Capítulo 59: El primogénito de la cineasta Charlotte

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Carter

—¿Para qué me mandaste a llamar?

—Para hablar.

—¿Serás mi prometido? —indagó al poner sus codos en mi escritorio, inclinándose hacia mí para que su escote se note.

—Que no—elevé la voz, ya me tiene harto con eso—, no que me detestabas, bueno, sigue en esa línea, es más, vete detrás de tu marioneta… ¿cómo es su nombre? Aidan.

Su semblante se desfiguró, incluso se irguió. —¿Fue muy obvio?

—Dijiste que estarías tan callada que desearíamos que ladraras.

—También me sorprendió saber que esa mosquita muerta miedosa era Cupido, allí entendí muchas cosas, la condenada tenía estrategias suaves y sutiles para robarse a mi Malik. Ahora veo que fingieron tener esa pelea para que no hiciera algo más.

—¿Tienes algo más?

—Tengo muchas cartas—me guiñó un ojo—, dejando eso de lado, vamos a lo que nos compete, comprométete conmigo.

—Veo que los señores Myers te dijeron que quien toma las decisiones soy yo.

Desde que sé lo que sucedió en el accidente, mi padre tiene miedo de que arruine mi futuro y de paso el suyo al contarlo, así que, me ha estado satisfaciendo en todo lo que quiero. Debo admitir que adoro tener el control.

—Scarlette, enviaré un rebosante sobre de dinero en tu boda con el niño flacucho tonto, harán una hermosa parejita.

—Carter Myers, desde cuándo eres tan malvado.

—Siempre he sido así, solo me controlo.

Se sacó la chaqueta y luego el top, dejando a la vista su sostén de encaje negro, bufé y se sacó la falda, quedando de esa forma en ropa interior. —Acepta el compromiso por un tiempo para que no tenga que encontrarme con ese niño corto de cerebro.

—A ti te gusta el dinero, él está forrado con ellos, tal vez la apariencia que tanto adoras en otros no sea favorable en él, pero…—se sacó la ropa interior, quedando desnuda—ponte la ropa.

—Tengo que causar al menos algo en ti.

La miré de arriba hacia abajo con descaro y atención, me acerqué encarándola, llevé mis manos a su rostro, acunándolo entre mis palmas, esta cerró los ojos y entreabrió sus labios.

Con rapidez me saqué el abrigo y lo coloqué sobre sus hombros, atando con apresuramiento el cinturón para cubrir su cuerpo. —Deja de estarte vendiendo y simplemente diles a tus padres que no quieres casarte.

—¡Me van a desheredar!

—Estudia, trabaja y sobrevive sin ellos. Por cierto, ya deja el teatro, que ambos sabemos que todo esto que te estás armando es una obra para ver si caigo.

—Digno hijo de la familia Myers, no te dejas manipular.

Fruncí el ceño y reaccioné al instante. —Estás tramando algo—expuse y esta comenzó vestirse de nueva cuenta.

—¿Cuál crees que sea mi siguiente carta por lanzar?

A Xia no la dejan tranquila ni siquiera cuando sale al supermercado, porque siguen intrigados con sus métodos, no
la dejarán en paz hasta descubrir si cuenta con un don verdadero, porque se está circulando que tiene poderes o tiene visiones, pero, eso es tonto porque la magia no existe.

—Malik…

—¡Exacto! Carty, eres muy inteligente. En este momento, deben estar los periodistas sorprendidos por al fin conocer en persona al hijo de Charlotte Ocean… eso también fue sorprendente para mí, casi me da un infarto al saber que lo dejé ir teniendo semejante familia.

Los pasillos tienen oídos/ Operación: CupidoWhere stories live. Discover now