Capítulo 18: Fuerza interior

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Max Johnson es el dueño de la compañía Johnson & Health®, que fabrica suplementos alimenticios, elaborados especialmente para deportistas y todo tipo de personas que tengan una vida llena de actividad física intensa, que requieran grandes dosis de proteínas y vitaminas en su dieta diaria. Decidió mudarse con su familia a Perú para elaborar sus productos en una fábrica local y así tener la posibilidad de venderlos a un precio atractivo en el mercado y sin generar una pérdida en su negocio. Todo parece ir bien, de maravilla. Lo que no sabe el padre de Pearl, es que en las últimas semanas, cada uno de los miembros que comparten las acciones de la empresa ha sido "convencido monetariamente" para aceptar ser absorbidos por una empresa mucho más grande.

—Entonces... ésta es su decisión —La voz del sr Max deja escapar un poco de la rabia contenida.

—Debes entender que será lo mejor para todos —dijo uno de los miembros de la Junta Directiva.

—¿Vender mi compañía al mejor postor? No... eso no es lo mejor para mí, es lo mejor para sus cuentas bancarias —Max casi escupe cada una de las palabras que le dirige al resto de la Junta.

—Entendemos tu posición, Max, pero verás que este cambio también te beneficiará a ti, cree en nosotros.

—¡Esta compañía era mía, y ustedes vendieron todo lo que yo he creado con cada gota de sudor de mi frente! —El sr Johnson se esfuerza por contenerse.

—Piensa que ahora nuestro producto estará al alcance de más personas, y eso llevará las ganancias a límites que ni siquiera hubiéramos podido conseguir hace unos años atrás.

—Digan lo que quieran, pero han traicionado mi confianza, ¡todos y cada uno de ustedes! —dijo Max.

—Esto no se trata de confianza, Max, son negocios, y lo sabes.

—Se te enviarán los nuevos cambios a tu correo electrónico en los próximos días, Max.

—Eso es todo con nosotros, aunque hay alguien que quiere conversar contigo.

—¿De quién se trata? —Max trató de fingir interés.

—La señorita que compró nuestra compañía, la dueña de Luceris Goods®, Helena Sullca.

Una joven, de no más de 30 años, entró a la sala. Su piel era aceitunada, con ojos café y cabello lacio y color chocolate. Su figura era esbelta y tonificada, con un andar firme y decidido, pero sin perder ni una pizca de femineidad. Helena tenía una mirada que parecía apoderarse de todo en lo que se posaba.

—Encantado de conocerlo finalmente, sr Johnson, soy Helena Sullca —La voz de Helena tiene apenas la agudeza necesaria para pensar que se trata de una mujer, pero es muy profunda y más grave de lo que alguien podría esperar, considerando su atractiva apariencia.

—Temo no poder decir lo mismo, señorita Sullca —Max desea irse en ese momento.

—Es comprensible su reacción, no se preocupe, pero desde el día de hoy su vida va a mejorar, no hay nada porqué entrar en conflictos, se lo aseguro.

—Como sea, disculpe que me retire, pero tengo otros asuntos que atender, con su permiso.

—Por supuesto, que tenga un agradable día, le diré a mi asistente que le envíe todos los informes correspondientes.

El señor Johnson salió con rumbo a su casa.

—Todo está saliendo de acuerdo al plan, el señor Johnson es sólo una pieza más, aunque admito que tiene un poco más de relevancia —Helena se arregla el vestido azul grisáceo, mirando su reflejo en las puertas de cristal, luego su peinado casi perfecto —, ahora es momento de conversar con mi mano derecha.

SoulSilver: Alma Virtual ©Where stories live. Discover now