Capítulo 15: El día de Kalea

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Malik

Me crucé de brazos, con fastidio al tener a la tonta de mi hermana enfrente, quien me exige que me desaparezca para que así ella pueda largarse a quien sabe dónde con quien sabe quién, cuando específicamente mamá me obligó a estar a su lado, vigilándola muy de cerca.

—Vete de aquí que mis amigos llegarán pronto—llevó sus manos a mi espalda, intentando empujarme, más ni siquiera logró moverme un centímetro.

—Niña, tengo que verles la cara a tus amigos, pedirles sus números telefónicos y asegurarme que no hagan nada extraño.

—¿Qué podrían hacerme?

—No sé, los niños hoy en día son aterradores—culminé al encogerme de hombros.

—Aquí el único aterrador para el corazón de las chicas eres tú, vete que todos están mirándonos—chilló.

—Claro, tienes un hermano demasiado apuesto—me erguí y llevé mis manos a mis caderas, posando como un modelo de revista, para luego culminarlo con una gran sonrisa, mostrando mi perfecta dentadura.

—Y demasiado rompecorazones, piérdete antes que esas chicas se me abalancen de los celos por ti.

Ojeé en dirección del grupo de chicas y les guiñé un ojo, logrando que estas se derritieran. —Me iré una vez me asegure que tus amigos no sean como yo, cuando vea que no hay peligro, entonces puedes irte.

—Y a ti qué te importa como son mis amigos.

—En tu grupo de amigos, por ley, siempre hay alguien que te gusta—rebatí.

—Si me gustara alguien no debería ser tu problema, tengo 15 años, ya soy grande.

—¡Ha! —exclamé—, muy grande está la niña.

—Además, el que me gusta ni siquiera me voltea a ver por culpa de alguien que arruinó todo—murmuró con pesimismo.

—No me jodas con que todavía te gusta Carter, ese idiota te lleva 5 años.

—Me gusta y por tu culpa ni siquiera puedo verlo de lejos—rezongó.

Me llevé las manos a la cabeza y despeiné mi cabello con fastidio. —No fue mi culpa, ¿ok? Lo que sucedió fue un maldito accidente, estoy harto que todos me estén culpando, no es como si hubieras estado ese día para saberlo.

—No es que tu recuerdes con claridad lo sucedido…

—¿Sabes algo? Lárgate con quien te dé la gana, me vale si alguien te secuestra por reconocerte.

Me encaminé de regreso a la calle principal de Brooklyn para regresar a mi morada, sin embargo, un grupo de adolescentes llamaron mi atención y más cuando reconocí a una de las chicas como la mejor amiga de mi hermana, que está pegada en casi toda la pieza de la enana malagradecida.

Los iba a pasar de largo, pero, algo me dijo que escuchara. —Les digo, ella está tan sedienta por tener amigos que hace todo lo que se le pide, así me hice su supuesta mejor amiga y la tonta ni sabe que me estoy aprovechando de ella—la malvada bruja estalló en carcajadas.

Los chicos que están junto a ella le siguieron la corriente y uno de los mocosos dio un paso al frente. —Entonces, si le confesara mis supuestos sentimientos por ella, cedería porque quiere encajar, si la besara y la hiciera mía, ingresaría a su familia sin esfuerzo—estalló en carcajadas—. Ya quiero conocer en persona a la ardiente Charlotte Ocean.

Junto con sus amigos chocaron los chicos y la traicionera supuesta mejor amiga sonrió, comentándoles como es nuestra madre a ese grupo de mini imbéciles.

Los pasillos tienen oídos/ Operación: CupidoWhere stories live. Discover now