Capítulo 61: El amor de Cupido

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Su risa al otro lado de la pantalla me hizo sonreír al verlo. —Mal—llamé y me miró a través de la pantalla—, te extraño.

—Tengo ganas de teletransportarme hacia ti, tengo ganas de abrazarte, besarte y… hacerte otras cosas—susurró, logrando que Nari y Soni maullaran—. No sean celosos, ella es la dueña de mi cuerpecito y mi corazón—comentó al verlos—, vengan a decirle “hola” a su mamita.

Soni maulló con lo que parece ser enojo, en cambio Nari se asomó y se quedó viéndome en silencio. —Ella si me quiere.

—Soni dice que lo reemplacé—interpretó su maullido y reí.

—Malik—su padre llamó al otro lado de la puerta y pronto ingresó—, mi nuera preferida—exclamó al saludarme con una sonrisa que, por cierto, no es nada propia de él según las noticias.

—Hola Callum—saludé con alegría.

—Papá, es la única nuera que tienes—interrumpió.

—Sí, bueno, es la única a la que reconoceré y hablando de mi adorable nuera, tiene que irse a clases u olvidaste que acá son las 2 de la tarde y allá las 8 de la mañana.

—Burbuja, es cierto, tienes que irte a clases.

Solté un chillido al ver que voy tarde. —Hablamos luego, nos vemos cariño, nos vemos Callum.

—Cuídate—corearon y la llamada culminó.

Dijo que volvería en una semana y ya va un mes que no ha podido regresar a New York y todo porque los paparazzi siempre se enteran de los días en que mi chico regresará.

Al menos ahora los periodistas se calmaron y ya no me persiguen tanto, porque siempre que me rodeaban era por culpa de la barata Kang, quien siempre inventaba alguna “jugosa noticia”, al menos ahora dejó de molestarme.

Con semejante golpiza, era obvio… te tiene miedo.

Ni fue tan fuerte.

La invencible Scarlette Kang te huye cada que te ve por miedo a que publiques ese vídeo.

En realidad, no tengo ningún vídeo, pero, con la rabia con la cual la dije, lo más probable es que se lo haya creído.

Tener una relación a larga distancia con Malik es triste para mí, porque terminé acostumbrándome a que me llenara de mimos y ahora me siento una total solitaria. Y eso que desde los anteriores 19 años de mi vida estaba acostumbrada a estar sumergida en soledad, no obstante, desde que él llegó a mi mundo, me volví dependiente de la compañía.

Él intenta que no me sienta solitaria haciéndome llamadas constantes, contándome de su día a día en las clases, porque tuvo que inscribirse en Beaumont University, pero la de Londres, porque no era justo que siguiera perdiendo clases, lo bueno es que los profesores lo ayudaron a ponerse al día.

También le cuento de mis días como Cupido junto a los chicos, porque, ahora Yarah y Dae son también mis agentes del amor… ese par está de locos cuando de misiones se trata.

—Pero mierda—voceó Yarah.

—Exclamó la princesa—se mofaron los chicos, quienes rápidamente recibieron un golpazo en sus hombros.

—Esos idiotas, uno le pone todo en bandeja de plata y se complican la vida—refunfuñó al ver como nuestros objetivos se alejan el uno del otro—. Niña, ve por él, ¿qué esperas?, ¿qué otra se lo lleve? Es más, le falta probar un poquito de dolor para que lo valore, ¿puedo fingir conquistarlo?

Se levantó y Dae la tomó del brazo derecho y Carter del izquierdo. —Quieta fiera—articulé con gracia—, las relaciones son complicadas.

—Por eso digo, mejor quédense solteros—aconsejó a todo pulmón, llamando la atención de las personas en este parque.

Los pasillos tienen oídos/ Operación: CupidoWhere stories live. Discover now