Capítulo 16: Te tengo en la mira, Burbuja

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Levanté la cabeza y sonreí con inocencia. —Es un gusto verte por aquí, Xia Slora…

—Lamento no poder compartir el sentimiento, Malik Sallow. Y bien, por qué me estabas siguiendo—indagó al agacharse, quedando a mi altura.

—¿Yo, seguirte? —solté una risa nerviosa—, pasaba por aquí y mi celular se resbaló de mis manos… y no me lo vas a creer—¿por qué estoy elevando la voz como idiota? —, cayó justamente en el arbusto cercano al banco de madera. Las casualidades de la vida son espectaculares, ¿no crees? —sonreí, esperando que se crea el cuento.

—Ya y tú piensas que soy estúpida, ¿por qué siempre crees que caeré en tus mentiras como los demás están acostumbrados?

—Bueno sí… ¡digo, no! Cuál era la pregunta.

Sonrió de medio y negó con la cabeza. —¿Qué fue lo que escuchaste?

—¿Me creerías si te dijera que no escuché nada? —me dio una miradita de fastidio y suspiré—, bueno… escuché todo y tengo una pregunta que si no respondes no me dejará dormir.

—Ay señor…—llevó su dedo índice y corazón a la altura de su ceja, mientras masajea esa zona ante mi respuesta.

—¿Qué les sucede a aquellas personas que revelan tu identidad?

—Tú al igual que todos aquellos traicioneros deberías desaparecer… debería hacerte lo que le hago a todos ellos. Tienes demasiada información sobre mí.

Tragué hondo y me incliné al frente, creyendo ilusamente que retrocedería, más no lo hizo. —Serías capaz de dañar al hijo de alguien.

—Oh claro que sí, en este momento representas una amenaza para mi tranquilidad—sacó su celular de su bolso, marcando el número de quien sabe quién.

—Oye, serías capaz en serio de desaparecer a tu futuro novio—solté.

—¿Quién?

—Yo, seré tu futuro novio, no exageraré diciendo que seré tu esposo. Eso lo diré cuando llevemos unos tres años de relación.

—¿Te drogaste antes de encontrarte conmigo?

—Para nada, sólo le robé una inhalada de tabaco a un mocoso de unos 15, pero no creo que eso alcance lo suficiente para eso.

Apagó su celular y lo dejó dentro del bolso. —En verdad, yo quisiera enojarme contigo, pero es que no puedo cuando te sales con esas tonterías. A veces me pregunto, como es que este saco de músculo en desarrollo es lo más inteligente de la facultad de medicina.

Puse los ojos en blanco y realicé una mueca con mis labios ante su análisis grosero. —Te salvas que me gustas, sino ya te habría respondido de una forma no tan bonita.

—¿Te gusto? —preguntó con burla—, no me hagas reír, eres un jugador de primera base en el corazón de las féminas y déjame repetirte de nueva cuenta que, la entrenadora no juega.

—Como ya te dije antes, la entrenadora debería tener experiencia previa, ¿no quieres probar conmigo el noviazgo?

—Soy más de banderas verdes.

Abrí la boca, ofendido y me llevé una mano al pecho para demostrarle que ese comentario me hirió el ego. —Soy una gran bandera verde.

—En tus sueños será—se levantó y me observó por encima del hombro—, y como te vuelva a encontrar durante estas vacaciones, juro que rebuscaré un secreto tuyo y te amenazaré.

—Yo no tengo secretos.

—Oh, ¿en serio? Me parece que tienes muchos de ellos, bolita de carne, ¡nos vemos! —se despidió, marchándose como si nada luego de saber mi apodo de la infancia.

Los pasillos tienen oídos/ Operación: CupidoTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang