Epílogo

54 8 8
                                    


Todo está oscuro. Todo es confuso. Estoy flotando en el vacío.
Pero… No estoy aquí.
¿Tengo ojos? ¿Tengo un cuerpo?
La respuesta inmediata que viene a mí es que no. Pero la oscuridad se vuelve bruma, y la bruma trae consigo imágenes borrosas que se vuelven cada vez más nítidas. Puedo ver dónde estoy, y parece un lugar en ruinas, que debería sentirse frío, si pudiera sentir algo. Pero no puedo. No tengo cuerpo.
Tampoco creo tener ojos, y ahora que lo pienso, esto no es "ver" en todo el sentido de la palabra. Si tuviera que describirlo, diría que "percibo" las formas del lugar en donde estoy.
Miedo.
Creo que lo último que sentí fue miedo. Lo último antes de… ¿Antes de qué? No recuerdo nada. Pero creo que tenía un cuerpo. Ahora me siento como un globo de helio. Inflado. Flotando. No entiendo qué está ocurriendo.
Tristeza.
Me sentí triste por algo importante, pero no sé qué. Estaba perdiendo algo, algo que era valioso para mí.
Desesperación.
La desesperación me invade de nuevo. No quiero. No quiero esto. Debe detenerse. Quiero que se detenga. Que se detenga. Que se detenga, por favor…
¡QUE SE DETENGA!

El frío…
Me hundo…
Estoy… desaparezco… Me voy… La oscuridad vuelve… Me consume… dejo de existir.
Algo se acerca. Las sombras se van. La nitidez vuelve. Regreso a este punto medio, donde existo sin existir.
Esto es raro. No tengo cuerpo, no se siente… adecuado. No sé cómo sé lo que sé y, aún así, no recordar quién soy.
Intenta.
Intenta.
Intenta.
Recuerda…
Dolor.
Sentí dolor. Mucho dolor. Puedo recordar lo que sentí, solo eso. Yo respiraba, y se me hacía difícil, con cada respiro… era más y más difícil. Tenía corazón. Sentí un hueco en el pecho, donde debería estar mi corazón. Pero ya no tengo nada de eso.
Ya no soy nada de eso.
¿Qué soy…?
No soy nada.
Pero estoy aquí.
Alguien viene. Está más cerca ahora.
Pero… No puedo verlo con claridad.
Nada de esto tiene sentido. Me doy cuenta de algo, algo sumamente extraño. No soy capaz de recordar nada de lo que dije, soy incapaz de recordar lo que ya ocurrió. Es como… vivir el ahora sin tener un pasado.
¿Qué dije?
No lo recuerdo… Me siento perdido.
¿Pero… qué soy?
Eso que está rondando es un humano. Es un chico. No veo bien qué está haciendo. Quiero acercarme. Esperen un momento. ¿Cómo sé qué es un humano?
¿También soy un humano? Fui un humano…
Quiero acercarme, pero me doy cuenta de que he estado inmóvil todo este tiempo. Es como estar encerrado en una jaula invisible. No puedo moverme.
No tengo cuerpo.
Soy  como el contenido, pero sin envase. ¿Soy un alma? No tengo cómo saberlo. Pero siento que no soy eso.
Este humano… sigue aquí. Está buscando algo, y mientras más tiempo está cerca a mí, más nítido se ve todo alrededor. Es como si me anclara a este lugar.
Empiezo a sentir una conexión con el humano, pero sigo sin poder verlo con claridad. No lo entiendo, pero me resulta familiar, alguien a quien le tengo aprecio. Su presencia significa mucho para mí. Quiero acercarme.
Esto que siento, me hace pensar en si también soy un chico. Tal vez no lo soy, no estoy muy seguro de eso.
Todo empieza a temblar, puedo ver ráfagas de luz dando giros alrededor, convergiendo en un círculo que está frente al chico. Toda esa energía me envuelve y me lleva lentamente al centro del círculo. Debería sentir miedo, pero creo que ya está claro que no puedo sentir nada. Solo puedo observar cómo, mientras más me acerco, más recuerdo, y mientras más recuerdo, más puedo sentir.
Me convierto en una especie de humo verdoso.
Fui mujer…
Mi figura se empieza a definir.
El rostro de ese joven se vuelve más nítido…
Los recuerdos empiezan a llegar a una velocidad que me aturde.
Puedo ver cómo aparecen mis manos, seguido de mis brazos y el resto de mi cuerpo…
Ya sé cómo morí. Ya sé quién es él. Ya sé quién soy yo.
Veo al muchacho con claridad, mientras muerde su mano, hasta que la sangre brota de la herida, y sangra sobre el círculo de luz.
Toda la energía se funde con mi cuerpo, y me convierto en la energía. Soy un cuerpo hecho de luz, y al ver el rostro de ese chico… El remolino de emociones me hace llorar, sin poder hacerlo.
—¿James…?
—Hola Esmeralda —dijo aquel chico —, bienvenida de regreso.

SoulSilver: Alma Virtual ©Where stories live. Discover now