Capítulo 45: El 2 es un día especial

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Entreabrí los ojos al sentir el taxi detenerse. —¿Llegamos? —murmuré.

—Aún no, ¿estás cansada? —asentí a punto de frotarme los ojos, sin embargo, Mal desvió mis manos—, arruinarás tu maquillaje.

—No importa—intenté llevar de nueva cuenta mis dedos a mi cara, no obstante, las apañó con las suyas—, Malik—rezongué adormilada.

—¿Sabes qué día es hoy?

—2 de marzo—respondí entre balbuceos y terminé cerrando los ojos por completo al sentir las caricias en mi cabeza.

Abrí los ojos al sentir golpecitos suaves en mi brazo, mi campo de visión se llenó todo de Malik Sallow, quien me observa con una sonrisa. —Llegamos—descendió del coche y quise seguirlo, más mi cuerpo no quiere ayudarme.

De pronto, sus manos tomaron las mías, haciéndome sentarme y me levantó en brazos luego de guindar mi bolso en su hombro. —Gracias, tenga buena noche—se despidió del conductor quien le contestó algo, más yo no estoy captando nada en el cerebro.

—¿Ya me puedo ir a dormir de nuevo?

—Yo no creo que quieras dormir luego de lo que verás.

—¿Qué cosa? —indagué y ojeé a mi alrededor—, aquí no queda la universidad… ni tampoco tu apartamento.

—No, vamos a ir a un lugar mejor—respondió al hacerme pasar mis brazos alrededor de su cuello—, por mientras puedes descansar los ojos.

—¿Me estás secuestrando?

—Creo que esa idea no te espanta, ¿o sí? —negué.

—Llévame a donde quieras—musité.

—Esa es una respuesta peligrosa, teniendo en cuenta a quien se lo estás diciendo.

¿Qué día dije que era?

Sábado, niña, en qué mundo andas.

Tengo sueño.

Tenemos… hoy es 2 de marzo… qué era que se celebraba… ¡el aniversario!

—¡El aniversario! —grité en su oído, despertando por completo.

—Veo que recordaste—susurró al dejarme en el suelo—, feliz aniversario—dijo con emoción al señalar frente a mí.

Me giré hacia el patio y formé un círculo con mis labios al ver un camino de tulipanes rosados en el césped, que van en dirección hacia una manta bien acolchada que calculo debe ser del tamaño de una cama King size, en los bordes de la colcha cuenta con cojines rosados y al principio de esta hay dos gruesas almohadas, una para él y otra para mí.

Sonreí al ver la carpa de tela que cubre la perfecta cama simulada, con luces guindando, evitando que la luz de la luna opaque nuestra visión a la gran pantalla que está en frente, en las esquinas hay dos mesas blancas y redondas, manteniendo una serie de bocadillos que están protegidos por cubreplatos transparentes.

Me volteé en su dirección y me aventé hacia este, quien me apañó de la cintura. —Lo siento, lo olvidé por…

—Tranquila, si tú lo olvidas, yo lo recordaré.

—Pero…

—Lo importante es que estás aquí junto a mí—depositó un beso en mi mejilla y me miró con esos ojitos llenos de amor.

—Felices 5 meses—su sonrisa se ensanchó—, ¿ves? Si recuerdo las cosas, un poco tarde, pero lo hago.

—Iré a preparar la cena—susurró en mi oído.

Los pasillos tienen oídos/ Operación: CupidoWhere stories live. Discover now