Capítulo 36: Inconveniente extraterrestre

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Después de todos los deberes que tenía que cumplir, y todas las partes del plan que debía tener preparado, James pudo darse el tiempo para seguir con la elaboración del programa que estaba creando en su computadora. Ya había instalado todos los dispositivos que había comprado, y se había asegurado de que soportarían las exigencias del programa, cuando empezara a ejecutarlo.

Encendió la máquina y empezó a insertar las líneas de programación y a escribir otras, tecleando tan rápido que las teclas parecían estar por salirse del teclado. Luego de algunos minutos, parecía que ya todo estaba listo. Revisó el código unas cuantas veces, y decidió compilar los datos.

Estaba por dar al botón que iniciaría lo que, a partir de ahora, sería su buscador personal de personas, con acceso directo a la base de datos del gobierno, pero su madre lo llamó a cenar. Era de las pocas veces en las que su madre estaba presente, ya que los dos trabajos que tenía le dejaban tiempo sólo para dormir, y no iba a desaprovechar la oportunidad de estar con ella. Llegó al comedor y se sentó en el asiento opuesto para estar frente a su madre.

—Ya leí la carta de tus tíos —dijo Rose.

—Sí, igual yo.

—Están muy preocupados por nosotros, y no tenemos manera de decirle todo lo que ocurre aquí, si tan sólo supieran. Tal vez sea mejor así, no quisiera que tuvieran que postergar su viaje por nuestra culpa, ya han hecho mucho estos años.

—Tienes razón, éste viaje lo querían hacer hace algunos años atrás.

—Sí, pero yo ya te tenía a ti, y creo que, sin la ayuda de mis hermanos —Rose suspiró al pensar en ellos —, todo habría sido aún más difícil de lo que ya es. No digo que no haya podido sola, pero me han ayudado mucho, en especial con tu crianza, ya que no he podido estar a tu lado tanto como hubiera querido.

—Lo sé, madre, y lo entiendo.

—Así que, ahora nos tenemos el uno al otro, y nos valemos por nuestra cuenta.

—Así es.

—Y ya que tenemos tiempo para charlar, hay un tema que quiero tratar, antes que sea muy tarde.

—Te escucho, madre.

—Has visto las noticias, sabes que éste lugar ya no es lo que era antes. Ha cambiado, las calles se han podrido. Las personas se han corrompido, y es tan terrible.

—Lo sé muy bien, no es nada seguro aquí.

—Por eso, estaba pensando al respecto, y decidí algo, pero quería que lo habláramos primero.

—Me lo imagino, de otra manera no tendríamos ésta conversación.

—Por esa razón, estaba pensando en que sería conveniente mudarnos.

—¿Mudarnos? —James dejó de comer al escuchar eso.

—Sí, sucede que un amigo del trabajo me dijo que en Los Olivos hay más seguridad y la zona es más bonita, además me dio direcciones donde están poniendo casas en alquiler.

—Ya estoy por acabar este año escolar, creo que ese hecho le quita el calificativo de "conveniente" a tu propuesta.

—Obviamente no vamos a mudarnos ahora, pequeño, sino a finales del año, antes de Navidad.

—¿Cómo haríamos con todas nuestras cosas?

—Tranquilo, ya sabes que ésta casa es tanto de tus tíos como nuestra, así que podemos dejar algunas cosas que no podamos llevar en una habitación, y dejarle el resto de la casa a ellos, para cuando regresen.

SoulSilver: Alma Virtual ©Where stories live. Discover now