Capítulo 56: Los rumores dicen que Cupido aparecerá por primera vez

979 116 35
                                    

Malik

3 de septiembre de 2024

Avancé por el campus, con mis ojos posados al frente y una media sonrisa porque Taylor Swift ambienta mi pasarela. Cada vez que estoy en la universidad, me siento como si estuviera en un escenario, es que, no entiendo, ¿por qué rayos todos tienen que mirarme?

Soy apuesto, lo sé, soy inteligente y mi cara está puesta este año como portada de la carrera de medicina, para incentivar a más personas que se unan a nuestra facultad, siendo invitados por el mejor estudiante según mi índice que roza lo perfecto y creo que se unen por otra cosa.

Unas niñas que parecen ser de primer año, dejaron de participar en las actividades de reclutamiento en los clubes por el simple hecho de verme.

Eso sonó egocéntrico, no obstante, es lo que sus acciones me demuestran y sus movimientos de labios me lo confirman.

Me saqué el auricular al sentir unos brazos rodear mi cintura, sonreí de medio lado y suspiré. —¿Qué te tomó tanto tiempo?

—Había mucha fila en la cafetería—informó al colocarse frente a mí—, pero lo conseguí—meneó su bebida preferida del campus—, ¿quieres? —tendió el envase y me incliné para beber, más frente a mis ojos apareció otro envase—, traje tu favorito—tarareó al dejar el batido de piña en mis manos.

—Pero que novia tan atenta tengo.

—No puedo dejarme ganar del novio—acotó.

Sostuve su mano y nos encaminamos al aula, de nuevo con las insoportables e intensas miradas que me estresan en cada momento… Sé que me extrañaron, pero, al menos disimúlenlo.

Es cierto, eso no se podrá, en mí ven a alguien a quien idolatrar para luego poder destruir sin piedad, eso es lo que soy en este sitio.

—¿Hoy irás a casa? —indagó en cuanto nos adentramos al ascensor, en dirección a nuestro piso.

—¿Quieres que esté en el apartamento? Porque si quieres, aviso desde ya que no podré ir…—rebusqué mi celular para enviarle un mensaje a mi mamá, más Xia me detuvo.

—Oye, solo bromeaba—se carcajeó.

—Me ilusionas y eso no se hace—dramaticé al egresar del espacio cerrado, con ella siguiéndome, porque solté su mano para darle más intensidad a mi actuación.

—¿Te enojaste? Soltaste mi mano—recalcó y con velocidad, se posicionó frente a mí, por lo que, la esquivé y ella volvió a interponerse en mi camino al aula—, ¿debería quedarme en tu apartamento esta noche? Podría decirle a Yarah que no regresaré con ella a casa…—continuó con inocencia, incluso sus ojos la hacen ver como un conejito inofensivo, dejándome a mí como el lobo que quiere comérsela.

Aunque, no está tan equivocada mi analogía, siempre le tengo ganas, la semana pasada salimos a cenar, solo recibí un besito un poquito caliente de su parte y mi amigo se despertó en pleno restaurante.

—No, mejor ve a tu apartamento, me temo que te haré cosas malas si estamos solos.

—Yo quiero que me hagas esas cosas… si es como la última vez…—su rostro se incendió.

Malik, no caigas, no caigas, eres fuerte, estás en la universidad, no te ablandes en tu decisión, no lo hagas.

—Mejor te quedas conmigo, necesitas a alguien que te abrace por las noches…

—Te estaba jugando una broma y tú ya te lo imaginaste—se cubrió los labios con su mano derecha y con la izquierda que sostiene el envase vacío de su bebida señala mi entrepierna.

Los pasillos tienen oídos/ Operación: CupidoWhere stories live. Discover now