Capítulo 40: La interesante familia de mi novio

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La puerta de la habitación se abrió, dejando a la vista a Mal, quien abraza una almohada con una sonrisita tímida e inocente según él… esa miradita y esa sonrisa me dice que quiere andar de picaron con mi pobre ser que no aguanta sus seducciones.

—¿Puedo quedarme a tu lado un ratito? —preguntó bajito y con sonrojo.

—Es tu apartamento—respondí.

Luego de terminar las labores de Cupido, fuimos con Carter a cenar y de casualidad nos encontramos con Kalea, digo de casualidad, porque me confesó que rastreó el celular de su hermano para hallar a Carty. La cosa aquí es que, terminamos persiguiendo a Kalea, porque Malik no podía permitir que su hermanita estuviera a solas con el “rubio oxigenado” como le dice al pobre de Carter.

Además de eso, Kalea se llevó a Carty a quien sabe donde y los perdimos de vista, lo único que espero es que Carter termine de pasar un buen cumpleaños. Por otro lado, el condenado de Malik me embaucó y aquí estoy, en su apartamento que, en realidad estaba más cerca para mí que regresar a la universidad.

—Sí, pero… es tu habitación—continuó, decoró una de las piezas con todo lo que me gusta, donde las tonalidades rosadas son las que predominan.

Poco a poco, fue deslizando sus pies hasta posicionarse junto a la cama, del lado contrario al que estoy. —Ven…—palmeé el espacio libre y el traicionero dio la vuelta hasta quedar de mi lado, rodé al espacio que le había señalado y este se carcajeó.

—¿Me tienes miedo? —preguntó con gracia al meterse bajo la manta.

—¿Yo? —continué con nerviosismo—, claro que no.

Se acercó a mí y me observó con una sonrisa, tragué hondo y quise levantarme, más este me detuvo, pasó su brazo bajo mi cabeza y tiró de mí, logrando que mi oreja quedara pegada a su pecho… cómo puede vivir como si nada con ese corazón tan acelerado.

Olfateó mi cabello y suspiró. —Me encanta como hueles.

—Mal… ¿qué está pasando por esa cabecita tuya? —por qué tengo nervios, miedo y una revolución en mi estómago.

—Nada de lo que estás pensando.

—¿Qué estoy pensando? —lo admito, tengo terror llegar a ese paso con él.

—Sabes a lo que me refiero—susurró—, Burbuja—llamó y lo miré—, no haremos nada de lo que piensas.

—¿Por qué? —curioseé bajo—, no quieres estar conmigo…

Inspiró. —Xia Slora, yo estoy loquito por ti y respeto y respetaré cada una de tus decisiones, cuando te sientas lista, entonces…

Me estiré con levedad y dejé un beso en sus labios. —Pero, yo quiero—susurré.

Sonrió y me dio un beso corto de regreso. —El día que dejes de temblar cada que te imagines que eso puede pasar, entonces será, no te apresures porque has escuchado algo de mí de otras personas y mucho menos tomes de referencia mi anterior relación, este noviazgo es más que especial para mí y tú eres la persona a quien amo con todo mi corazón.

Dios mío, este es el chico que nos merecemos, valió la pena ser botadas por esos idiotas…

Caminé de un lado al otro, sin dejar de mirarme al espejo y alisar mi vestido. Malik tiene buen gusto, no solo tenía una habitación para mí, sino que compró ropa para mí de antemano y entre esas prendas, estaba la de ese día en el hotel, casi me da algo cuando la vi, sin embargo, ya no tengo tanta vergüenza al respecto.

Suaves toques en la puerta llamaron mi atención. —¿Puedo pasar?

—Adelante—respondí e ingresó, quedándose estático, mirándome de arriba hacia abajo—, ¿cómo me veo? —oculté mis brazos tras mi espalda, balanceándome con levedad, esperando una respuesta.

Los pasillos tienen oídos/ Operación: CupidoWhere stories live. Discover now