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Capítulo 5: Los correctores

Durante los fines de semana James tiene mucho más tiempo para continuar con su misión, aunque sabe que hacerlo de la manera actual no es realmente productivo, así que trabaja en terminar el programa de búsqueda pronto, su tiempo ahora debe repartirse en ayudar a Pearl, quien cada vez que tiene oportunidad trata de conocerlo más y solo consigue que James le recuerde las condiciones de su alianza, a veces parece que quisiera hacerle una pregunta, y debido a la habilidad de James para introducirse a la mente de los demás, se da cuenta que ella está interesada en saber si son amigos, es obvio que se le dificulta socializar con los demás, pero tiene miedo de la respuesta que él le dé, James le habría respondido hace mucho, pero no tiene una respuesta aún, porque a pesar de los conocimientos que posee, no sabe lo que es tener un amigo.

En las noches James reduce la actividad de su cerebro casi al nivel de una persona promedio en estado de vigilia, duerme pero sigue pensando, realiza un registro de toda la información que tiene, se encarga de que ningún recuerdo se borre y ordena todo en una elaborada red. Realiza este proceso desde que nació, almacena rostros, mapas mentales, sonidos, imágenes y todo tipo de datos que las personas perciben día a día, pero que usualmente ignoran. Ahora que tiene 12 años, todas sus habilidades se han activado, aunque no en todo su potencial, y ha conseguido acceder a una fuente de información infinita, el lugar donde todo lo que ocurre y existe en el universo queda registrado, la mente del universo mismo, la Omni-matriz del conocimiento absoluto, en donde toda la verdad se encuentra, ahí ha adquirido datos acerca de todos los seres que existen en la tierra, ha conocido otros mundos y otras formas de vida, pero su prioridad ha sido conocer los misterios del planeta que él habita. El cerebro humano no sería capaz de almacenar siquiera la mínima cantidad significativa de una fuente de información tan grande, que se actualiza a cada instante, por eso James comprime los datos que necesita antes de almacenarlos en su mente, conservando solo lo básico, ahora que tiene ese conocimiento, sabe como debe continuar su labor.

Ya es la última semana de julio, James se encuentra en una zona industrial, cerca a una carretera que se conoce como Gambetta, un lugar no muy transitado y menos en la noche que es cuando él hace su trabajo, hay en ocasiones camiones que se movilizan a gran velocidad, haciendo un ruido ensordecedor, aparte de eso, todo está cubierto por la oscuridad de la noche, y aunque parece un lugar desierto, es rondado por cierto tipo de personas, las personas que James está buscando, aquellos que aprovechan a los incautos e inocentes que cruzan esos lugares por la necesidad de llegar a sus hogares, con sus familias, y terminan en muchas ocasiones siendo asaltados, si no es que también muertos, algunos podrían pensar que las mujeres se llevan la peor parte, y en realidad así es, porque las personas que habitan esta zona llegan a ser peores que las bestias, y su perversidad llega a niveles de pesadilla. James ha tenido la oportunidad de cazar a varias de estas personas a las que denomina mezclados, debido a que tiene la apariencia de una presa fácil; no quedan rastros de su trabajo gracias al método que utiliza, pero en esta ocasión, una de las mezclas ha podido detectar el peligro al estar cerca de James y ha intentado huir, la velocidad es una de las habilidades que caracteriza a James, que es capaz de parecer una ráfaga de aire cuando corre, así es como llega a alcanzar al mezclado, quien se cae de espaldas por el miedo y la sorpresa, está por someterlo cuando se detiene, algo ha entrado en su rango de detección, algo realmente grande.

Ante los ojos humanos, muchas cosas son ignoradas, fuerzas y entidades que habitan entre ellos, pero ante los ojos de James, que es capaz de ver las fluctuaciones del tiempo y el espacio, son pocas las cosas que escapan de su visión, por ejemplo, esta concentración de energía que está cayendo del cielo es una de ellas, escucha al mezclado balbucear pero lo ignora. Se concentra en intentar visualizar la presencia que está sobre ellos, al no conseguirlo utiliza su mejor recurso, sostiene su anillo entre sus dedos índice y pulgar antes de hablar.