Energía

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Nos metieron en un carro y nos dejaron en lo que parecía ser donde preparan a los tributos para la presentación o así lo llamaron los agentes de la paz. Éramos animales de circo preparándose para su momento en el escenario, lo cual sonaba fabuloso para mi.

Todo estaba hecho de metal, la camilla estaba fría, las luces eran muy blancas y "depilación" cómo la llamo la mujer de labios gigantes era dolorosa. También me jalaron el pelo y pusieron tantos productos que casi me desmayo con el olor.

Intente no quejarme, me dediqué a morder mi lengua y ver la pantalla detrás de los estilistas, tenía un gran sesenta y ocho en el centro de color dorado.
Nuestras caras aparecían de vez en cuando y yo me sentía asqueada cada que salía yo en la cosecha, lo cual para mi sorpresa fue trasmitido varias veces. ¿A la gente le gustaba ver el desespero de los tributos?

- Ya está lista - me movieron a una habitación aparte, solo me cubría una especia de bata que era casi tan fina cómo una hoja y mis pensamientos negativos estaban volviéndose más extensos en el silencio del lugar.

La puerta se abrió y por inercia me levante, mire a la mujer de pelo morado con destellos azules frente a mí.
A diferencia de los demás estilista que había visto, ella solo tenía eso al estilo capitolio. Parecía solo tener una o dos cirugías, tenía un delineado morado en sus ojos, varios aretes colgantes y vestía toda de negro con detalle azules. Para ser sincera era de los atuendos menos extravagantes que había visto en mis horas de instancia, incluso podría decir... que me gustaba como se veía.

- Sara, ¿Verdad? - se acercó a mi y me analizo unos segundos, mirándole mientras camina alrededor de la camilla lentamente. Sonríe después de unos segundos - Eres bonita, eso nos ayudara. No es que las demás chicas que yo vestí fueran feas, simplemente... eres buena pieza.

Hice una mueca, ¿de qué habla esta señora?

- Estoy algo nerviosa, si te soy sincera. Es la primera vez que vestiré a los tributos del distrito cinco, siempre visto a las del siete o dos - sonrió y me ofreció su mano, la tome con algo de duda. Me hizo dar un par de pasos al frente y me hizo dar una ligera vuelta - ¿Sabes de que va la temática de tu distrito?

- Energía, siempre somos obreros de plantas de energía - ella regreso a su posición inicial y sonrió casi con malicia, sus ojos reflejaban orgullo.

- Si, pero nos pidieron innovar y creo, que yo puedo hacer cosas fantásticas con la energía - me miro con interés y yo entre en pánico.

Un minuto después entraron varias personas a la sala, dejando un carro lleno de prendas contra la pared, incluso había una máquina de coser, ella empezó a tomar medidas apresuradamente.

- No me dijiste tu nombre - comenté sintiendo ligeramente abrumada por sus manos recorriendo casi todas las curvaturas de mi cuerpo. Literalmente me midió de pies a cabeza y los demás parecía esperar indicaciones.

- Mantes, un gusto querida - Su tono es mas orgulloso y ligeramente mas bajo mientras sigue con sus medidas.

Me sorprendí a ver un traje completamente blanco frente a mí, tenía mangas que llegaban solo hasta el antebrazo y en pantalón llegaba hasta el piso, estaba decorado con ligeros toques de plateado y lo que parecían ser cables de estaño. ¿Esto era todo?

- Necesito que te quedes muy quieta para lo que sigue - entonces saco lo que parecía ser una batería ciento cuarenta, esas se usan para camiones de carga. La conecto a un cable y lo encendió, pensé que terminaría electrocutado. Pero para mi sorpresa varias líneas aparecieron por el traje.

Parecía simular rayos, rayos y relámpagos más bien. Lo desconectaron mirándome con emoción, escucho ligeros cuchicheos de emoción e incluso suspiros aliviados.

- Funciona - grita Mantes antes de comenzar a sacar más cosas plateadas. Pero eran plateado sucio, no se veía para nada brillante, era más un gris metálico.

Me coloco unos guantes que era de ese color, pero parecía de aislantes. Coloco también lo que parecía ser una muñequera con medidas eléctricas y una especial de saco que me acinturaba perfectamente cuando se cerraba.

Luego me aventaron lo que creo que era polvo oscuro para que el blanco no se viera tan limpio, yo entera era gris muy claro y gris oscuro metálico.

- Por un segundo pensé que sería una luz de bombilla...

- Casi lo eres - se rio la pelimorada, aun sosteniendo los metales- que pasen lo de maquillaje y peinado, ya.

Ahora tenía a cuatro personas sobre mí y a Mantes también, sentí como recogían ciertas partes de mi pelo. Cerré los ojos dejando que hiciera su trabajo y cinco minutos después estaba siendo levantada de la silla nuevamente. Mi estilistas y modista me miraron sonriendo, abrazándose un poco una a la otra. Claramente emocionadas por su trabajo, por lo menos parecía felices ahora.

- Ven, ven - la pelimorada tomo mi mano y me acerco al espejo, el traje seguía igual, pero ahora parecía estar más oxidado a excepción de los guantes. Mi cabello parecía fundirse con lo que creo que es una bufanda en mi cuello y tenía lo que aprecian ser broches del mismo estilo que los rayos de mis mangas.

El maquillaje era en tonos platinados y oscuros como el de los rayos, sonríe y mire a la mujer a mi lado.

- Si eres un obrero de la planta de energía, pero alcanzado por un rayo - la mire unos segundos, si era lo establecido, pero claramente no lo común - investigue y si a pasado, sorprendentemente cinco de cada siete sobreviven y les da características curiosas.

- Entonces también harás lo de la batería allá - asintió, me sacaron del cuarto casi corriendo. Me subieron a una especie de carrosa que era jalada por caballos, yo la veía bastante insegura.

- Sara - mire a Reus con una ropa casi idéntica a la mía, solo que la suya era de tonos mucho más claros y el sí tenía el casco de trabajador, la única "impactada" era yo y supongo que el "controlaría" el impacto - Te ves bonita.

Sonrió tonta mente apartando la mirada para que no lo note, subió junto a mí y se acomodó en el carro, colocaron la batería a nuestros pies y nos conectaron por los tobillos para que no se viera.

- Tu también te ves bonito - hable captando su atención, se ríe nerviosamente y cuando está por decir algo Mantes lo manda callar con una ropa falsa, llamando nuestra atención.

- Escuchen, quiero que salgan y sonrían, saluden gente. Nada de malas caras, esto debe prender cuando estén en el primer tercio del recorrido - se alejó y luego regreso rápidamente como si hubiera recordado algo - No se suelten de la carrosa, si se caen será nefasto.

- ¿Cree que si me suelto me mate en la caía? - pregunto mi compañero ganándose una mala mirada de la pelimorada.

- Hablo enserio y suerte - se alejó y unos segundos después el carro empezó a moverse.

LightningWhere stories live. Discover now