Capítulo 24: Estrenando agentes

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Xia

Me cubrí las orejas ante la fuerte música que me aturde el cerebro, me encuentro en un club nocturno, luego de que Yarah convenciera a los chicos de venir, pues, debido a su apuesta del semestre anterior con Daehyun no quiere cambiarse el nombre. Por ello, aprovechando que estoy aquí, invoqué a los agentes del amor e hice que Samary apareciera; hoy es el día en que saldrá de la zona de amigos.

Posé la mirada al frente, hallando a Yarah quien está en el corazón de la pista, dando sus mejores pasos al lado de Malik, que… ¿qué está haciendo?

No sólo es inteligente, audaz, responsable, guapo y carismático, sino que nos salió buen bailarín.

Entonces, no enloquecí.

Los tres están dándolo todo en la pista, Yarah y Malik beben como si no hubiera un mañana, en cambio Daehyun se toma las cosas con calma, porque es el único que sabe conducir.

Bueno… no sé si Malik sabrá hacerlo, porque siempre anda en taxi o el chófer lo traslada donde quiere.

—Deja de beber—le arrebaté la botella a Carter, quien parece como si tuviera un mal de amores tomando licor sin parar—, si te embriagas, te desnudarás.

—No me avergüenzo de mi cuerpo y tranquila—me quitó con sutileza la botella—, no beberé tanto como para manchar la reputación del honorable senador Myers.

Observé en dirección de mi primer reclutado y abrí la boca, casi dejando caer mi mandíbula hasta el suelo, el condenado le quitó el envase de agua a quien sabe quien y la derramó sobre sí mismo…

Por qué se ve tan sexy.

Pronto, su suéter blanco se adhirió a su cuerpo como una segunda piel y dejó casi nada a la imaginación en su tableta de chocolate, negué con la cabeza, intentando regresar a mí y el calienta hornos 3000 se sacó la camisa, mostrando su abdomen y alarmando a medio club. Giró la prenda por los aires y salió volando, causando un revuelo entre aquellos afortunados que quieren acercarse más al chico revelación de la noche, aunque sea solo olfateando su suéter… porque eso es lo que están haciendo.

Al fondo se escuchó una canción digna de un perreo intenso y este, como bien mandado, movió ese trasero con ritmo, provocando que algunos quieran bailar a su lado, incluso las chicas intentan con agilidad menearse contra este, más Malik finge demencia y se aparta con disimulo, ganándose el apodo “el rey inalcanzable de la pista”, palabras de los que me rodean, no mías.

Mientras para muchos es el inalcanzable, tú lo tienes como tu amigo. Niña tonta.

Levanté el brazo y el rey de la pista acudió con prontitud ante mi llamado. Se tumbó en la silla y miró de reojo a Carter, con curiosidad y luego con una especie de preocupación.

—¿Peleaste de nuevo con tu padre?

—Es obvio, ¿no? —dijo al atascarse con otra botella, se la arrebaté y le di una fuerte mirada, logrando que este se resignara para obtenerla de vuelta.

—Gente, me llevo a Yarah a tomar aire—informó Dae al tomar el bolso de nuestra amiga, quien se cubre la boca con ganas de vomitar por tanto alcohol que recorre su flujo sanguíneo.

Una vez se marcharon, posé la mirada en mi pareja creada por el destino. —Niños, nuestra misión es…

—Te llevo 2 años—intervino Malik.

—Te llevo 1 año—siguió Carter.

—Ni siquiera has cumplido los 21—señalé a Malik—y tú, todavía no cumples los 20—rebatí contra Carter—. No me interrumpan que se me va la idea, ajá… el plan es, celos extremos.

Los pasillos tienen oídos/ Operación: CupidoWhere stories live. Discover now