Capítulo 17: Mi primer secreto ha sido descubierto

1.7K 232 28
                                    

Burbuja, se levantó y al pasar cerca de mi mesa se quedó viéndome fijamente… maldita sea, me descubrió.

Cerré los ojos con fuerza, listo para inventar la mayor mentira de toda mi vida. —Se le cayó esto—su dulce voz me hizo mirarla de reojo y colocó sobre la mesa la gorra que compré hace unos minutos atrás.

Asentí y una vez se marchó detrás de la chica, suspiré, aliviado al no ser descubierto por su sentido de la intuición. Me puse de pie, a punto de retirarme y seguirle el paso, no obstante, me dirigí a la mesa del idiota indeciso.

—Hola—saludé al tumbarme en el lugar que anteriormente era de Samary.

—Y tú eres…

—La mano derecha de…—me silencié de golpe al recordar que con él no fue con quien firmó el acuerdo, si Xia se llegase a enterar de esto me desaparece.

—¿Quién?

Carraspeé. —Sólo soy un comensal más, que presenció la vergonzosa escena, ¿era tu novia? —arqueó las cejas.

—Oh no, es mi mejor amiga.

—¿Sólo tu amiga?

—Viejo, por qué me estás indagando…—me saqué la mascarilla y sonreí de medio lado—Malik Sallow—murmuró, con su voz medio tembloroso.

—Veo que me conoces.

—Tendría que vivir bajo una roca para no conocerte, a qué se debe el repentino acercamiento de alguien que está en la cima de la cadena popular tanto de la universidad como del país.

—Lo que diré será un consejo muy respetuoso—inicié y me acomodé en el asiento—. Eres el mayor imbécil de todos los tiempos, cómo carajo es posible que tu amiga se fue de aquí llorando, avergonzada, por haber arruinado un vestido que de seguro pasó semanas eligiendo para hoy y tú te quedes aquí sentado como idiota, sin siquiera plantearte la idea de seguirla e intentar consolarla o incluso mimarla, comprándole otro atuendo igual de lindo del que se puso para ti hoy.

—Oye…

—No, tú te callas y me escuchas. Te haces llamar su mejor amigo y ahora, ¿qué estás haciendo por ella? Nada—exclamé—o acaso estás ciego que no te das cuenta—exhalé con frustración y detuve mi vómito verbal antes que Burbuja sospeche—. Despega ese trasero del asiento y ve tras ella.

—Estará bien, cuando sucede ese tipo de cosas no le gusta que la siga…

—Este estúpido—me puse de pie y lo tomé del brazo, sacándolo del restaurante y una vez visualicé a mi amiguita, le di un fuerte empujón—, consigue un vestido y llévaselo para que se cambie.

—Pero…

—Te estaré vigilando y me daré cuenta si no lo haces.

—Oye, pero tú no me dejas hablar—chilló—, ya tengo un cambio de ropa para ella en la mochila, sólo estoy esperando que se calme un poco y regrese para poder dárselo. Este tipo de cosas suele suceder más de lo que crees.

Formé un círculo con mis labios y al ver que Xia miró en nuestra dirección, me dejé caer en el suelo, quedando oculto entre los autos que pasan sin parar gracias a que el semáforo cambió de color.

—¿Qué te pasa?

—Nada, tú y yo nos veremos luego.

—No pareces tan temible como dicen los rumores…—levanté la cabeza y lo miré con fastidio—retiro lo dicho.

—No te quedes ahí parado como idiota, avanza que necesito esconderme—elevé la voz y este se puso en marcha e ingresó al local de al lado para luego salir de allí, dejándome solo y así no dejarme al descubierto.

Los pasillos tienen oídos/ Operación: CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora