Finnick

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Extra 2 de 5

Me recargo en la orilla del balcón, mirando el jardín con interés

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Me recargo en la orilla del balcón, mirando el jardín con interés. A veces... me escapo con Hastor aquí, cuando las cámaras nos agobian y el mundo va muy rápido en las fiestas, Finnick se acomoda junto a mi. Mirando las estrellas que se forman en el cielo nocturno.

- ¿Cómo descubriste este lugar? - susurra, siento su brazo rozar ligeramente el mío. La tela de su traje era... suave y su voz era tan cálida y melodiosa como suele ser.

- Hastor me trago una vez que casi clavo un tenedor en la mano de un hombre que me recordó sobre... los juegos - admito sin mirarlo, mirando el cielo y luego el jardín, la fuente en el centro, los rosales, las plantas vivas y bien cortadas, todo era tan etéreo. Que me causaba intranquilidad por alguna razón.

- Ah sí... tu prometido, él debe conocer todos los rincones de los grandes edificios del centro - habla en un tono... diferente, alzo la ceja y él se encoje de hombros.

- Lo dices como si fuera algo malo - El rubio se ríe un poco y niega, pasando una de sus manos por la roca.

- No es malo conocer lo que te rodea...

- ¿entonces qué es lo malo?

Ambos nos quedamos callados, yo lo sé. Le molesta que tenga prometido y que... aun si nos escabullamos juntos cuando llegamos a vernos, una vez lo dijo en una carta... "¿Tu prometido sabe quién envía todos los regalos y te escribe todas las semanas?"

- Me alegro que él llegara a ti - se defiende, bajando la vista un poco.

- Yo también - suelto en el mismo tono que él. No soy idiota, ser la prometida del hijo de uno de los superiores administrativos de me da... privilegios.

Nunca tengo que quedarme en los centros de entrenamiento y en los edificios de vencedores durante las fiestas, porque Hastor tiene sus departamentos y me regalo uno. Nunca hablo con quien no quiero, nunca debo escoger quienes me lleven del brazo en las fiestas y sobre todo... Hastor era de los hombres más comprensivos y educados que e llegado a conocer, merece un amor sincero... aún que ahora entiendo que él no tiene la capacidad de querer a alguien románticamente. Quizás por eso funcionamos bien.

- ¿Cuándo es la boda? - pregunta en un tono bajo, me encojo de hombros.

- Sinceramente... no lo sé, se supone que estan esperando a que Hastor tome el lugar de su padre... luego vendrá la boda...

- Los hijos - habla en un tono... adolorido, bajo la vista.

- No creo que eso sea... necesario - admito, Hastor y yo no nos tocaríamos de ese modo por voluntad. Aún que la posibilidad es... muy grande.

Nos quedamos callados de nuevo, la tensión se siente en el aire. El tiempo separados solo aumento... lo demás, bajo la vista.

- Vamos - dice tomando mi mano y guiándome hacia el jardín, camino de su mano hasta que nos sentamos con cuidado en la orilla de la fuente. Toco el agua con la punta de los dedos, él sostiene mi mano con... fuerza.

Él suspira mirando el agua, solo... en silencio. Sostengo el aire, se que ambos queremos tocar... otros temas. Pero nos contenemos, por lo menos yo si me contengo.

- Sara... ¿podemos dejar se jugar a que no estabas celosa y que no estoy... celoso? - pide después de varios segundos de silencio, aprieta su mano y aparto la vista.

- Dijimos... que solo somos amigos - susurro y él se ríe.

- ¿Solo somos amigos? - trago saliva e intento no mirarlo, yo lo sé... tenemos miles de cartas. Miles de regalos y cartas que dirían lo contrario, pero no puedo. No puedo hacerle estoy a Hastor.

- Estoy comprometida ‐ él asiente, soltando mi mano y quitando el pelo de su cara. Pasó la vista por su perfil.

- Eso lo tengo muy presente Sara - admite con ligero malestar, tomo aire.

Intento pensar con claridad, pero él alcohol en mi sistema no me deja. La cercanía y el perfume de Finnick no me deja.

- ¿Qué quieres que haga? - suelto con malestar, sin saber que se supone quiere de mí.

- Sinceridad, Sara. A veces siento que solo yo siento cosas aquí - Niego y él suspira.

- Sabes que no es así - me defiendo mirándolo con pena, sus ojos claros golpeando míos.

- ¿entonces porque no podemos...

Susurra inclinándose, me quedo quieta. Dejando que él rompa la distancia, cierra los ojos y cuando siento que sus labios van a tocar los míos entro en... desespero. Así que me atrevo a hacerlo, lo beso con fuerza mientras él se inclina buscando más contacto. Pasa su mano por mi cintura y me sostengo de sus hombros como si estuviéramos a punto de caer del cielo.

Él me sostiene casi con ansias, probar los labios de Finnick era... mejor de lo que alguna vez pensé. Después de años de contención, de fingir que nos odiábamos en público y fingir en privado que no sentía nada... las emociones explotan en mi pecho. Ya se... que estoy perdida.

Ambos estamos perdidos y aquello... no me molesta como creí que lo haría.

 no me molesta como creí que lo haría

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