caer la canasta, después de unos segundos la escucho maldecir. Cuando estoy por resignarme a que esta gente me odio y que solo estoy haciendo un escándalo en su puerta la mujer me tome de los brazos y me obliga a mantenerme en pie, miro el suelo convenciéndome de que debo irme.

- Levántate la vista niña - lo hago aún sin mirarme a los ojos - ¿Amabas a mi Reus?

Trago saliva ante lo que estaba a punto de decir.

LightningWhere stories live. Discover now