Capítulo 25: Un compromiso y un regreso

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Pearl estaba muy molesta con James durante toda la semana. Lo evitaba y hacía como si no existiera, siendo demasiado evidente, para sus amigas, el trato que tenía hacia el chico. Pero, en el fondo, nada era lo mismo desde que dejó de hablar con James. Es decir, estar con Marjorie y Vannesa era divertido y agradable, pero hablar con James era algo distinto. Él era distinto a cualquier cosa que ella hubiese conocido antes.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por sus amigas, que aparecieron a su lado, sin que ella se diera cuenta. Las tres transitaban por los pasillos del colegio, a pocos minutos de su última clase.

—Oye —dijo Marjorie —, dejaste de hablar con James, ¿No es así?

—¿Él hizo algo malo? —Agregó Vannesa.

—Sí, dejé de hablarle, y no, no hizo nada, sólo ya no somos amigos.

—¿Te dijo que no iría al baile contigo, verdad?¿Por eso dejaste de hablarle? —Preguntó Marjorie, con esa curiosidad que incomodaba a los demás, en especial a Pearl.

—No, no fue así —dijo Pearl, poniendo los ojos en blanco, ya que no podia faltar esa expresión en esta explícita escena cliché —, en realidad, no tuve oportunidad de mencionarlo...

—¡Entonces, tenía razón!¡Querías ir al baile con él! Toda esa actuación de la niña a la que no le interesa el baile eran puras patrañas.

—No es así, sólo que... —Pearl estaba pensando en qué decir, pero fue interrumpida por un chico que les cerró el paso, entre los casilleros.

—¿Pero qué tenemos aquí? Si son las tres ñoñas que metieron en problemas a mis amigos —Era Nicolás Rivera, el tercer miembro de los atletas que representaban al colegio, y su líder, además de ser amigo cercano de los muchachos que habían secuestrado a Pearl y sus amigas anteriormente —, ¿Creían que se iban a escapar tan fácilmente de nosotros? Tal vez tuvieron suerte antes, pero, les aseguro que su vida será un infierno a partir de ahora...

—Dejanos en paz, Nicolás —dijo Pearl —, los idiotas que tienes por amigos fueron quienes nos quisieron hacer daño, y si tú piensas hacer lo mismo, terminarás igual que ellos.

—¡A mí no me hablas así, perra!¡¿Sabes con quién estás hablando?! —Nicolás agarró a la chica de la muñeca y se la dobló, alzándola hasta que ella mostrara un gesto de dolor —¡¿Sabes de lo que soy capaz de... ?!

—Vas a tener que explicarme... —James apareció detrás de Nicolás, aferrándose del cabello de éste y halándolo hacia atrás, haciendo que suelte a la chica y se arrodille, debido a la diferencia de altura entre ambos chicos —¿Qué fijación absurda tienen tú y tus amigos para estar llamando "perras" a las chicas?

—¡Sueltame!¿Quién eres tú y por qué te metes en donde no te llaman?

—Te soltaré —James lo hizo —, ahora explicame antes de que te obligue a disculparte.

De entre la multitud que se había aglomerado alrededor, salió César Vértiz, con una apariencia muy distinta a la primera vez que se encontró con James. Se veía más calmado y amigable, incluso nadie creía que se trataba del mismo chico. Se acercó a Nicolás, quien se había alejado de James, para verlo de frente.

—Nick, es mejor que las dejes, ese chico es James Silver, no vas a querer hacerlo enojar —El chico le decía todo eso al oído —, de verdad es muy fuerte y no tiene sentido molestar a esas niñas.

Mientras todo eso sucedía, Pearl y sus amigas se apegaron al casillero que tenían más cerca, asustadas y avergonzadas por tener tantas miradas dirigidas a ellas. Tal vez Marjorie no tanto, tal vez, ella disfrutaba ser el centro de atención, al menos por una vez. Sin embargo, Pearl sólo quería saber qué hacía James defendiéndolas. Miraba fijamente hacia él, pero el chico ni siquiera la miraba.

SoulSilver: Alma Virtual ©Where stories live. Discover now