Capítulo 38: Mi golden retriever

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Xia

Ya entiendo porque siempre parece levantar muros entre Carter y él, está dolido porque su mejor amigo no le creyó y lo abandonó cuando podían ayudarse mutuamente a salir adelante.

Nuestro niño estuvo en coma… Xia, mejor que lo apapaches mucho.

Además, está eso que, tuvo que confinarse desde ese tiempo hasta el año en que iniciamos primer año y todo porque tenía miedo de que alguien descubriera quienes eran sus padres, sabía que, si eso sucedía, sepultarían las carreras de ambos.

Por eso Kalea tenía miedo de que su hermano regresara a ese abismo, ya entiendo finalmente a qué se refería.

—No recuerdo el regreso, sin embargo, algo dentro de mí me dice que no fue mi culpa…—una lágrima rodó por su mejilla y los tres nos levantamos de nuestros asientos, para abrazarlo con fuerza—yo no quiero llorar y ustedes vienen a abrazarme, dejen de hacerme un blando—rezongó con la voz ronca.

—Eres un bebito—comentó con burla Dae al despeinarlo.

—Todos dicen que eres un chico malo y yo solo veo a un pancito de azúcar—se mofó Yarah al pellizcarlo en los costados.

—Ya no quiero demostraciones de cariño de ustedes, se están burlando de mi noble corazoncito—chilló al intentar separarlos, más estos se adhirieron a él—. Burbuja, sálvame de estos locos.

—Nada de eso, déjate querer un poquito por ellos, mira que no todos los días dan demostraciones de cariño—agregué al separarme, dejando que se lo acaparen más.

—Xia, ayúdame—rogó.

—Iré a pedir postres, ¿quieren? —asintieron al seguir asfixiando a Mal.

—Yo quiero que me salves.

—Para ti, traeré de piña—seguí al evadir por completo su llamado de “auxilio”.

—¡Burbuja! —llamó—, sí, sí, los quiero, ya suéltenme.

—Nos quieres, estamos agradecidos—corearon Dae y Yarah… ese tonito me recuerda a una película.

—En fin, como que quiero una malteada también—exclamé.

Sé lo que ese par está haciendo, no quieren que Malik sobre piense las cosas acerca del accidente y lo están logrando, a su manera, sin embargo, lo están ayudando a que no se sienta tenso.

Regresé luego de unos minutos y estos se acomodaron, Yarah celebró al ver el postre de chocolate frente a ella y Daehyun se saboreó la carlota de limón. Malik, se cruzó de brazos y tomó su cheesecake de piña.

—Lo tomaré, pero me ofende mucho que me hayas abandonado con esos dos.

—¿Quieres otro abrazo? —indagaron.

—No gracias—se levantó y se sentó a mi lado, adhiriéndose a mi brazo—, no dejes que se me acerquen, me espantan sus demostraciones de cariño—susurró—, mira esas sonrisas, parecen muñecos poseídos.

—¿Poseídos? Pero si son bien tiernos, sólo míralos—continué tomándole el pelo.

Este miró hacia nuestros amigos y rebotó en el asiento. —Estás mal igual que ellos…

—Dae, por qué tienes que comerte mis cosas, todavía tienes tu postre intacto—se quejó ella al ver un pedazo de su pastel desaparecer.

—El limón y el chocolate son buena combinación, ¿quieres probar?

—Ojalá te vayas en mierda—Malik se atragantó y procedió a reírse de forma escandalosa.

Me cubrí los labios con la mano para evitar reír, no obstante, terminé siendo contagiada por mi novio quien parece una foca, en esto se va al suelo y todo.

Los pasillos tienen oídos/ Operación: CupidoWhere stories live. Discover now