Capítulo 38: El golpe

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James se despertó a la mañana siguiente, se levantó de la cama mecánicamente y fue directo a la sala, agarró el control remoto del televisor y apuntó a la pantalla por unos segundos. Todo era silencio en la casa del chico, a excepción del reloj, cuyas manecillas dieron la hora exacta en la que las noticias matutinas iniciaban, momento en el cual James encendió el televisor y sintonizó el canal que, él sabía, tendría la exclusiva.

Lo que vio, obligó al chico a sentarse, para analizar lo que estaba sucediendo.

«Callao de luto»

«Informamos, con gran pesar, a todos nuestros televidentes que residen en nuestra provincia puerto, que la familia del alcalde, Félix López, fue atacada ésta madrugada en el interior de su casa, y él, ha sido brutalmente torturado y asesinado».

James dejó el mando a distancia en la mesita que tenía frente a él y siguió con su mirada fija en la pantalla, mientras continuaban hablando de la trágica muerte.

«Según el testimonio de su familia, en la madrugada de hoy, un grupo de personas, cuyas identidades aún se desconocen, burlaron la seguridad de su vivienda, neutralizando tanto a perros guardianes como también a los guardaespaldas. Ingresaron y ataron a todos los miembros de la familia, encerrándolos en una habitación, desde donde sólo fueron capaces de escuchar los gritos de dolor del alcalde».

«Las investigaciones de los peritos forenses, determinan que la víctima fue torturada durante un largo lapso de tiempo, motivo por el cual no mostraremos las imágenes obtenidas, debido a la crudeza de las mismas. No se han descubierto aún los motivos, y el misterio, por el momento, sigue sin ser esclarecido».

«Las sospechas podrían sugerir un ajuste de cuentas, debido a un mensaje, marcado en la piel de su espalda, que decía "NO ES EL FINAL" provocada por lo que, se podría pensar, era algún metal calentado a altas temperaturas. La familia López sigue consternada por la tragedia que está viviendo, y ha expresado que no hará más declaraciones hasta obtener justicia por parte del gobierno. Nuestro más sincero pésame a los miembros de la familia López, lamentamos su gran pérdida. Realmente la situación en la provincia es grave, y todos esperamos que la tranquilidad en las calles vuelva pronto, por el bien de los ciudadanos.»

—Brandom... —James supo que su padre se refería a eso, que la muerte del alcalde era un obvio mensaje para él.

«Mientras tanto, quien tomará temporalmente el puesto del alcalde, para administrar y atender la agenda que se estaba llevando a cabo, será el secretario general, el señor Héctor Sullca.»

Bajando por las escaleras del Palacio de justicia, caminando con la gracia y confianza que tendría todo ejecutivo de una gran empresa, ese estilo un tanto arrogante, se hizo presente frente a cámaras un sujeto de rasgos muy bien definidos, que aparentaba estar muy cerca de los 30 años. Era Héctor. Su rostro mostraba una obvia y muy falsa expresión de pesar y tristeza, pero también mostraba una muy palpable serenidad y determinación. No había necesidad de fijarse mucho en el traje que llevaba puesto, para saber que valía el triple de lo que ganaría un trabajador promedio. Se acercó a los micrófonos y habló con un tono de voz melancólico.

—El Callao ha perdido a un gran hombre, y dudo que alguien pueda igualar el trabajo que él ejercía. —dijo el secretario, mirando al cielo, como quien ha perdido algo entre las nubes —Les doy mis condolencias a su esposa e hijos, y les digo que trataré, durante el poco tiempo que tomaré su lugar, de honrar su memoria.

—¿Cómo pretende seguir el curso que el alcalde estaba tomando en cuanto a las mejoras de la provincia? —Se escuchó decir a una periodista.

—Entiendo su preocupación acerca del rumbo que pienso tomar de ahora en adelante —dijo Héctor, cambiando su expresión al instante a una sonrisa amplia y confiada —, pero no hay nada que temer. Estamos afrontando una gran adversidad, y a eso le agregamos nuestra más grande pérdida, pero no nos dejaremos vencer. Nos levantaremos firmes y seguros, para seguir adelante. Consideren que hoy, es un nuevo día, y el inicio de un gran cambio, en la vida de todos y cada uno de ustedes —Finalizó el secretario, sonriendo a la cámara, con una sonrisa que, si uno se fijaba bien, no era nada amistosa.

SoulSilver: Alma Virtual ©Where stories live. Discover now